jueves, 29 de octubre de 2020

Diseñan el protocolo para reabrir los templos

 

Desde que inició la pandemia y respetando los protocolos de seguridad para evitar los contagios del covid-19, así como el decreto que prohíbe la aglomeración de personas, la Conferencia Episcopal anunció el cierre de los templos del país, pero usando la televisión, radio, redes sociales y demás medios electrónicos, continuaron ofreciendo las misas a distancia.

El pasado miércoles 21 de octubre, las autoridades del Gobierno nacional sostuvieron una reunión con los diferentes sectores religiosos, con el objetivo de activar un plan para la reapertura de los templos e iglesias el próximo mes de noviembre, como parte del esquema de flexibilización 7+7.

En ese sentido, los representantes de la Iglesia, tomando en cuenta los procesos de flexibilización, diseñaron un protocolo, para abrir nuevamente los templos en estos tiempos de pandemia, para ser aplicado cuando las autoridades autoricen.

Normativa

El protocolo se encuentra a disposición en el portal web de la Conferencia Episcopal y entre las normas más importantes se encuentra que establecerán que a cada templo o capilla pueda asistir 50% del aforo (o capacidad del recinto), respetando la distancia de 1, 5 metros entre los asistentes. Esta misma distancia debe mantenerse fuera de los templos.

En las iglesias donde sea necesario y posible, se procurará aumentar el número de celebraciones dominicales o feriales, a fin de dar oportunidad a mayor número de fieles de asistir a las mismas, respetando el porcentaje antes mencionado. En algunas circunstancias estas celebraciones deberán ser más breves que lo ordinario.

Todos los feligreses, religiosos y monaguillos deben usar la mascarilla, de forma obligatoria.

En la entrada de los templos, se debería entregar antibacterial para la limpieza de las manos.

Las puertas de los templos se mantendrán abiertas a la entrada y salida de las celebraciones, para que los fieles no tengan que tocarlas.

Durante la eucaristía queda suspendido el uso de la hoja de domingo, para la lectura y cantos. Además, el saludo de la paz se hará con una simple inclinación de cabeza, o se suprimirá. Se debe evitar cualquier contacto físico.

La sagrada comunión se recibirá en la mano con el debido cuidado y respeto. Si es posible, el sacerdote que va a distribuir la comunión se lavará antes las manos, o usará gel antibacterial, antes de la ceremonia.

Al momento de la confesión, tanto el ministro y el penitente deben usar mascarilla y guantes. Ambos deben respetar una distancia, no menor de dos metros. Al terminar de celebrar el sacramento, deberá reiterar la higiene de las manos y limpieza de las superficies. Este sacramento se debe realizar en espacios amplios, que permitan el distanciamiento físico, y al mismo tiempo la confidencialidad.

La colecta de dinero no se hará en el momento de la preparación de las ofrendas, sino al finalizar la misa. Para tal fin se colocarán varias cestas en las puertas de la iglesia, allí depositarán los fieles su donativo.

Recomiendan donde se pueda dejar en el templo sólo los bancos suficientes para ubicar a los fieles de acuerdo a la cantidad permitida por las autoridades. Sería preferible el uso de sillas plásticas, con el mismo criterio, ubicándolas separadas 1, 5 metros una de la otra.

Los niños sólo podrán asistir a la iglesia junto con sus padres u otro familiar, y con ellos se sentarán.


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