Las cuentas públicas de EEUU preocupan a sus militares. Un informe del ejército asegura que la falta de recursos obligará a reducir “drásticamente” el presupuesto de Defensa. Además, recuerda que el excesivo endeudamiento ya tumbó otros imperios en el pasado.
· EEUU interviene el triple de entidades financieras en el primer trimestre
· Los gráficos que resumen la política monetaria de la FED desde 2007
· La política de Obama acrecienta las dudas sobre la solvencia de EEUU
Daniel Luna / Nueva York
Un informe del Mando de Acción Conjunta del ejército estadounidense (United States Joint Forces Command, o USFJCOM) asegura que la explosión del déficit y la deuda pública hace insostenible la actual asignación de recursos para Defensa y pone en peligro la seguridad nacional e internacional.El informe, denominado Joint Operating Environment 2010 (The Joe), analiza las posibles amenazas en todas las áreas relacionadas con la seguridad. En el capítulo dedicado a la economía, The Joe describe la grave coyuntura financiera en la que se encuentra el país:
“Los ingresos fiscales previstos están muy por debajo de lo necesario para cubrir los compromisos adquiridos por el Gobierno Federal. El nivel de endeudamiento público suscita incertidumbre sobre nuestra capacidad para devolver una deuda cada vez mayor y sobre el valor del dólar en el futuro”.
Este endeudamiento va a exigir, según el informe, unos gastos cada vez mayores: “Si continúa la tendencia actual, Estados Unidos dedicará un 7% de su producción simplemente a hacer frente a su deuda externa. El pago de los intereses, combinado con el crecimiento de la Seguridad Social y la Sanidad, detraerá recursos de todas las demás áreas del Gobierno, incluida la Defensa Nacional”.
¿Cuáles serán las consecuencias de esta reducción del presupuesto? Según el USFJCOM, el recorte será “drástico”, reducirá las operaciones actualmente en marcha y afectará en general a todos los sistemas y capacidades militares, lo que obligará a identificar “nuevas áreas de riesgo” y a asumir “elecciones difíciles entre el coste y el resultado de nuestras operaciones”.
El estudio advierte de que la comunidad internacional también sufrirá las consecuencias: “Durante más de 60 años Estados Unidos ha garantizado la seguridad global de las principales naciones comerciales del mundo. A un coste anual de 600.000 millones de dólares, las Fuerzas Combinadas ofrecen a los exportadores un acceso seguro a las áreas internacionales comunes para el comercio y el transporte”.
El USJFCOM considera este servicio “una exportación no declarada de gran beneficio para la comunidad internacional” que habrá que reducir, y pronostica el surgimiento de nuevos “exportadores de seguridad” en competencia con los norteamericanos. “Si no abordamos la nueva realidad fiscal, no podremos participar en esta disputa en términos favorables a nuestra nación”, concluye el informe.
La caída de otros imperios
El Joint Operating Environment 2010, un documento plagado de casos históricos y citas de intelectuales y estudiosos de la guerra (Sun Tzu, Von Clausewitz, Churchill, Huntington, Krugman, Hitler y Bin Laden, entre otros), establece un paralelismo entre Estados Unidos y otros imperios que vivieron demasiado tiempo por encima de sus posibilidades:
“La España de los Habsburgo incumplió el pago de su deuda catorce veces en 150 años, y la alta inflación la hizo tambalearse hasta que su imperio transoceánico colapsó; los Borbón en Francia acumularon tanta deuda por sus guerras y despilfarros que las tensiones sociales desembocaron en su derrocamiento en una revolución; los intereses consumieron el 44% del presupuesto británico entre 1919 y 1939 e impidieron su rearme frente a Alemania".
Y enfatiza: "Salvo que la tendencia actual se invierta EEUU se enfrentará a problemas similares, con un porcentaje del presupuesto federal cada vez mayor destinado a pagar los intereses del dinero prestado para financiar el déficit”.
Por el momento, los temores del Mando militar no se han hecho realidad. Desde el año 2000 el presupuesto de Defensa se ha duplicado, de 268.000 a 533.000 millones, y la propuesta de Obama para el 2011 es aumentarlo un 3,4%.
El economista Mark Stoker, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), uno de los think tanks más importants del mundo en asuntos de Defensa, cree que la crisis todavía no ha afectado a los grandes ejércitos, pero lo hará pronto. “Algunos países como India, China y Brasil seguirán aumentando su presupuesto militar durante los próximos años, pero EEUU y los principales miembros de la OTAN carecen de flexibilidad para hacer lo mismo” debido a sus abultados déficits.
Hay analistas que no ven esta situación como un problema: “Al contrario, ése sería el lado positivo de la crisis”, asegura Benjamin Friedman, investigador en asuntos de Defensa del Instituto CATO.
“Nuestro presupuesto militar supone casi la mitad del total mundial, pero no hay justificación para esto. Estados Unidos es una de las naciones más seguras de la historia, nadie desafía nuestra superioridad militar y una invasión es impensable”, según Friedman, quien añade que “lo más parecido que tenemos a unos enemigos estatales, Corea, Irán y Siria, suman entre los tres 1/16 de nuestro gasto en Defensa”.
“Además, no es cierto que nuestra presencia sea necesaria para garantizar el comercio internacional. Durante la guerra entre Irán e Irak en los años 80, por ejemplo, no estábamos allí, y los flujos de petróleo no se vieron interrumpidos. El mercado simplemente se adaptó, otros proveedores ajustaron los precios y el suministro se mantuvo”, añade.
Este investigador señala el coste de oportunidad que supone la contratación masiva de personal cualificado para labores militares: “En la sociedad faltan ingenieros, pero hay muchos trabajando para el Ejército. Estamos dedicando así capital a usos menos productivos de lo que lo haría el libre mercado”.
Según Friedman, el principal problema de seguridad al que se enfrenta EEUU es el terrorismo, “un asunto de los servicios de inteligencia con el que el ejército tiene poco que ver”, y el gasto militar podría reducirse a la mitad “sin que la seguridad nacional se viera afectada”.