martes, 5 de noviembre de 2013

El “bullying” toca la escuela venezolana: causa “sufrimiento, dolor y frustraciones en los niños”

Cuando un niño no cuenta acerca de sus buenas experiencias cuando regresa a su casa después de su escuela; y si tiene su ropa sucia o rota, lo más probable es que esté bajo sometimiento de sus compañeros de clase. Ante esto, la psicopedagoga, Astrid Lefeld, explica que el “bullyng” (término inglés como también se conocen las agresiones) provoca angustia y daños a la víctima.
Lefeld, además es especialista en desarrollo infantil, agrega que la angustia puede ser físico o verbal perjudica el bienestar del individuo. “Estos ataques causan sufrimiento, dolor y frustraciones en los niños y posteriormente los afecta de manera significativa”, detalló la psicopedagogía según reseñó el diario El Tiempo.
La especialista indica que los niños evitan pedir ayuda cuando se ven bajo acoso y sometimiento por temor a su victimario, porque porque consideran que nadie les creerá o por vergüenza. Lefeld recomienda “hablar con ellos de este problema, explicarles de qué se trata, darles información y herramientas para manejarse en estas situaciones. Jamás deben responder a la violencia con más violencia”.
Una señal de alarma es cuando los niños “pierden” sus materiales de estudios o aparatos electrónicos.
Advierte que una señal de alarma es cuando los niños “pierden” sus materiales de estudios o aparatos electrónicos. Asegura también que cuando estos presentan constantemente pesadillas, dificultades para dormir, o no evitan ir a la escuela, no quieren participar en eventos sociales, tienen la autoestima baja o presentan conductas de autodestructivas como lo es por ejemplo fugarse de la casa.
Por su parte, la presidenta de la Fundación ConValores, Sandra Briceño, añade que en ciertos casos las agresiones se salen de control y ocurren hasta ataques físicos que dejan severas lesiones en los niños. “Los padres deben establecer una relación de confianza con sus hijos que les permita comunicarse y hablar con la verdad, especialmente cuando les ocurre algo malo. Igual cercanía es importante que la tengan con los maestros”, apunta.
Tanto Lefeld como Briceño resaltan que quienes son testigos de acoso, están en la obligación de informar oportunamente sobre estos hechos.

Qué hacer cuando es mi hijo el agresor

Astrid Lefeld opina que es importante que los representantes de los niños que son los agresores nunca se limiten a creer en la información que reciben del plantel de sus hijos, y, por muy difícil que sea asimilarlo, dejar a un lado la frase: “mis niños son incapaces de maltratar a otros”. En ese sentido, recomienda a los padres investigar el niño y entender por qué el pequeño es un acosador, asimismo exhorta a que hablen con los maestros, buscar orientación, y también buscar todas las versiones posibles de los hechos.
“Es indispensable canalizar la conducta agresiva del hijo hacia algún deporte”
“Es indispensable canalizar la conducta agresiva del hijo hacia algún deporte de competición y dejarle claro que la violencia no es aceptable dentro de la familia”, dice Lefeld.
Para José Marchelli, sociólogo, indica que ambas familias, tanto de víctima como de victimario, están en la obligación de trabajar unidos para evitar que las agresiones perduren. “La comunicación es vital. Los padres deben conversar con sus hijos sobre lo bueno y lo malo de su entorno. Si tu hijo es una víctima, comprométete a ayudarlo. Dile que él no es el culpable de esta situación”, sostiene.

La solución no solo la tienen los padres, los maestros también

Sandra Briceño añade que la intolerancia dentro de los salones de clases, no es un asunto que deben resolver solo los representantes sino también los maestros deben participar para solucionar este inconveniente. Es por ello que agrega: “Los colegios tienen que reconocer que existe el acoso y la agresión, y deben preparar campañas de prevención con actividades en la que compartan todos los niños, sin aislamientos”.
Sugiere además que el “bullyng” es algo que debe resolverse de inmediato, “de lo contrario tendremos potenciales ciudadanos violentos en el futuro”, apunta.
424 niños y jóvenes en el mundo han sido víctimas de abuso por Internet, según el Centro de Explotación Infantil y Protección Online
De acuerdo con la percepción de Astrid Lefeld, como los niños pasan la mayor parte de su tiempo en los planteles, el personal educativo puede identificar a los acosados, acosadores y a los testigos silenciosos. Asimismo, indica que lo ideal es enfrentar los problemas con calma y diálogo. En el caso de la violencia escolar, los profesionales sugieren promover la tolerancia.
“En las escuelas hay equipos especializados que se encargan de valorar, evaluar y determinar los hechos de violencia. Por ello, la institución es capaz de canalizar las acciones necesarias para erradicar el ‘bullying’”.
424 niños y jóvenes en el mundo han sido víctimas de abuso por Internet, según el Centro de Explotación Infantil y Protección Online, ubicado en Londres. Muchos casos no quedan registrados. La institución, hizo el estudio entre 2011 y 2012, y concluyó que en ese período, siete chicos se suicidaron en el Reino Unido tras sufrir largo tiempo de “bullying”.
No obstante, hay algo que preocupa a los expertos, y es que la mayoría de los niños agresores viene de hogares donde la violencia es común. “Los infantes acosadores, si no son corregidos, pueden ser problemáticos con sus vecinos y cuando sean adultos, con sus compañeros de trabajo”, refiere Sandra Briceño de la Fundación ConValores, la cual promueve una campaña de tolerancia y paz a través de eventos realizados en la zona norte de Anzoátegui.





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