Su crimen no fue
perfecto. Eddy Heberto Moran Loaiza, esposo de Yumaira del Carmen Peley (61), y
quien se convirtió en su asesinoconfesó que “la maté por sus constantes arranques”,
haciendo alusión a las continuas peleas que mantenían.
El hombre relató que él y su mujer habían sostenido una fuerte
discusión la noche del 2 de marzo, dentro de la residencia que ambos compartían
en el barrio Mi Esperanza, sector El Marite, parroquia Venancio Pulgar, al
oeste de Maracaibo.
A través de un vídeo observado por el
equipo reporteril de Noticia al Día se pudo escuchar la siguiente confesión del
sindicado: “Comenzamos a discutir. Ella siempre tenía esos arranques. Los dos
forcejeamos, la tomé por el cuello y la apreté, ahí se me pasó un poco la mano…”,
relató.
Con su voz entre cortada y
con su mirada perdida en el lugar donde consumó su maldad, un diminuto espacio
de la cocina, prosiguió el testimonio: “La empujé y pegó su cabeza contra el
filo del mesón de la cocina”, un mesón de concreto color
negro.
Tras darse cuenta que la fémina ya no se
movía, Morán arrimó el cuerpo hasta una de las habitaciones de la vivienda. “La
dejé ahí por esa noche. En la mañana (3 de marzo) cuando me levanté ya estaba
morada, la agarré y la arrastré hasta la parte trasera de la casa, mientras
cavaba el hueco y luego la enterré”, señalando con su mano el lugar donde
estaba su esposa.
Morán hizo un agujero en el lado derecho
de la humilde vivienda, un espacio no mayor a 40 centímetros de ancho y 30 de
profundidad aproximadamente, el cual limitaba con una división de la pared de
la casa vecina y la suya. Allí, el despiadado hombre dejó el cadáver de Yumaira
y luego lo tapó con varias capas de cemento, donde colocó materos, vacíos
de cervezas y
refrescos para disimular el área.
Seguidamente de armar esa
escena, el despiadado sujeto construyó una pared en el callejón para
imposibilitar que alguien pasara por ese espacio; espacio en el que pensó
quedaría sepultada su maldad.
Funcionarios de la Subdelegación
Maracaibo, quienes iniciaron las averiguaciones en el caso, acudieron al lugar
en compañía de
efectivos del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones, Científicas,
Penales y Criminalísticas (Cicpc) Zulia. Los detectives, luego de la confesión,
excavaron y encontraron el cadáver de la sexagenaria ya en sus huesos.
Según los uniformados, la víctima tenía
una data de
muerte de un mes y 10 días. Los efectivos envolvieron los restos en una sábana
y los trasladaron a la morgue forense de LUZ para el estudio de ley.
El asesino fue detenido el domingo 14 de abril, por ser el
principal sospechoso de la muerte. Hoy en la tarde, luego de confesar su
atrocidad a los uniformados dentro de la vivienda, fue devuelto a los calabozos
del Cicpc para que enfrente a la justicia.
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En este diminuto espacio fue enterrada
Yuraima, a quien su asesino la tapió con arena y cemento
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