Tras el tiroteo ocurrido en un colegio de primaria en Uvalde, Texas, Estados Unidos, nuevos testimonios salen a la luz. Gladys Castillón, madre de una de las niñas que sobrevivió, narró los momentos de angustia que vivió tanto ella como su hija.
"Yo estaba tomando mi bolso para salir y mi hijo entró a la casa diciendo que están disparando porque el hecho ocurrió en contra esquina de mi casa. Cuando salí vi a los policías persiguiendo un carro y dije Dios los proteja. Cuando terminé de escribir en mi teléfono, encendí mi carro y tomo la dirección rumbo a la escuela porque iba a recoger a una amiga. En ese instante, un amigo me empezó a gritar desesperadamente (...) y me dice que si mi niña estaba en el colegio y le dije que sí. Me preguntó que si sabía lo que estaba pasando y cuando volteo veo más elementos de seguridad que empiezan a llegar", comentó.
Destacó que sintió como "algo bajaba a su estómago tan fuerte" y decidió salir corriendo para ver qué estaba pasando en la escuela de su hija.
"Ella estaba adentro. Me agarraron y me dijeron que no podía pasar porque había disparos. Yo quería ver a mi hija viva. Como no me dejaban acercarme me puse a orar por los niños", indicó.
Los niños que salieron de la escuela en Texas
Gladys Castillón señaló que cuando las autoridades lograron abrir un portón vio que salían varios niños, por lo que decidió correr para ayudar. "Una de ellas salió con una herida en la nariz porque la bala la rozó y venía con demasiada sangre", dijo.
Durante una entrevista ofrecida a Telemundo, relató que los niños solo pedían a sus padres y decían que "tenían miedo".
"Nos abrieron las puertas de una funeraria que estaba detrás del colegio para poder resguardar a los niños. Ellos estaban en shock y se necesitaba mucha ayuda. Habían unos con asma y no podían respirar, sentían que se iban a desvanecer y tuve que cargarlos. No sé como lo hice para llegar a la funeraria y seguir ayudando", sostuvo.
El momento que vio a su hija
La mujer expresó que pasaron varias horas hasta que pudo ver nuevamente a su hija. "Nos dijeron que estaban trasladando a varios niños, pero yo no me quería mover. Vi como estaban sacando cuerpos y yo solo quería ver a mi hija salir".
"En un momento dije que tenía que enfrentar la realidad y que mi hija estaba en manos de Dios; que si era tiempo de que ella estuviera en presencia del señor yo la entrego con todo mi corazón. Asistí al lugar que me dijeron y vi su carita; ese es el momento donde pude pude derramar mis lágrimas. Allí me quebré al verla, cuando ella corrió y me dijo 'mami, yo sabía que estabas orando'".
"Me abrazó tan fuerte que me dijo: 'Mami, Dios estaba allí y pude orar con mi amiguito, nos agarramos de las manos y le pedimos a la maestra si podíamos orar y lo empezamos a hacer todos juntos. Allí se empezó a sentir la presencia de Dios'. Yo no pude parar de llorar y de abrazarla", manifestó.
Gladys Castillón sostuvo que su hija apenas quiso hablar el miércoles de la situación ocurrida en la escuela en Texas. "Ella me dijo que estaban muy cerca del salón (donde el tirador entró). Estaban jugando cuando les dijeron que corrieran y se refugiaran en cualquier aula. Se metieron en un salón y apagaron todas las luces y se quedaron en silencio", detalló.
Además, su hija contó que desde donde estaban escuchaban a los otros niños gritar, llorar y los disparos. "Mi niña dice que se escuchaba una carcajada que puede ser del tirador y que ella describe como la risa del demonio", aseveró.
Por último, reiteró que su hija está bien aunque ese día llegó a su casa y no quiso comer, solo bañarse y dormir.
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