Una brasileña de 37 años fue detenida en el aeropuerto El Dorado en Bogotá, por transportar en una maleta frascos plásticos que contenían 130 ranas venenosas de la especie Oophaga histrionica conocida como rana arlequín.
Interrogada por la autoridad, la brasileña señaló que las ranas eran “un obsequio recibido por las comunidades étnicas de Nariño”, pero tras comprobar la cantidad de especies y los síntomas de asfixia que presentaban, iniciaron el proceso de judicialización por el delito de tráfico de fauna.
Se espera que en los próximos días estos especímenes puedan regresar nuevamente a su hábitat natural, una vez que se recuperen de las complicaciones de salud que sufrieron tras ser robadas.
La ciudadana extranjera no portaba el salvoconducto único de movilización nacional ni el permiso de aprovechamiento de fauna silvestre y fue dejada a disposición de la Fiscalía General de la Nación, concluyó Arévalo.
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¡La propia batracia la sapa esa!.
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