De acuerdo con la policía, la autora intelectual del crimen había encargado a su amiga buscar a un sicario, pero resultó demasiado costoso. Por lo cual, le pidió a ella que realizara el asesinato por 700 euros.
El plan consistía en que su amiga le daría un somnífero, veneno o droga a su expareja para dormirlo y luego lo asesinaría con un arma blanca. Posteriormente, su amiga fue al trabajo de la víctima con todo lo necesario para dormirlo y matarlo. En ese momento el hombre estaba solo y tras saludarlo conversaron durante casi tres horas y luego se marchó.
La mujer consideró que el hombre «parecía buena persona y no se lo merecía». No obstante, luego recordó que la autora intelectual del crimen le había contado que tenía un «plan B». En caso de que ella se arrepintiera de cometer el asesinato, mataría a las hijas menores de ambos y posteriormente se quitaría la vida, para infringir el mayor daño emocional en su expareja.
Ante este panorama, la amiga le contó todo a la víctima quien acudió a la policía para impedir el múltiple asesinato.
En cuestión de horas la policía de Valencia logró dar con su paradero y la arrestaron por el cargo de tentativa de homicidio. Los funcionarios descubrieron que en nueve ocasiones buscó información para conseguir plantas y sustancias venenosas, con las que pretendía envenenar a su expareja y sus hijas.
Con respecto a su amiga enfrenta cargos por atentado a agente de autoridad al resistirse a su detención, llegando a agredir a los policías.
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