lunes, 28 de junio de 2021

Todo lo que debes saber sobre el hongo negro

 

La enfermedad del “hongo negro”, científicamente conocido como mucormicosis, es una infección causada por diferentes tipos de hongos que suelen encontrarse en la materia orgánica en descomposición. Microorganismos micóticos del orden Mucorales, que incluye a los géneros Rhizopus, Rhizomucor y Mucor. Esta materia incluye pan, frutas y vegetales en descomposición al igual que pilas de tierra y abono. La mayoría de las personas entra en contacto con estos hongos en algún momento.

Es importante destacar que los síntomas más frecuentes son secundarios a las lesiones necróticas invasoras en la nariz y el paladar, y provocan dolor, fiebre, celulitis orbitaria, proptosis y rinorrea purulenta. No obstante, a veces aparecen lesiones cutáneas, pulmonares o gastrointestinales primarias y pueden identificarse casos de diseminación hematógena a otros sitios. Las infecciones cutáneas por Rhizopus se producen debajo de vendajes oclusivos, pero su aparición es más frecuente como resultado de traumatismos, en los cuales las áreas lesionadas se contaminan con tierra que contiene esporas fúngicas, como puede ocurrir en desastres naturales o en lesiones por estallido relacionadas con combates. Aunque la mucormicosis cutánea suele ser oportunista, pueden aparecer infecciones cutáneas en huéspedes inmunocompetentes si el traumatismo ocasiona contaminación con esporas de hongos.

La mucormicosis es más frecuente en pacientes inmunodeficientes, es decir, que tienen las defensas bajas, por lo que actualmente se ha propagado con facilidad entre pacientes que han padecido el virus covid-19. Cabe destacar que la forma más frecuente de mucormicosis es rinocerebral, esta suele ser grave y a menudo letal, salvo que se diagnostique en forma temprana y se traten de manera agresiva.

Esto quiere decir que la rápida propagación de esta infección se atribuye al uso incontrolado de esteroides para tratar a los pacientes con coronavirus, según expertos como el profesor K. Srinath Reddy, de la Fundación de Salud Pública de India.

Según el portal web The Conversation, la mucormicosis no se transmite de persona a persona, y puede ser adquirida por diferentes vías.

La nariz, los senos nasales, los ojos y el cerebro se infectan con mayor frecuencia causando una infección grave denominada mucormicosis rinocerebral, que suele ser mortal. Cuando se inhalan las esporas pueden invadir los pulmones y causar mucormicosis pulmonar. El tracto digestivo se infecta al ingerir las esporas, lo que ocasiona la mucormicosis gástrica. Una cuarta forma de la infección ocurre al entrar las esporas a través de una ruptura en la piel, lo que da lugar a la llamada mucormicosis cutánea. La quinta forma de la enfermedad recibe el nombre de mucormicosis diseminada, y la sexta variante es una miscelánea de otros tipos que puede causar endocarditis (inflamación del revestimiento interno de las cámaras y válvulas cardíacas) u osteomielitis (infección ósea).

De modo que el diagnóstico de la mucormicosis requiere que el médico considere la posibilidad de esta enfermedad y que realice un examen minucioso de las muestras de tejido en busca de hifas no tabicadas grandes con diámetros irregulares y patrones de ramificaciones en ángulo recto; la evaluación debe ser exhaustiva, porque gran parte de los detritos necróticos no contienen microorganismos. Debido a razones inciertas, los cultivos pueden ser negativos, incluso aunque se observen claramente hifas en los tejidos.

En conclusión no hay que olvidar que el diagnóstico y el tratamiento tempranos de la mucormicosis son esenciales para prevenir la muerte o para evitar una cirugía extensa, que a menudo causa desfiguración facial.



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