jueves, 11 de junio de 2015

Lea la increíble historia de una pareja que luchó para acabar con la segregación racial(+Fotos)

La noche del 11 de julio de 1958, el sheriff del condado y sus ayudantes irrumpieron en la habitación, enfocaron sus linternas sobre sus ojos y gritaron:
 —¿Quién es la mujer que está en la cama contigo?
—Yo soy su esposa —dijo Mildred Loving.
 Richard Loving señaló el certificado de matrimonio que había colgado en la pared: fue su sentencia. El 20 de marzo 1924, la Asamblea General de Virginia había aprobado la ley de integridad racial que, entre otras muchas cosas, prohibía los matrimonios entre blancos y no blancos (afroamericanos, indígenas o chinos). En la pequeña localidad de Central Point (Virginia) vivían Richard Loving y Mildred Jeter, dos jóvenes amigos sin otra particularidad que la de que él era blanco y ella afroamericana con ascendencia de nativos americanos. De la amistad pasaron al amor… y Mildred quedó embarazada. No por obligación, sino porque querían hacerlo, decidieron casarse en secreto en Washington D.C. por la prohibición de Virginia. Pero como ocurre en todas las poblaciones pequeñas, una denuncia anónima lo puso en conocimiento de las autoridades locales. Richard pasó una noche en la cárcel y Mildred… alguna más. Ante la amenaza de cumplir una condena entre uno y cinco años y con argumentos de este tipo:

"Dios Todopoderoso creó las razas blanca, negra, amarilla, malaya y roja, y las colocó en continentes separados. El hecho de que él separase las razas demuestra que no tenía la intención de que las razas se mezclasen".

Los Loving aceptaron el acuerdo que les propuso el fiscal: si se declaraban culpables, se suspendía la pena de prisión, pero debían marcharse de Virginia y no regresar juntos durante veinticinco años. Abandonaron la población y volvieron a Washington donde vivieron durante cinco años y tuvieron a sus tres hijos. Regresaban a Central Point cuando podían, pero siempre, y respetando la sentencia, por separado. En 1963, hartos de aquella estúpida prohibición, pusieron su caso en manos de la Unión Americana de Libertades Civiles. Aceptaron el caso, pero se encontraron con un problema antes de comenzar: al haberse declarado culpables habían perdido el derecho a apelar. Aun así, consiguieron sacar el caso de Virginia y llevarlo ante la Corte Suprema de los Estados Unidos en 1967: el llamado caso Loving contra Virginia. Como los Loving no pudieron testificar, Richard le dijo a su abogado: “Señor Cohen, dígale a la Corte Suprema que amo a mi esposa y que es injusto que no pueda vivir con ella en Virginia“.

La Corte Suprema falló en favor de los Loving y se consiguió que se derogasen las leyes de segregación racial, aunque no todos los estados del sur lo aplicaron en aquel momento. Alabama se convirtió en el último estado en abolir estas leyes en 2000. En 2007, treinta y dos años después de la muerte de Richard y uno antes de la suya, Mildred emitió un comunicado en apoyo del matrimonio entre personas del mismo sexo:

"Creo que todos los estadounidenses, independientemente de su raza, sin importar su sexo, sin importar su orientación sexual, deben tener la misma libertad para casarse".






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