¿Cómo es posible que en pleno 2017 alguien no sepa que es necesario tomar precauciones al practicar sexo? Aun hoy, hay quien piensa que los condonesson un incordio, un “mal envoltorio” que dificulta el coito. Los hombres suelen quejarse de su incomodidad, de la disminución de la sensibilidad y de la falta de adaptación al miembro.
En España la situación es alarmante: casi la mitad de los jóvenes (45,6%) de entre 15 y 29 años reconoce haber mantenido relaciones sexuales sin preservativo en alguna ocasión, y un 26,4% dice hacerlo siempre o casi siempre sin profiláctico. Y eso que son conscientes de los riesgos que implica: embarazos no deseados y la posibilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual. Pero, pese a ello, un 15% reconoce que esa conducta le compensa. Sus excusas más comunes son “no es lo mismo”, “incomoda mucho” o “me produce alergia”.
Estos son algunos de los datos que ofrece el barómetro 2017 del ProyectoScopio, realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), que en esta ocasión evalúa la percepción que tienen los jóvenes sobre conductas de riesgo.
Ahora, los cambios realizados por la Administración de Medicamentos y Alimentos de EEUU (FDA) y las empresas han abierto una puerta al condón a medida. Una compañía con sede en Boston ha comenzado a vender preservativos de más de 60 tamaños con combinaciones de diez tipos diferentes de longitud y nueve de circunferencia. ¿Conseguirá esto mejorar la percepción que se tiene de uno de los únicos métodos anticonceptivos que protegen contra mayoría de las enfermedades de transmisión sexual? Los expertos en salud pública no están seguros.
No eres invencible
Aunque el estudio se refiere al uso de este anticonceptivo en particular no se descarta que los encuestados (un total de 1.247) utilicen otro distinto, especialmente los que tienen más edad y viven en pareja. Los expertos se llevan las manos a la cabeza porque desde hace años los jóvenes están perdiendo el miedo a los embarazos no deseados y a las enfermedades venéreas.
El 25% de los encuestados tiene conciencia de que hacerlo de esta manera es muy peligroso, sin embargo, creen que les compensa.
A los hombres no les gusta comprar una caja de condones y descubrir que son demasiado grandes para ellos
“Los jóvenes ya no tienen miedo. No piensan que puedan contraer una enfermedad de transmisión sexual, lo ven como una situación ajena y, como consecuencia, llevan a cabo conductas de riesgo al practicar sexo”, señala la directora de la Federación Española de Sociedades de Sexología (FESS), Francisca Molero, entidad que ha puesto en marcha una campaña “Hazlo con la gorra” para incentivar el uso del preservativo.
Muchas ideas para mejorar los condones han acabado fracasando, a veces bloqueadas por los costes de las pruebas requeridas por la FDA, que considera que estos son dispositivos médicos. Una conferencia patrocinada por Bill y Melinda Gates en 2013 buscó nuevos conceptos para tratar de conseguir que el placer de las relaciones sexuales mejorara a pesar de la utilización del preservativo, aunque aún no se ha comercializado. Así que mientras algunos emprendedores siguen fabricando prototipos, otros se han dado por vencidos.
¿Importa el tamaño?
Global Protection, compañía de profilácticos personalizados, presionó a la FDA y a las asociaciones de la industria para hacer cambios clave, sobre todo la prioridad de fabricar tamaños más pequeños, tal y como comentó su presidente Davin Wedel a ‘The Independent’. Hasta hace poco, los condones estándar debían tener al menos 16 cm de largo, a pesar de que los estudios han encontrado que la media de un pene erecto es aproximadamente un centímetro y medio más corto (en el caso de españoles y estadounidenses).
“La idea era que tenía que ser lo suficientemente largo como para poder adaptarse a la mayoría de los hombres. Mejor que sobre que no que falte”, comenta Debby Herbenick, experta en salud sexual de la Universidad de Indiana. Ella y sus compañeros publicaron una investigación con datos de más de 1.600 hombres estadounidenses, y descubrieron que el 83% de ellos tenía longitudes de 14,3 cm, más cortas que los condones estándar.
Algunos hombres se quejan de que “los preservativos tienden a salirse”, explica Ron Frezieres, vicepresidente de investigación y evaluación de Essential Access Health, una organización sin fines lucrativos. Otros se quejaban de que les apretaba: “Los hombres con un miembro de tamaño más pequeño tenían la base del pene muy gorda”, asegura Ron.
Estos profilácticos personalizados se han comercializado bajo el nombre myONE Perfect Fit y tienen longitudes desde los 12 a los 23 cm y diámetros de entre 8,5 a 12,5 cm (los estándar suelen estar entre 17 y 21 cm de largo y de 9 a 11 de ancho), nada que ver con las medidas que suelen utilizar los hombres en general cuando los miden por ellos mismos.
“Es una experiencia horrible para un hombre si compra una caja de condones y son demasiados grandes”, comenta Wedel. Un cliente, Shawn Reimund de Austin (Texas) asegura que “la longitud era frustrante porque se deslizaba mucho y el látex me cortaba la circulación, era como una anaconda que te envuelve, a veces la circunferencia no era la adecuada”.
Otras soluciones
Existen algunas ideas para mejorar los condones, pero han sido desechadas. Por ejemplo, CharlesPower ha inventado el “gorro galáctico”, una pieza de poliuretano que solo cubre la punta del pene y que se pega con un pegamento médico especial. No se ha probado lo suficiente para conseguir la aprobación de la FDA, pero su dueño ya lo vende en California por un precio de 18 euros.
Casi la mitad de los jóvenes de entre 15 y 29 años reconoce haber mantenido relaciones sexuales sin preservativo en alguna ocasión
“Si me persiguen o denuncian trasladaré mi ‘fábrica’ a México porque el gorro galáctico permite tener más sensación ya que no cubre tanta piel”, aunque admite que no protege necesariamente contra las enfermedades de transmisión sexual y que ha tenido quejas de que el adhesivo es un poco doloroso al quitarlo.
Mark McGlothlin, galardonado con 100.000 euros por la Fundación Gates, ideó un condón hecho de colágeno animal (vacas o piel de pescado) pero le faltan dos millones de euros para desarrollar los ensayos clínicos necesarios. Otra de las posibles soluciones fueron los preservativos de origami, plisados para permitir un buen movimiento dentro de la vagina, aunque los esfuerzos para verificar su estado no tuvieron éxito y su web ha desaparecido.
Mahua Choudhury, farmacólogo médico del Texas A&M Health Science Center, asegura que las compañías están considerando invertir en un profiláctico de hidrogel con un antioxidante que promueva el flujo sanguíneo y la relajación muscular para “estimular y mantener la erección”.
La organización de Frierzes, que ganó dos subvenciones de Gates valoradas en 1,2 millones de euros, está creando uno transparente fabricado con polietileno. “Se está retocando el material con la esperanza de llevar a cabo ensayos finales pronto”. El presidente de la empresa, Wedel, cree que “los preservatidos tienen un problema enorme de imagen”. La industria está poniéndose manos a la obra. Mientras tanto, menos quejas y más protección.
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