martes, 2 de junio de 2015

Inhibidores de Trombina disminuyen respuesta exagerada al dolor térmico



Tras un largo proceso de experimentación con medicamentos inhibidores de la trombina, investigadores del Laboratorio de Hemostasia y Genética Vascular (HGV) y el Laboratorio de Neurofisiología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic), hallaron que la hirudina y el dabigatran son capaces de revertir las respuestas exageradas al dolor producido por la inflamación.
Los especialistas llegaron a esta conclusión luego de realizar un minucioso estudio de laboratorio usando el modelo de inflamación de la pata por carragenina, el cual consistió en inyectar la sustancia de carrageneina en una de las patas de las ratas en estudio para inducir la inflamación y luego tratar de revertir ese proceso de edematización administrando una dosis de los fármacos hirudina y dabigatran. Los resultados fueron positivos por cuanto se logró aliviar las exageradas sensaciones de dolor térmico más no mecánico.
La carragenina, es una sustancia de origen vegetal usada por la industria alimenticia como espesante sin que se presente reacciones adversas en el tracto intestinal, pero si es inyectada directamente en la piel puede desarrollar un cuadro inflamatorio en tan solo cuatro horas.
Estos hallazgos fueron presentados durante la conferencia titulada “La mosca en la sopa (inflamatoria)”, realizada recientemente por el investigador asociado al Laboratorio de Neurofisiología del Ivic, Enrique Vázquez, quien trabajó de manera conjunta con la doctora Mercedes López y los Profesionales Asociados a la Investigación (PAIs) Whitney Venturini, Gabriel Díaz y la tesista de pregrado Ángela Goncalves.
En este seminario, el investigador hizo uso del término “sopa inflamatoria”, dado que éste aparece en la literatura especializada para referirse a la gran cantidad de mediadores químicos que están presentes en el líquido inflamatorio. La mosca en este caso, es la trombina.
La trombina es una enzima o proteína que se encuentra presente de manera inactiva en el plasma sanguíneo y al haber daño en el tejido por algún corte o ruptura se activa y convierte las proteínas llamadas fibrógenos en fibrina (sustancia proteíca filamentosa), la cual forma una especie de malla invisible y genera el coágulo que detiene el sangrado.
Según Vázquez, en el estudio experimental que se encuentra en desarrollo, se demostró por primera vez que el dabigatran – profármaco utilizado en la prevención primaria de episodios tromboembólicos venosos en pacientes sometidos a cirugía de reemplazo total de cadera o de rodilla- administrado de manera preventiva, es decir, antes de la aparición del cuadro inflamatorio, es capaz de reducir la hiperalgesia mecánica y evitar el desarrollo de la hiperalgesia térmica.
La hiperalgesia es una respuesta al dolor exagerada frente a un estímulo que en condiciones normales ya es doloroso. Según el tipo de estímulo que la provoca puede ser mecánica o térmica.
La hiperalgesia mecánica, puede explorarse con una presión digital intensa (mecánica estática) o con un clip o una aguja sin punta, en una ocasión o de modo repetido, mientras que el paciente lo tolere (mecánica al pinchazo); ambas provocan un dolor superficial muy agudo. Mientras que la hiperalgesia térmica al calor puede producirse con un objeto calentado a una temperatura de 46°C, lo cual produce un dolor urente continuo.

En el experimento también quedó demostrado que ambas drogas (hirudina y dabigatran) administradas de manera terapéutica, es decir, una vez establecido el cuadro inflamatorio en la pata del animal, reducen la hiperalgesia térmica pero no la mecánica.
Cabe resaltar, que los resultados expuestos son el producto de un trabajo mancomunado entre ambos laboratorios (Laboratorio de HGV y el Laboratorio de Neurofisiología), cuya línea de investigación está dedicada a realizar estudios sobre los mecanismos involucrados en la aparición del dolor y la analgesia.
En esta oportunidad, los autores afirmaron que el objetivo de la investigación está centrado en entender mejor los procesos secuenciales dependientes de la trombina, que explican el desarrollo y mantenimiento del dolor inflamatorio, para poder así diseñar mejores estrategias y lograr una analgesia más profunda y duradera.
En este sentido, actualmente a través del Laboratorio de Hemostasia y Genética Vascular, dirigido por la doctora Mercedes López, se llevan adelante diversas investigaciones relacionadas con el desarrollo de nuevas drogas para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares, tales como: anticoagulantes, antiplaquetarios y antihipertensivos, tanto de origen animal como vegetal. Además del estudio de factores de riesgo cardiovascular y mecanismos moleculares relacionados a la disfunción endotelial.





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