Una venezolana falleció este martes 29 de abril en el Hospital Universitario de Bucaramanga, Colombia, tras sufrir un Accidente Cerebro Vascular, ACV, que le sobrevino al ser desalojada de la pieza donde vivía junto a su hija y dos nietos pequeños.
Yannys Coromoto Malpica Machado, de 44 años, vivió alquilada durante 10 meses en una habitación de la casa número 48 ubicada en la calle 44 del barrio Campo Hermoso carrera 2 Occidente de Bucaramanga, pero la situación debido a la pandemia mundial le imposibilitó seguir trabajando para reunir los 220 mil pesos de la mensualidad, y a pesar del Decreto presidencial que prohíbe los desalojos, Yesid Rincón dueño de la casa sin contemplaciones la sacó junto a sus nietos la noche del sábado 25.
La preocupación de no tener donde acudir fue tal que a Yannis la invadió un insoportable dolor de cabeza. Su hija la llevó al Hospital del Norte de Santander donde le negaron la atención y alegaron que “estaba borracha”; finalmente sus familiares lograron trasladarla hasta el Hospital Universitario donde le diagnosticaron el ACV e ingresaron a UCI, pero el tiempo perdido incidió fatalmente en la salud de Yannys y mientras sus parientes colectaban dinero para cancelar los gastos de medicinas, esta madre y abuela de dos nietos que salió hace menos de un año de Los Guayos, Carabobo, en búsqueda de recursos económicos para ayudar a su familia, falleció.
Ahora su hermana, Desireé del Valle Malpica Machado, quien contactó a Cactus24 para relatar lo sucedido, pide que las leyes de Colombia se apliquen contra el Hospital del Norte de Santander en Bucaramanga por negarle atención y contra el arrendatario de la habitación por incumplir el decreto legislativo Nro. 579 “En primer lugar, la norma establece que durante el periodo comprendido entre la vigencia del Decreto y el 30 de junio de 2020, se suspende la orden o ejecución de cualquier acción de desalojo dispuesta por autoridad judicial o administrativa que tenga como fin la restitución de inmuebles ocupados por arrendatarios”.
Fuente: Cactus24
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Dios que criminal ese dueño de residencia ojalás nunca le ocurra algo parecido ni a el ni a su familia, si tiene conciencia vivirá con ese cargo el resto de su vida, es un vil miserable que Dios se encargue de el
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