Cuba es una isla pobre y relativamente aislada. Queda a más de 7,000
kilómetros de los países africanos donde el ébola se está esparciendo a
un ritmo alarmante. Sin embargo, debido a su compromiso de desplazar a
cientos de médicos y enfermeros al eje de la pandemia, Cuba podría
terminar jugando el papel más destacado entre las naciones que están
trabajando para refrenar la propagación del virus.
La enorme contribución de Cuba, sin duda, forma parte de sus
esfuerzos por mejorar su estatus en el escenario mundial. Aún así, debe
ser aplaudida e imitada.
El pánico que ha generado la epidemia alrededor del mundo no ha
producido una respuesta adecuada por parte de las naciones que tienen la
capacidad de contribuir. Aunque Estados Unidos y otros países han
ofrecido su disposición a contribuir dinero, únicamente Cuba y unas
pocas organizaciones no gubernamentales están proporcionando lo que se
necesita con mayor urgencia: profesionales médicos dispuestos a atender
pacientes.
Los médicos en África occidental necesitan urgentemente apoyo
internacional para construir centros de aislamiento y poner en práctica
mejores mecanismos para diagnosticar pacientes, antes de que desarrollen
síntomas avanzados. Más de 400 profesionales médicos han sido
infectados y, aproximadamente, 4,450 pacientes han muerto. Dado que se
han diagnosticado unos pocos casos en Estados Unidos y Europa, las
autoridades médicas temen que el virus pronto podría volverse una crisis
mundial.
Es lamentable que Washington, el principal contribuyente financiero a
la lucha contra el ébola, no tenga vínculos diplomáticos con La Habana,
dado que Cuba podría terminar desempeñando la labor más vital. En este
caso, la enemistad tiene repercusiones de vida o muerte, ya que las dos
capitales no tienen mecanismos para coordinar sus esfuerzos a alto
nivel.
Para la administración Obama, este dilema tiene que enfatizar la idea
de que los frutos de normalizar la relación con Cuba conlleva muchos
más beneficios que riesgos.
De los extranjeros que trabajan en África occidental, los médicos
cubanos van a estar entre los más expuestos y, es muy posible, que
algunos contraigan el virus. La Organización Mundial de la Salud está
coordinando la labor de los médicos, pero no está claro cómo manejaría
la atención y el traslado de aquellos que llegaran a enfermarse. Para
transportar pacientes con ébola se necesitan equipos de expertos y
aviones equipados con cabinas de aislamiento. La mayoría de compañías de
seguros han dicho que no están dispuestas a trasladar pacientes con
ébola.
El Secretario de Estado John F. Kerry elogió el viernes el “coraje de
todo profesional médico que está asumiendo este desafío”, e hizo una
alusión breve a la contribución de Cuba. El Ejército estadounidense ha
desplazado aproximadamente 550 soldados para respaldar a las autoridades
médicas en los países afectados. Sería cuestión de sentido común y
compasión que el Pentágono les ofreciera asistencia a los cubanos, en
caso de que alguno se enfermase. Por ejemplo, debería darles acceso al
centro médico que construyó en la capital de Liberia, y ayudar con la
evacuación de médicos enfermos. Es indispensable reconocer que la labor
de los especialistas cubanos contribuye al esfuerzo mundial.
Sin embargo, las autoridades estadounidenses, insensiblemente, se han
rehusado a indicar si estarían dispuestos a brindar algún tipo de
apoyo.
Miembros del sector médico en Cuba son conscientes de los riesgos que
toman al asumir misiones peligrosas. Médicos cubanos desempeñaron el
rol principal en la lucha contra el cólera en Haití, después del
terremoto de 2010. Cuando algunos regresaron enfermos a Cuba, la isla
tuvo que combatir el primer brote de la enfermedad en una década. Si el
ébola llegara a Cuba, representaría un desafío más serio para la isla y
la región, lo que elevaría el riesgo de que se dispare el número de
casos en el hemisferio.
Cuba ha enviado médicos y enfermeros a zonas de desastre durante
décadas. Luego del huracán Katrina en 2005, el Gobierno en La Habana
ofreció enviar a equipos médicos para atender heridos en Nueva Orleans.
Líderes estadounidenses rechazaron ese ofrecimiento. Pero se alegraron
al oír, en días recientes, que Cuba estuviera movilizando un grupo para
misiones en Sierra Leona, Liberia y Guinea.
Con apoyo técnico de la Organización Mundial de la Salud, el gobierno
cubano capacitó a 460 médicos y enfermeros en cuanto a las estrictas
precauciones que son necesarias para atender a los pacientes que padecen
un virus altamente contagioso. El primer grupo, conformado por 165
profesionales, llegó a Sierra Leona en días recientes. José Luis Di
Fabio, el representante de la entidad de salud, dijo que el equipo
enviado a África incluye médicos que han trabajado anteriormente en la
región, lo cual los hace aún más valiosos. “Cuba cuenta con un personal
de salud muy competente”, dijo Di Fabio, quien es de origen uruguayo.
Di Fabio dijo que las sanciones que Estados Unidos mantiene sobre la
isla han generado dificultades para el sector médico, ya que varios
centros carecen de equipos modernos y suministros suficientes.
En una columna publicada este fin de semana en el diario del Gobierno
cubano, Granma, Fidel Castro argumenta que Estados Unidos y Cuba deben
poner a un lado sus diferencias, así sea temporalmente, para combatir
una amenaza global. Tiene toda la razón.
Fuente: The New York Times / ecopopular
Siguenos a traves de nuestro twitter @elparroquiano
Si deseas comunicarte con nosotros ya sea para denunciar, aportar o publicitar con nosotros, escribenos aca: eparroquiano5@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario