Orleidys Alfaro (34) fue asesinada a palazos y pedradas, en una barriada
de Maracaibo; su expareja, Ramiro Pérez, logró escaparse. Ya había
estado detenido por violencia de género.
De una salvaje golpiza fue asesinada Orleidys Andrea Alfaro Ospino, de 34 años, cuando su exmarido la azotó a palazos y pedradas porque ésta se negó a renovarle el permiso de viaje al hijo de ambos.
El hecho se registró, la madrugada del pasado domingo, en el barrio Fuerza Bolivariana, en Maracaibo, donde la mujer residía sola en una humilde casa.
El asesino fue identificado como Ramiro Pérez, de 30, quien viajó desde Colombia expresamente para matar a su exconcubina, con quien mantuvo una relación amorosa de 10 años.
“Ese hombre se vino desde Colombia para matar a mi hija. Él lo tenía todo planificado, porque Orleidys no quiso firmar el permiso de viaje de su niño. Ya ella no quería tener ningún contacto con él”, explicó Emilia, tía y madre de crianza de la víctima.
Pérez ingresó a la casa en la madrugada, mientras la mujer dormía; discutieron y luego la golpeó hasta la muerte. El cadáver quedó tendido en la habitación.
Según algunos vecinos, se escucharon los gritos de la fuerte discusión alrededor de las 4:30 am; pero nadie quiso intervenir, pues ese tipo de peleas eran comunes entre ellos.
La hija menor de Orleidys fue quien halló el cadáver. Llegó a la casa de su madre, la mañana del domingo, pues la llamaba por teléfono y ésta no le respondía. Se habían puesto de acuerdo para pasar el día juntas, ya que la jovencita estaba cumpliendo 17 años.
Otra vecina señaló que, a media mañana del domingo, Ramiro se acercó a la casa; pero fue correteado por algunos hombres del barrio, quienes ya estaban al tanto del crimen. Sin embargo, logró huir.
Orleidys y Ramiro tenían un año separados, luego de que la mujer lo denunciara por violencia de género. Tras quedar en libertad, él se fue a Barranquilla, su ciudad de origen, y se llevó al hijo de ambos; pero cada cierto tiempo, regresaba para que ella firmara el permiso de viaje.
Oficiales de la PNB custodiaron la escena del crimen, donde se encontraba un palo, escombros de ladrillos, mecates y una pala; todos ensangrentados.
Orleidys Andrea Alfaro Ospino era colombiana; pero tenía casi 30 años residenciada en el país. Laboraba como cocinera en un restaurante y deja cinco hijos en la orfandad.
El hecho se registró, la madrugada del pasado domingo, en el barrio Fuerza Bolivariana, en Maracaibo, donde la mujer residía sola en una humilde casa.
El asesino fue identificado como Ramiro Pérez, de 30, quien viajó desde Colombia expresamente para matar a su exconcubina, con quien mantuvo una relación amorosa de 10 años.
“Ese hombre se vino desde Colombia para matar a mi hija. Él lo tenía todo planificado, porque Orleidys no quiso firmar el permiso de viaje de su niño. Ya ella no quería tener ningún contacto con él”, explicó Emilia, tía y madre de crianza de la víctima.
Pérez ingresó a la casa en la madrugada, mientras la mujer dormía; discutieron y luego la golpeó hasta la muerte. El cadáver quedó tendido en la habitación.
Según algunos vecinos, se escucharon los gritos de la fuerte discusión alrededor de las 4:30 am; pero nadie quiso intervenir, pues ese tipo de peleas eran comunes entre ellos.
La hija menor de Orleidys fue quien halló el cadáver. Llegó a la casa de su madre, la mañana del domingo, pues la llamaba por teléfono y ésta no le respondía. Se habían puesto de acuerdo para pasar el día juntas, ya que la jovencita estaba cumpliendo 17 años.
Otra vecina señaló que, a media mañana del domingo, Ramiro se acercó a la casa; pero fue correteado por algunos hombres del barrio, quienes ya estaban al tanto del crimen. Sin embargo, logró huir.
Orleidys y Ramiro tenían un año separados, luego de que la mujer lo denunciara por violencia de género. Tras quedar en libertad, él se fue a Barranquilla, su ciudad de origen, y se llevó al hijo de ambos; pero cada cierto tiempo, regresaba para que ella firmara el permiso de viaje.
Oficiales de la PNB custodiaron la escena del crimen, donde se encontraba un palo, escombros de ladrillos, mecates y una pala; todos ensangrentados.
Orleidys Andrea Alfaro Ospino era colombiana; pero tenía casi 30 años residenciada en el país. Laboraba como cocinera en un restaurante y deja cinco hijos en la orfandad.
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