¿Es cierto aquello de que la
primavera, la sangre altera, y que el frío nos lleva a buscar calor en
otros cuerpos? Pues parece ser que sí, tal y como defiende un reciente
estudio realizado por los profesores de psicología Patrick M. Markey y
Charlotte N. Markey de la Universidad de Villanova, en Filadelfia
(Pensilvania), y que será publicado en un próximo número del Archives of Sexual Behavior.
Según la investigación, existen dos
momentos a lo largo del año en los que las personas se sienten más
inclinadas a buscar material erótico en la red: el comienzo del verano y
el invierno. En concreto, el mes de diciembre, coincidiendo con las vacaciones de Navidad.
La mayor parte de estudios sobre
las costumbres sexuales habían recurrido a cuestionarios y encuestas
como método de investigación, pero hasta ahora ninguno había recurrido a
los datos de Google Trends. A partir de los datos recogidos
durante cinco años, la pareja de científicos intentó averiguar cuáles
son los momentos del año donde buscamos más contenido sexual en la red.
No hace falta detenerse demasiado en el gráfico proporcionado por los
investigadores para descubrir que la forma de onda desvela unos picos
claros en el comienzo del verano y el invierno. Además, los estudiosos
señalan una bajada de las búsquedas a partir de 2009, y sugieren que
esto puede estar relacionado con la crisis mundial.
Era en estos dos momentos
del año, junio y diciembre, cuando más tráfico tenían las páginas de
citas y de vídeos pornográficos, y también cuando más se buscaban en el
buscador por excelencia palabras como “tetas”, “culos”, ”sexo”, “porno”,
“desnudo”, etc. El problema, señalan los investigadores, es
que también otros términos que describen actividades ilegales, como la
prostitución (“escort”, “prostituta”), eran muy frecuentes en dichos
momentos del año. Los investigadores señalan, frente a la posibilidad de
que este aumento de búsquedas se corresponde meramente con un mayor uso
de Internet, que estos picos no se reproducían en la búsqueda de otras
palabras que no están relacionadas con el sexo. Se ha argumentado en
contra del estudio que gran parte de estas búsquedas suelen ser
realizadas por hombres, por lo que sólo tendría validez referidas a
estos.
El ciclo semestral
Los autores recalcan en su artículo
que no es la primera vez que se identifica en un estudio científico este
ciclo que comprende seis meses. Existen dos explicaciones que suelen
utilizarse para responder a esta incógnita. Por un lado, la cultural,
que implicaría que los picos coinciden con aquellos momentos en los que
se dispone de más tiempo libre, como es el comienzo de las vacaciones de
verano, que llevarían a los usuarios de la red a buscar pareja una vez
se han librado de sus obligaciones laborales. Pero también es posible
que existan ciertos ciclos ligados con nuestra biología y los cambios
climatológicos que aún no se han descubierto y justifiquen esta
concepción.
En un estudio canónico
realizado en Estados Unidos por Daniel A. Seiver en 1985, el primero
realizado con una vocación exhaustiva, el investigador concluyó que la
mayor parte de los nacimientos en Estados Unidos se producían durante el
final del verano y a principios de otoño, lo cual implicaría la mayor
parte de embarazos se produciría precisamente en Navidad. Al
mismo tiempo, los datos presentados en diversos estudios realizados por
Dennis Fortenberry y sus colegas del Centro de Promoción de Salud
Sexual, manifiestan que es al comienzo del verano cuando la actividad
sexual de riesgo alcanza su cénit anual.
Otro estudio, aplicado esta vez a la
población alemana, se encuentra en consonancia con los resultados
obtenidos por los Markey. Realizado por A. Lerch a finales de los
noventa, a partir las estadísticas del período comprendido entre 1946 y
1995, el estudio concluía que los momentos de mayor actividad sexual
para los alemanes se encontraban en mayo y diciembre, mientras que los
meses de marzo y octubre contemplaban un menor número de relaciones
sexuales. Además, los datos proporcionados por K. Wellings en su
estudio Variaciones estacionales en la actividad sexual y sus
implicaciones para la promoción de la salud sexual resultan consistentes
con los descubrimientos realizados por los investigadores de
Filadelfia. Según sus datos, los períodos en los que se venden más
preservativos son durante el verano y en las vacaciones de Navidad. Pero
aún queda por averiguar si este aumento de la actividad sexual es
producto de un aumento del deseo interno o consecuencia de la
disposición de más tiempo libre.
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