Una mujer de nacionalidad venezolana pereció en un incendio que se registró en la vivienda donde residía, en la capital de Perú, Lima.
La mujer, de 30 años de edad, fue identificada como Mabel Lezama Rojas, quien trabajaba en el mercado de frutas y residía en una habitación alquilada en un inmueble. Sin embargo, el recinto se construyó encima de un estacionamiento y al registrarse el incidente no logró salvar su vida.
La versión oficial indica que el incendio se habría producido cerca de las 7 de la mañana en un estacionamiento sobre el cual se construyeron dos cuartos de madera en un altillo.
Se presume que la joven no escuchó los gritos desesperados de dueña de la casa para que saliera del cuarto. El trágico hecho ocurrió en la cuadra 3 de la calle Héctor Marisca.
El fuego se propagó tras un corto circuito, originado presuntamente por la intensa lluvia.
«Se escuchó un ruido fuerte y grité: «¡Mabel, baja!» y no me escuchó porque estaba con los audífonos puestos. Le grité varias veces para que salga y se salve. Ella se quedó en el cuarto y todo ardió en llamas», lamentó entre lágrimas Albina Casa Chino (48) cita el portal Trome.
Casa Chino alquiló el lugar para guardar un motocarga y construyó dos cuartos de madera para vivir. Uno de ellos se lo alquiló a la pareja de venezolanos desde hace algunos años.
La mujer, que durante varios minutos tuvo una crisis nerviosa, fue auxiliada por sus vecinas.
El esposo de la joven, que se había ido a trabajar como vendedor en el mercado de frutas, llegó presuroso al enterarse de la desgracia. Preso de la tristeza se abrazó con otro pariente al saber de la muerte de su pareja.
Además de víctima fatal del incendio, las llama acabaron con los cuatro motocargas, que permanecían guardaras en el recinto.
Según refiere la prensa peruana miembros de serenazgo de San Luis, fueron los primeros en llegar al lugar y ayudaron a los vecinos a sofocar las llamas.
La dueña del inmueble contó que perdió todas sus pertenencias y además se quemó el dinero ahorrado que tenía que ser usado para pagar gastos.
«Ahora sí nada me queda. La plata que tenía para pagar la mensualidad de mi hijo, el local y el agua. Todo estaba destinado y ahora todo se ha quemado», declaró.
También se conoció que en el exterior de la casa funcionaba ocasionalmente como cochera por lo que algunas personas dejaban estacionadas sus mototaxis.
Sin embargo, debido al fuego cuatro de estos vehículos resultaron quemados. El techo de una vivienda colindante también fue afectado por el incendio.
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