miércoles, 26 de junio de 2019

Educación sexual: Qué es la práctica ‘stealthing’ de la que todo el mundo habla

De un tiempo a esta parte, se han asentado múltiples términos anglosajones para denominar diferentes prácticas relacionadas con técnicas de ligue, hábitos sexuales, etc, debido a que la gran mayoría los identificamos como habituales. Uno de los últimos, en cambio, ha generado mucha controversia por lo que supone y el debate que se genera en torno a él. Nos referimos a la palabra ‘stealthing’, que se define como la acción que ejecuta el hombre cuando se quita el condón durante una relación sexual consensuada en esos términos (es decir, usando preservativo) sin conocimiento de la pareja.
En pocas palabras: ocurre cuando hay consentimiento en una relación sexual si se usa condón pero en algún momento del coito el hombre se retira el preservativo sin avisar a la pareja.
La abogada Alexandra Brodsky escribió en 2017 un estudio muy popular sobre el ‘stealthing’, en el ‘Columbia Journal of Gender and Law’, con el objetivo de conseguir que existiera una ley que regulara esta práctica que ocurre con frecuencia –sobre todo entre jóvenes–, y que ella acuñaba como violación, por vulnerar el consentimiento de la mujer.
Por qué se practica
El ‘stealthing’ se lleva a cabo, sobre todo, en relaciones sexuales heterosexuales (aunque también se dan casos entre homosexuales).
Las razones que llevan al hombre a retirarse el condón (y, tras eyacular, recolocárselo para que la víctima no se dé cuenta o fingir que se lo acaba de quitar), pueden ser varias. Entre ellas, los expertos destacan los argumentos que defienden que se siente más placer sin condón o que el hecho de practicarlo supone un reto para el que lo hace y les excita poder ser descubiertos.
El peligro del ‘stealthing’
Si bien la persona que lo sufre es la víctima de la situación, siendo mujer se suma el peligro de poder tener un embarazo no deseado. El ‘stealthing’ puede llevar a ambos a contraer enfermedades de transmisión sexual, como la gonorrea, sífilis o el VIH. Y, a la víctima, aparte de todo esto, el trauma con el que tiene que lidiar debido a la situación.
La repercusión del artículo de Brodsky, llevó entonces a reescribir las líneas que definen el consentimiento, y el ‘stealthing’ fue catalogado como violación en Wisconsin y California el año pasado, donde se introdujeron nuevos puntos que lo incluían en la lista de crímenes sexuales y lo definen como una práctica que atenta sexualmente contra la persona que lo sufre.
Hasta ahora, solo un juicio relacionado con ‘stealthing’ (en Alemania, diciembre de 2018), se hizo viral, pues se resolvió con la sentencia del acusado a ocho meses de cárcel y a pagar una multa de 3.000 euros, además de 96 euros adicionales para costear la prueba de salud sexual de la víctima, que esclareció lo que había ocurrido. Y la resolución supuso un hecho histórico, aunque no es el único juicio por esta acción que se ha llevado a cabo.
En el Código Penal español, el abuso sexual es definido en el Artículo 181 como la «realización de actos atentatorios a la libertad y la indemnidad sexual de otra persona, sin violencia ni intimidación y sin el consentimiento válido de ella», por lo que el ‘stealthing’ tendría cabida en esta definición, pese a que todavía no se le da nombre a la práctica como tal y no se contempla como violación.



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