Un experimento llevado a cabo por el psiquiatra Thomas Wehr, en la década de los 90, dejó al descubierto que el cuerpo humano no necesita ocho horas seguidas de sueño para recuperarse.
Wehr dejó a oscuras a un grupo de personas 14 horas diarias durante un mes, después de ese tiempo los participantes habían adquirido un patrón de sueño diferente al estipulado: primero dormían durante cuatro horas y luego se despertaban durante una o dos antes de caer en otro sueño de cuatro horas.
Este patrón, según indican los investigadores, no es nada nuevo ya que hay estudios, manuales médicos e incluso obras literarias que dan cuenta de que la gente desde el siglo XV solía dormir una o dos horas para luego despertarse, dedicarse a cualquier actividad para después volver a conciliar el sueño.
La vigilia en medio de la madrugada representaba una rutina que se fue dejando atrás con el pasar del tiempo, a medida que la gente iba adquiriendo herramientas como lámparas para hacer frente a la oscuridad nocturna.
El historiador Roger Ekirch, del Virginia Tech, señaló en un estudio que esta situación cambió por completo cuando se inauguró el alumbrado público en varias ciudades de Francia, con la llegada de la electricidad a las casas y con la proliferación de bares y locales nocturnos.
Los patrones del sueño han sufrido diversas variaciones. De hecho hay quienes afirman que dormir ocho horas seguidas es antinatural, ya que el cuerpo tiende a preferir el patrón del sueño fraccionado.
Patrón del sueño partido
En el artículo publicado por El Confidencial se detalla el patrón del sueño partido que citamos a continuación.
Etapa 1: estado de relajación, entre estar despierto y dormido. La respiración se ralentiza, los músculos se relajan y la frecuencia cardiaca disminuye.
Etapa 2: sueño un poco más profundo, pero todavía podemos despertarnos con facilidad.
Etapas 3 y 4: sueño profundo. Es muy difícil despertar porque es el momento en que nuestro cuerpo tiene su actividad más baja.
Después volvemos a la etapa 2 durante unos minutos y a continuación entramos en el sueño de los sueños, la fase REM (movimiento ocular rápido por sus siglas en inglés) –que como su nombre indica, es cuando soñamos–. Después de pasar por la fase REM, entramos en las etapas descritas anteriormente, para luego volver a soñar, despertar brevemente, y repetir todo nuevamente unas 4 ó 5 veces durante la noche.
Wehr dejó a oscuras a un grupo de personas 14 horas diarias durante un mes, después de ese tiempo los participantes habían adquirido un patrón de sueño diferente al estipulado: primero dormían durante cuatro horas y luego se despertaban durante una o dos antes de caer en otro sueño de cuatro horas.
Este patrón, según indican los investigadores, no es nada nuevo ya que hay estudios, manuales médicos e incluso obras literarias que dan cuenta de que la gente desde el siglo XV solía dormir una o dos horas para luego despertarse, dedicarse a cualquier actividad para después volver a conciliar el sueño.
La vigilia en medio de la madrugada representaba una rutina que se fue dejando atrás con el pasar del tiempo, a medida que la gente iba adquiriendo herramientas como lámparas para hacer frente a la oscuridad nocturna.
El historiador Roger Ekirch, del Virginia Tech, señaló en un estudio que esta situación cambió por completo cuando se inauguró el alumbrado público en varias ciudades de Francia, con la llegada de la electricidad a las casas y con la proliferación de bares y locales nocturnos.
Los patrones del sueño han sufrido diversas variaciones. De hecho hay quienes afirman que dormir ocho horas seguidas es antinatural, ya que el cuerpo tiende a preferir el patrón del sueño fraccionado.
Patrón del sueño partido
En el artículo publicado por El Confidencial se detalla el patrón del sueño partido que citamos a continuación.
Etapa 1: estado de relajación, entre estar despierto y dormido. La respiración se ralentiza, los músculos se relajan y la frecuencia cardiaca disminuye.
Etapa 2: sueño un poco más profundo, pero todavía podemos despertarnos con facilidad.
Etapas 3 y 4: sueño profundo. Es muy difícil despertar porque es el momento en que nuestro cuerpo tiene su actividad más baja.
Después volvemos a la etapa 2 durante unos minutos y a continuación entramos en el sueño de los sueños, la fase REM (movimiento ocular rápido por sus siglas en inglés) –que como su nombre indica, es cuando soñamos–. Después de pasar por la fase REM, entramos en las etapas descritas anteriormente, para luego volver a soñar, despertar brevemente, y repetir todo nuevamente unas 4 ó 5 veces durante la noche.
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