miércoles, 23 de octubre de 2013

¿Por qué son buenas las caricias?

Los abrazos, las caricias y las muestras de afecto pueden aumentar la capacidad del cerebro para construir el sentido de propiedad del cuerpo y, a su vez, desempeñan un papel en la creación y el mantenimiento de un sano sentido del “yo”.
Estos descubrimientos fueron realizados por la doctora Aikaterini Fotopoulou de la Universidad “College London” y doctor Paul Mark Jenkinson del Departamento de Psicología de la Universidad Hertfordshire en el Reino Unido .
El estudio, publicado en Frontiers of Psychology, analizó 52 adultos sanos por medio de una técnica experimental conocida como la “ilusión de la mano de goma”, en el cual una mano falsa es colocada en lugar de la mano real y el cerebro es engañado para creer que una mano de goma es la mano real de la persona. Este método demuestra la naturaleza cambiante de la percepción que el cerebro tiene del cuerpo.
Un contacto afectivo se caracteriza por la lenta velocidad de estimulación táctil de la piel (entre 1 y 10 cm por segundo) y ha sido relacionado previamente con emociones agradables; así mismo, reduce los síntomas emocionales como la ansiedad en ciertos grupos de adultos y niños.
De acuerdo con Eurekalert, los investigadores querían saber si las caricias afectarían la comprensión que el cerebro tiene del cuerpo. El equipo utilizó “mano de goma” incorporando diferentes tipos de contacto: un toque lento sincronizado y asincronizado, un toque afectivo, un contacto neutral con patrones sincrónicos y asincrónicos. Igualmente, se les pidió a los participantes que completaran un cuestionario para medir su experiencia del experimento.
Los resultados confirmaron hallazgos descubiertos previamente: un contacto ligero es considerado como más satisfactorio. Además, el estudio demostró que a través de un contacto lento, los participantes fueron más propensos a creer que la mano de goma era su mano real en comparación con al toque neutral rápido. La percepción del tacto afectivo en el cerebro es parte de una serie de señales que ayudan a monitorear la homeostasis.
Este estudio provee evidencia para apoyar la idea de que las señales interoceptivas como el contacto afectivo juegan un papel importante en cómo el cerebro aprende a comprender y construir una imagen mental del propio cuerpo, lo cual ayuda a crear un sentido coherente sobre uno mismo. La disminución en la percepción de estas señales se han relacionado con problemas de imagen corporal, dolor inexplicable, anorexia nerviosa y bulimia.
Un roce afectivo se recibe típicamente de un ser querido; estos resultados destacan cómo las relaciones implican comportamientos que pueden ser cruciales crucial en la construcción de sí mismo”, indicó Laura Crucianelli, investigadora de este estudio.
El siguiente es examinar si la privación de señales sociales, como el tacto afectivo de los padres durante el desarrollo temprano, también puede dar lugar a anomalías en la formación de una imagen corporal saludable y un sano sentido de sí mismo, por ejemplo en pacientes con trastornos de la alimentación como la anorexia nerviosa”, aseguró la doctora Fotopoulou.





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