El
tribunal de apelación de Aix-en-Provence (sur de Francia) se pronunciará
el jueves sobre la responsabilidad del certificador de las prótesis
mamarias PIP, el grupo alemán TÜV Rheinland y su filial TÜV France, un veredicto que podría acarrear millones de euros de indemnizaciones.
En primera instancia, otro tribunal francés estimó que la empresa certificadora “faltó a sus obligaciones en materia de control, de prudencia, de vigilancia” en el ejercicio
de sus funciones y condenó a la casa matriz y a su filial francesa a
“reparar los perjuicios materiales e inmateriales causados a los distribuidores y los perjuicios corporales y/o psicológicos causados a las portadoras de implantes mamarios de marca PIP”.
En este proceso, seis distribuidores (brasileño, búlgaro, italiano mexicano, rumano y sirio) reclaman a TÜV 28 millones de euros de indemnizaciones. Y más de 1.600 mujeres portadoras de las prótesis PIP (1.500 colombianas, 70 francesas y más de cincuenta británicas) demandan 16.000 euros cada una, es decir unos 25 millones de euros.
En total, 53 millones de euros de indemnizaciones
son reclamados a TÜV, que no verificó nunca el contenido de las
prótesis de la firma Poly Implant Prothèse (PIP) que utilizó durante
años un gel de silicona no autorizado para uso médico, causando
problemas a miles de mujeres. El certificador se limitaba a un simple control de los documentos del fabricante.
La decisión del tribunal de apelación podría tener repercusiones económicas enormes, ya que a los seis distribuidores
y las 1.700 mujeres demandantes en el procedimiento de primera
instancia se agregaron cientos de demandantes. Además otros dos
procesos, en los que 25.000 mujeres son demandantes, están en curso en
Francia.
El escándalo de las
prótesis mamarias PIP fue descubierto en marzo de 2010. La fábrica
utilizaba un gel de silicona no homologado para uso médico en vez del
gel Nusil autorizado y que la firma declaraba utilizar.
El número de portadoras
de las prótesis PIP se estima en 30.000 en Francia y en cientos de
miles en el mundo, muchas de ellas latinoamericanas.
En diciembre de 2013,
la justicia francesa condenó al fundador de PIP, Jean-Claude Mas, y a
varios otros directivos de la firma a penas de cárcel por este
escándalo.
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