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miércoles, 4 de enero de 2012
Testigo de tragedia en la Panamericana: "Si el chofer me hubiera hecho caso los pasajeros estuvieran vivos"
El balcón de su casa le permitió ver todo en primera fila, como si de una película de acción se tratara. Su nombre es Ángel Ugas, residente del sector La Ensenada, quien hace cinco días presenció la tragedia ocurrida en la carretera Panamericana, a su juicio, lo peor visto en los 17 años viviendo en la zona y ofreció en exclusiva su relato al diario La Región.
“Mi hijo y yo vimos justo cuando la gandola impactó contra el cerro y a los pocos segundos comenzó a bajar un río de gasolina por la torrentera. El peligroso líquido corrió hasta toparse con una alcantarilla tapada, por lo que comenzó a expandirse hacia la carretera”.
Ugas, de 57 años, angustiado con lo que veía, inmediatamente bajó de su hogar y se atravesó en la arteria vial que comunica la capital de la República con los Altos Mirandinos, topándose con la unidad de transporte de la línea Caracas – Los Teques identificada con el número 88. Agitando los brazos para llamar la atención, comenzó a gritar que había gasolina en la vía, pero el profesional del volante, Jhonny Oliveros, de 30 años (quien perdió la vida), hizo caso omiso, tal vez por temer ser víctima de un atraco, y siguió su camino.
-Recuerdo que una mujer iba de copiloto y volteó a verme al escuchar que yo decía que había gasolina, pero ya era muy tarde, pues el conductor siguió y apenas el caucho hizo contacto con la gasolina se prendió en candela. El chofer comenzó a retroceder rápidamente, pero el autobús se convirtió en una bola de fuego y en cuestión de segundos ya todos estaban quemados.
Según el entrevistado, 21 personas lograron salvarse tras lanzarse desde las ventanas del transporte al monte, pero otras trece no corrieron con la misma suerte y se calcinaron, incluyendo al chofer, quien en un acto heroico ayudó hasta el último momento a sus pasajeros, quienes se dirigían a la capital del estado Miranda tras abordar la unidad en Plaza Venezuela.
En las casi dos décadas que lleva Ugas haciendo vida en la populosa zona, dice haber visto más de mil accidentes, “pero definitivamente éste ha sido el peor. Sería irresponsable de parte de cualquiera acusar al hombre de la gandola incendiada que iba a exceso de velocidad, pues nadie lo vio, sólo alcanzamos avistarlo mi hijo y yo que éramos los únicos que estábamos asomados para el momento del hecho ocurrido pasadas las 2 pm de este jueves 29 de diciembre, y sin embargo, sólo vimos cuando el vehículo de carga pesada chocó. Esa curva es muy peligrosa”.
Recordando como subió la temperatura en su hogar, Ugas muestra las fotos que con su Blackberry alcanzó a tomar, mostrando los cuerpos calcinados que fueron colocados en plena vía pública, hasta ser removidos y trasladados a la morgue de Bello Monte, donde aún trabajan por la plena identificación de todas y cada una de las víctimas.
-Gracias a Dios los bomberos llegaron rápido y hubo la solidaridad de los vecinos, quienes ayudaron a auxiliar tanto a quienes iban en el autobús, como a quienes se trasladaban en su carro particular y se quedaron en shock al ver como las llamas crecían de manera sorprendente.
A casi una semana de lo ocurrido, quedan las dantescas imágenes grabadas en la mente de Ugas, quien acota que tras la tragedia se vio afectado el tendido eléctrico y las autoridades no se han hecho responsables por los daños. “Afortunadamente las casas ubicadas a orillas de la carretera Panamericana no sufrieron mayores daños, pues sólo se mancharon las fachadas” .
El cerro quemado, la defensa negra y la alcantarilla recuerdan el triste hecho que enlutó a los Altos Mirandinos, mientras queda la reflexión de Ugas: “Si el chofer me hubiera hecho caso los pasajeros estuvieran vivos”. (con informacion de la Region).
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Ojala las autoridades puedan cambiar las leyes de transito aqui en accidentes de transito nunca hay responsables o pasan años para llevar a cabo un juicio que lo digo yo... Como dice el seÑor ugas si le hubiesen hecho caso, por un lado tendria miedo de ser atracado y por otro el desespero que tienen esos conductores de la linea los teques y san antonio van como poseidos matandose por la panamericana pero la experiencia no se transfiere tienen que causar accidentes para luego reflexionar ya cuando es tarde... Ustedes tienen idea de cuantas veces nosotros los usuarios de la panamericana y de estas lineas hablamos con los choferes para que bajen la velocidad o el volumen de sus equipos de sonidos? Y ustedes creen que ellos hacen caso? Estamos lejos de que estos señores puedan cambiar el sentimiento que tengo es impotancia, es rabia ojala que estos choferes lean el articulo o las autoridades los reunan y se los lean... Profesor Hector Madriz
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