Cuando un niño no cuenta acerca de sus buenas experiencias cuando
regresa a su casa después de su escuela; y si tiene su ropa sucia o
rota, lo más probable es que esté bajo sometimiento de
sus compañeros de clase. Ante esto, la psicopedagoga, Astrid Lefeld,
explica que el “bullyng” (término inglés como también se conocen las
agresiones) provoca angustia y daños a la víctima.
Lefeld, además es especialista en desarrollo infantil, agrega que la
angustia puede ser físico o verbal perjudica el bienestar del individuo.
“Estos ataques causan sufrimiento, dolor y frustraciones en los niños y
posteriormente los afecta de manera significativa”, detalló la
psicopedagogía según reseñó el diario El Tiempo.
La especialista indica que los niños evitan pedir ayuda cuando se ven bajo acoso
y sometimiento por temor a su victimario, porque porque consideran que
nadie les creerá o por vergüenza. Lefeld recomienda “hablar con ellos de
este problema, explicarles de qué se trata, darles información y
herramientas para manejarse en estas situaciones. Jamás deben responder a
la violencia con más violencia”.
Una señal de alarma es cuando los niños “pierden” sus materiales de estudios o aparatos electrónicos.
Advierte que una señal de alarma es cuando los niños “pierden” sus
materiales de estudios o aparatos electrónicos. Asegura también que
cuando estos presentan constantemente pesadillas, dificultades para
dormir, o no evitan ir a la escuela, no quieren participar en eventos
sociales, tienen la autoestima baja o presentan conductas de
autodestructivas como lo es por ejemplo fugarse de la casa.
Por su parte, la presidenta de la Fundación ConValores, Sandra Briceño, añade que en ciertos casos las agresiones se salen de control y
ocurren hasta ataques físicos que dejan severas lesiones en los niños.
“Los padres deben establecer una relación de confianza con sus hijos que
les permita comunicarse y hablar con la verdad, especialmente cuando
les ocurre algo malo. Igual cercanía es importante que la tengan con los
maestros”, apunta.
Tanto Lefeld como Briceño resaltan que quienes son testigos de acoso,
están en la obligación de informar oportunamente sobre estos hechos.
Qué hacer cuando es mi hijo el agresor
Astrid Lefeld opina que es importante que los representantes de los niños que son los agresores
nunca se limiten a creer en la información que reciben del plantel de
sus hijos, y, por muy difícil que sea asimilarlo, dejar a un lado la
frase: “mis niños son incapaces de maltratar a otros”. En ese sentido,
recomienda a los padres investigar el niño y entender por qué el pequeño
es un acosador, asimismo exhorta a que hablen con los maestros, buscar
orientación, y también buscar todas las versiones posibles de los
hechos.
“Es indispensable canalizar la conducta agresiva del hijo hacia algún deporte”
“Es indispensable canalizar la conducta agresiva del hijo hacia algún
deporte de competición y dejarle claro que la violencia no es aceptable
dentro de la familia”, dice Lefeld.
Para José Marchelli, sociólogo, indica que ambas familias, tanto de víctima como de victimario, están en la obligación de trabajar unidos para
evitar que las agresiones perduren. “La comunicación es vital. Los
padres deben conversar con sus hijos sobre lo bueno y lo malo de su
entorno. Si tu hijo es una víctima, comprométete a ayudarlo. Dile que él
no es el culpable de esta situación”, sostiene.
La solución no solo la tienen los padres, los maestros también
Sandra Briceño añade que la intolerancia dentro de los salones de
clases, no es un asunto que deben resolver solo los representantes sino
también los maestros deben participar para solucionar este
inconveniente. Es por ello que agrega: “Los colegios tienen que
reconocer que existe el acoso y la agresión, y deben preparar campañas
de prevención con actividades en la que compartan todos los niños, sin
aislamientos”.
Sugiere además que el “bullyng” es algo que debe resolverse de inmediato, “de lo contrario tendremos potenciales ciudadanos violentos en el futuro”, apunta.
424 niños y jóvenes en el mundo han sido víctimas de
abuso por Internet, según el Centro de Explotación Infantil y
Protección Online
De acuerdo con la percepción de Astrid Lefeld, como los niños pasan
la mayor parte de su tiempo en los planteles, el personal educativo
puede identificar a los acosados, acosadores y a los testigos
silenciosos. Asimismo, indica que lo ideal es enfrentar los problemas
con calma y diálogo. En el caso de la violencia escolar, los
profesionales sugieren promover la tolerancia.
“En las escuelas hay equipos especializados que se encargan de valorar, evaluar y determinar los hechos de violencia. Por ello, la institución es capaz de canalizar las acciones necesarias para erradicar el ‘bullying’”.
“En las escuelas hay equipos especializados que se encargan de valorar, evaluar y determinar los hechos de violencia. Por ello, la institución es capaz de canalizar las acciones necesarias para erradicar el ‘bullying’”.
424 niños y jóvenes en el mundo han sido víctimas de
abuso por Internet, según el Centro de Explotación Infantil y
Protección Online, ubicado en Londres. Muchos casos no quedan
registrados. La institución, hizo el estudio entre 2011 y 2012, y
concluyó que en ese período, siete chicos se suicidaron en el Reino
Unido tras sufrir largo tiempo de “bullying”.
No obstante, hay algo que preocupa a los expertos, y es que la
mayoría de los niños agresores viene de hogares donde la violencia es
común. “Los infantes acosadores, si no son corregidos, pueden ser
problemáticos con sus vecinos y cuando sean adultos, con sus compañeros
de trabajo”, refiere Sandra Briceño de la Fundación ConValores, la cual
promueve una campaña de tolerancia y paz a través de eventos realizados
en la zona norte de Anzoátegui.
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