La zona Traki del concierto de Wisin y Yandel la humillación del venezolano por el venezolano (+Foto)

 

 

Caracas, 5/9/2022.- Pensé mucho antes de colocar el título a esta artículo, pero al leer esta pequeña crónica se darán cuenta el ¿por qué?.

 Trataré de ser específico sobre el concierto de Wisin y Yandel en el estacionamiento del Poliedro de Caracas. 

Ya se ha hablado mucho de los precios en las entradas a este concierto que oscilaban entre 7500 dólares, la mesa de 10 personas, y 60 dólares la zona más económica llamada Traki, en "honor" a la cadena de tiendas del mismo nombre que pago un patrocinio del mismo. Igualmente, para hoy lunes, dos días después de efectuado el concierto, se habló de los problemas eléctricos que, gracias a Dios, fueron solucionados en el momento y sobre la lluvia que fue algo de la naturaleza que nadie es culpable.

Este relato va de la experiencia de alguien que no tenía 9 amigos con 750 dólares más para comprar una mesa que vale un apartamento, sino de alguien que quería ver a sus ídolos y celebró que la empresa  Advanta Producciones pudo ofrecer entradas para todos los bolsillos.

Bendecido sea el que logró pagar una entrada de 7500 dólares para ver al famoso dúo a 5 metros de distancia. De igual manera, los que a duras penas podían pagar 60 dólares, igual tendrían la oportunidad de verlos,  pero de  lejos, como en cualquier concierto.

Al llegar a las 3 de la tarde para poder buscar un lugar menos lejos entre lo lejos que era, lo primero que me conseguí en la entrada al Poliedro fue a un guardia de seguridad, de la empresa Advanta Producciones, que me dijo: "qué entrada posee" a lo cual respondí : "Traki". Inmediatamente me indicó que no podría entrar con mi carro al Poliedro, porque el acceso era solo a VIP. Le dije que no era justo, a lo cual me respondió, con una arrogancia: "Si no le gusta, compré una entrada cara". 

Respiré profundo y me propuse a que ese señor no me quitara mi buena vibra por mi concierto. Me estacione afuera donde un amable señor, con un palo y frente a los policías de Caracas y GNB, me decía que el puesto libre de la calle costaba 20 dólares. O sea, ¡me costaba el 30 % de la entrada que ya pagué! Entre los 4 amigos que viajábamos pagamos el costoso estacionamiento y comenzamos la caminata al sitio del concierto, aún con muy buena vibra. 

Dos kilómetros después llegamos a la cola para entrar, mucha gente feliz buena onda. Al rato comenzó a llover. Dos de mis amigos, que son viejos prematuros, trajeron paraguas y en cada uno nos refugiamos como 6 personas. La camaradería que se respiraba en la fila de espera era muy buena, todos éramos amigos sin nombre.

Ya pasadas las horas y sin lluvia, gracias a Dios, comenzamos a ver el paso de los afortunados a los distintos VIP. Ingresaban por una camineria aparte. Al ver esto, acudimos a los organizadores de la productora, Advanta Producciones, que nos dijeron que nos tocaba esperar porque no habían dado acceso a "los Traki". Ahí si pregunté: ¿Cuál era la diferencia entre ellos y nosotros para entrar? Esto para saber si los accesos son distintos o las ubicaciones. La respuesta del seguridad me ubicó en dónde estaba y a lo que venía: "Agradezcan que los dejan entrar, los Traki no son asistentes como tal al concierto, son de relleno. A quién no le guste se puede ir". Debo reocnocer que la vibra me bajó un poco, pero les dije a mis amigos que ese era un simple encargado. Él no era Mahmoud Handous, director de Advanta Producciones, y no podíamos juzgar a toda una empresa por un desubicado.

Luego de la humillación, espera y estrés ¡Entramos! Que emoción. Costó mantener las buenas vibras ya que hasta que no llego la mayoría de las demás zonas, no nos dieron acceso a nosotros, pero lo logramos. 

Al llegar, nos conseguimos con la realidad... La zona había sido acordonada con grandes paredes que impedían que se pudiera ver la tarima, la cual estaba a muy pocos metros de altura.

Para que entiendan un poco: Una tarima de un concierto grande, como este, se coloca a una gran altura con la finalidad de que los que están muy lejos puedan ver la misma y las pantallas a los lados ayudan a ver los detalles. En este caso, la tarima estaba a escasos metros de los millonarios que pagaron el súper VIP para que ellos casi tocaran a los cantantes, y como consecuencia, los " Traki", como bien nos calificó el gerente de Advanta Producciones, no veríamos ni a los cantantes, ni la tarima.

Imagine ustedes un concierto donde no ves ni de lejos a los cantantes por los cual pagaste para ver.  Bueno, agreguen a eso que las torres de iluminación, sonido y demás logística estaban ubicadas detrás de las zonas VIP y ¿adelante de? Sí, efectivamente al frente de "los Traki". No podías verlos directamente, tampoco las pantallas a los lados de la tarima. Solo habían dos pantallas adicionales afuera de las zonas VIP que era lo único a lo q teníamos acceso de ver. Esos fuegos y efectos especiales, que desplegaron maravillosamente el equipo de Wisin y Yandel, nosotros no lo vimos. Solo vimos lo que salía en las pantallas cuando no se apagaban de repente por fallas.

Yo he tenido el placer de estar en grandes conciertos celebrados en nuestro país en lugares muy privilegiados y lugares muy alejados, pero jamás en la vida había visto una humillación tan grande a un grupo de más de 5.000 personas que fueron a ver a sus cantantes preferidos. Puede ser que 60 dólares no sean nada para Mahmoud Handous, pero las 5 mil personas presentes en esa zona merecíamos más respeto.

Wisin y Yandel ¡Un espectáculo! Unos maestros de escena que conectaron con el público de inmediato, muy respetuosos de nuestra identidad como país, un sonido espectacular y las canciones las mejores. De verdad emocionaron a todo el mundo y lograron que hasta "los Traki" la pasáramos bien.

Vi a un señor de unos 45 años de edad a mi lado, estaba con dos niños, de unos 14 años de edad, los cuales estaban emocionados y confundidos. Se notaba que era su primer concierto. Alcancé a escuchar que le preguntaban al papá: ¿Por qué no veían ni de lejos a Wisin y Yandel, que si siempre era así? El amigo me vio, yo lo vi, respiramos profundo y miramos al cielo.

Finalizo diciendo que por lo menos este humilde periodista por un buen tiempo no irá a Traki. No por sabotear por alguna molestia con esa empresa que tiene cosas muy buenas. Solo que el solo hecho de ir y recordar las humillaciones por ser un "Traki" me quitan las ganas algunas de acercarme por esos lados. Ahora, cuando quieran decirle a alguien pobre, no le dirán sin dinero... Le dirán Traki.

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