En un intento por hacerse popular en las Redes Sociales,
Frank Fajardo intentó justificar en su perfil de Facebook las razones
científicas de la infidelidad masculina. No teniendo cómo argumentar que
sus aventuras sexuales eran producto de las pocas atenciones, mimos y
cuidados de su esposa; acudió a distintas fuentes bibliográficas en
Internet que explicaban cómo la naturaleza de los hombres prácticamente
los obligaba a buscar placer fuera de casa.
Frank tenía cinco años de matrimonio
con Eloina Otero, quien compartía su tiempo entre el trabajo y las
responsabilidades del hogar. Un año antes del episodio del Facebook la
pareja se había separado durante un par de meses, luego que ella
descubrió que le había sido infiel con una compañera de trabajo. Sin
embargo, la decisión de darse una nueva oportunidad prevaleció sobre los
argumentos de sus amigas.
Con la sensación de que su esposa aceptaba lo que había sucedido como algo normal y relajado ante los esfuerzos que ella hacía constantemente por mantener el buen ambiente en casa; se animó entonces, con el pecho hinchado de orgullo macho, a publicar este post de Facebook:
“He leído en un portal sobre
psicología que la parte del cerebro donde nacen los impulsos sexuales
del hombre no está tan arraigada a la parte emocional, lo que representa
una gran diferencia con las mujeres pues, en el caso de ellas, los
impulsos sexuales y las emociones nacen prácticamente en el mismo lugar
del cerebro.
Tiene sentido ya que, cuando a un hombre se le presenta la oportunidad de tener una aventura, en ningún momento deja de amar a su esposa mientras reafirma su masculinidad con otra mujer. Para nosotros la infidelidad es algo físico y hay estudios científicos que lo demuestran.
Por eso las mujeres inteligentes
saben que cuando un hombre decide casarse con ellas, lo hace porque
está enamorado y eso es lo que realmente importa. Cuando una esposa le
exige fidelidad absoluta a su esposo, le está pidiendo algo contra
natura y egoísta, pues básicamente le estaría pidiendo que dejara de ser
hombre.
En esa misma página web
explican además que la infidelidad femenina es otro cuento, pues esa sí
está acompaña de sentimientos y resulta inaceptable para el esposo. La
ciencia ha determinado que cuando la mujer tiene sexo con otro hombre,
lo hace porque siente algo por el desgraciado ese. Por eso las
infidelidades de una mujer no se perdonan, porque solo se estaría
corriendo la arruga en una relación en la que nos han dejado de amar.
Así que a mis amigas que se empeñan en mantener discusiones y
sufrir porque se sienten traicionadas por sus parejas, solo puedo
decirles que acudan a la ciencia y aprendan a sacarle provecho a las
circunstancias para ser cada vez
mejores como mujeres y esposas. Yo que se los digo: sí es posible
seguir adelante y seguir amando como el primer día, solo hay que aceptar
las cosas como son”.
No habían pasado dos horas de la publicación del post en el Facebook
de Frank cuando se hizo viral. Llovieron los comentarios de amigos de la
pareja que daban sus opiniones y se encendió el debate entre hombres
que defendían tímidamente su exposición y mujeres que se sentían
ofendidas y argumentaban que valores como respeto, sinceridad, ética y
el verdadero amor eran suficientes para ser fiel.
Después de un día de trabajo particularmente duro, Eloína llego a casa
y se conectó a Facebook. Al leer el post no entendió qué razones pudo
haber tenido Frank para exponer ante todo el mundo una situación que,
aunque trataba de llevar de la mejor manera posible, era muy dolorosa
para ella.
A medida que iba leyendo los comentarios de sus amigos, sus ojos se
llenaron de lágrimas pues cada vez se iban haciendo menos serios y se
iban convirtiendo en burlas hacia su condición de “engañada”.
La gota que derramó el vaso de su paciencia fueron las palabras de un
vecino, que se unió a la conversación para comentar a manera de chiste:
“Uy Eloína, vas a tener que mandar a remodelar las paredes de tu
apartamento para que no te choquen los cachos jejejeje. Ese debe ser un
problema típico de las mujeres tan inteligentes Jajajajajajaja”.
Su primera reacción fue correr hacia la sala donde estaba Frank
viendo un juego de futbol y gritarle improperios hasta quedarse sin voz.
Pero no había terminado de levantarse de la silla cuando se quedó
inmóvil por un momento. Respiró profundo. Caminó hacia su alcoba y
arregló una maleta con todas sus cosas personales. Volvió a sentarse en
la computadora y respondió el post de Frank. Luego tomó un baño, se
vistió de fiesta y, sin cruzar una sola palabra con el confundido y
extrañado esposo, salió por la puerta como alma que lleva el diablo.
Frank le gritaba desde la ventana para que le explicara que sucedía.
Ella permanecía sin hablar y con el rostro completamente inexpresivo.
Subió a su carro. En la radio sonaba Dude (Looks like a lady). Le dio
todo el volumen que pudo y arrancó a máxima velocidad.
Al regresar a la habitación donde Eloína usaba la computadora, Frank
se sentó a leer en Facebook la respuesta que su esposa le había dejado,
justo debajo de los 562 comentarios que ya contabilizaba el post:
“¡Vale Frank! Pero es que no se
te escapa nada! La humanidad es grande gracias a la ciencia, de eso no
hay duda. Es por eso que, inspirada por tu recién descubierta
fascinación por los estudios científicos, he decidido hacer también una
investigación y encontré resultados sorprendentes. Fíjate bien:
Se comprobó científicamente que los animales no pueden controlar
sus impulsos, pero los humanos sí pueden. Es decir, cuando no eres capaz
de controlar ese impulso sexual inconsciente de tu cerebro al que te
refieres, sólo estás dejando bien claro la clase de animal que eres.
Otro estudio muy interesante demostró que las mujeres que son
amantes de un hombre casado y después establecen una relación formal con
ellos, tienen una altísima posibilidad de engañarlos o abandonarlos en
un plazo de 2 a 3 años. Fue así como descubrí por qué me suplicaste
tanto para que volviéramos después de tu affaire con la fulanita de la
oficina. No tanto por el amor que decías que me tenías, sino porque a
una muchachita como esa podrás marearla seis horas a la semana, como
mucho, pero los pretendientes más atractivos y jóvenes que tú que tiene y
la voracidad con la que estaba dispuesta a gastarse tus ahorros en ropa
y maquillaje, no te daba muy buena espina, ¿cierto?
No la puedo juzgar por eso de gastar dinero. Entre todos los
estudios que encontré di con uno que me encantó de principio a fin. Unos
científicos descubrieron que hay un impulso que nace en el cerebro de
la mujer que prácticamente
la obliga a comprar y gastar compulsivamente para ser feliz. Es un
asunto natural. Hoy me sentí con ganas de conectarme con mi esencia
femenina, esa que tenía represada desde hace varios años para no
polemizar a causa de tu tacañería; y me he llevado todas tus tarjetas
bancarias. Puedes despedirte de tu historial crediticio.
Te cuento más. Hay un estudio de una universidad americana que
demostró que las mujeres somos más capaces que los hombres de
sobrellevar nuestros errores, aceptarlos, corregirlos si es posible y
aprender la lección. Como no me ha convencido mucho (quizás porque
estaba en inglés y no lo he entendido del todo), he decidido ponerlo en
práctica para probar la hipótesis. Como primer paso reconozco que fue un
error terrible haber vuelto contigo. Ahora, para corregirlo, he
decidido dejarte definitivamente y llevarme como aprendizaje que hay
hombres cuya patanería jamás dejará de sorprenderte. Tú lo has dicho
claramente, las cosas son como son.
Finalmente, pero no menos importante, un trabajo de una
prestigiosa revista científica echó por tierra hace más de cinco años el
famoso estudio al que haces referencia en tu hilarante post. De hecho,
investigaciones recientes han demostrado que debido a la capacidad de
gestar y parir seres humanos, las mujeres tenemos la tendencia natural
de buscar el mayor número de compañeros sexuales posibles. Tú sabes,
para preservar nuestra especie. Sería genial si me ayudaras a difundir
esta información para contribuir con la construcción de una sociedad más
justa, en la que se respeten los derechos inherentes a la naturaleza
femenina.
Más curioso es que la misma investigación demostró que las mujeres
tienen instintos sexuales más voraces que los del hombre y una
frecuencia sexual natural mucho más alta. Por eso Dios nos dio la
capacidad de ser multiorgásmicas, flexibles y anatómicamente capaces de
disfrutar el placer sexual mucho más que el hombre. Debe ser por eso que
en los últimos meses has tenido el problemita recurrente ese por el que
se supone que ibas a ir al médico pero te da miedo.
De todas formas me voy dispuesta a comprobar tu teoría de que en
el mismo lugar del cerebro donde nace el impulso sexual en la mujer,
nacen sus emociones. Pero voy a hacer una variación, como lo permitiría
cualquier proceso experimental. En vez de enamorarme de otro para
después acostarme con él, voy a acostarme con él primero para ver si
después me enamoro. Espero que seas suficientemente inteligente para
entender que mi única intención es contribuir con esa ciencia a la que
tanto respetas.
Por cierto, todavía no hay estudio que lo confirme pero Joaquín
Sabina dijo una vez que los hombres engañan más que las mujeres; pero
las mujeres engañan mejor”… Yo que tú comenzaría a preguntarme a cuál de
tus amigotes deberías comenzar a llamar “el desgraciado ese”.
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