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Cientos de migrantes indocumentados, incluyendo bebés y ancianos, se encuentran viviendo en condiciones precarias en un albergue improvisado dentro de la terminal de autobuses de la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional O’Hare de Chicago, luego de ingresar a Estados Unidos en busca de asilo.
Los inmigrantes duermen sobre colchonetas de cartón en el piso y comparten baños dentro de este recinto aeroportuario, detrás de una cortina negra. Sus movimientos son monitoreados por una empresa de seguridad privada contratada.
Y no es el único albergue improvisado en esta ciudad. Ante la creciente llegada de migrantes indocumentados (se estima que cerca de 3,000 migrantes han arribado en avión desde junio) y la saturación de los albergues habituales, la ciudad de Chicago se ha visto obligada a utilizar también el aeropuerto internacional Midway, y sus ocupantes se desplazan hasta 3 kilómetros a pie para buscar ropa o servicios en una estación de policía local.
Esta controversial medida de la ciudad de Chicago para enfrentar la creciente llegada de migrantes ha generado preocupación por las condiciones condiciones deplorables en que se encuentran, expuestos a contraer enfermedades y sin la asistencia adecuada. “Se suponía que sería un lugar de paso, es preocupante. No solo por seguridad, sino por salud pública”, expresó Vianney Marzullo, voluntario en O’Hare.
Aunque la ciudad provee alimentación, los horarios y tipos de comida no se ajustan a las necesidades. Las donaciones a este sector del aeropuerto son limitadas. Algunos permanecen allí por semanas antes de ser trasladados a refugios o comisarías.
El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, propuso instalar carpas de campaña preparadas para invierno como solución ante la saturación de los refugios para indigentes de la ciudad.
Otras urbes como Nueva York también enfrentan desborde de migrantes, pero evitando utilizar sus aeropuertos como albergues temporales. El alcalde de Nueva York, Eric Adams, ha solicitado declarar estado de emergencia nacional ante esta situación y ha reclamado al Gobierno federal de Joe Biden intervenir en la situación actual que ha puesto al límite los servicios de atención social como el sistema de atención a indigentes de Nueva York.
Los Ángeles evita el colapso
La crisis de Chicago se debe principalmente a la política migratoria del gobernador de Texas, Greg Abbott, de enviar migrantes desde esa localidad a otras ciudades para aliviar la presión fronteriza.
Sin embargo, a diferencia de Nueva York y Chicago, Los Ángeles ha sido una de las pocas ciudades estadounidenses que ha evitado una crisis migratoria a pesar del envío de cientos de indocumentados en autobuses desde Texas hacia dicha entidad.
Esto se debe principalmente a que California ha dejado de ser el destino preferido de migrantes indocumentados desde los años 90, por el alto costo de vida (un 15 % por encima de otras ciudades de California).
De hecho, las autoridades señalan que el mayor porcentaje de indocumentados que arriban semanalmente a Los Ángeles lo hacen por sus propios medios y suelen quedarse con familiares, evitando recurrir a albergues municipales.
Así mismo, la medida de enviar autobuses desde Texas ha tenido un impacto menor al esperado ya que a la llegada de estos autobuses, se coordina su asistencia con las ONG -en su mayoría centroamericanos con redes de apoyo en la ciudad-, aunque los activistas locales prefieren mantener un perfil bajo para no incentivar más envíos.
La estrategia de coordinación discreta entre autoridades y las ONG ha permitido a Los Ángeles absorber el incremento de llegadas sin mayores contratiempos. Se espera que esta tendencia se mantenga mientras la ciudad siga sin ser el destino preferido de nuevas oleadas de migrantes indocumentados.
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