Desde hace más de un año, en las 34 instituciones cubanas activas de
tratamiento de la enfermedad, no muere ningún haitiano por cólera, un
logro que demuestra la efectividad de la estrategia aplicada por los
galenos de la Mayor de las Antillas.
Justo cuando las primeras lluvias se convierten en una amenaza para
los pobladores de Haití y el cólera comienza a resurgir con su estigma
de muerte, por primera vez un medio norteamericano como el diario The
New York Times, reconoce la labor de la Brigada Médica cubana, sin la
cual, la epidemia hubiera ocasionado daños humanos más devastadores que
el propio terremoto de 2010.
A través de un extenso reportaje publicado este lunes, el periódico
estadounidense valoró que la intervención de los galenos de la Isla fue
clave para detectar los primeros casos de cólera y esencial para el
tratamiento de la epidemia que en 17 meses ha ocasionado la muerte a más
de 7 mil haitianos y enfermado a más de 531 mil, aproximadamente el 5
por ciento de la población.
El diario afirma que desde el comienzo del brote de la enfermedad,
solo la Brigada Médica Cubana y Médicos Sin Fronteras, ambas misiones
con financiamiento propio, atendieron gratuitamente al 80 por ciento de
los enfermos de cólera en una nación donde se encontraba la mayor
densidad de actores humanitarios del mundo.
Solo los grandes medios de comunicación habían permanecido en
silencio hasta ahora frente a una obra que abarca el trabajo sostenido y
desinteresado por más de 14 años en Haití de los profesionales cubanos,
cuyos resultados han sido reconocidos por la Organización Mundial de la
Salud y las propias autoridades del país caribeño, como es el caso de
su presidente Michelle Martelli en una reciente visita a la Isla.
No obstante, los cubanos no trabajan por el reconocimiento
internacional, declaró hace unos días Lorenzo Somarriba, coordinador
general de la Brigada Médica en Haití, su principal objetivo es eliminar
la enfermedad, aun cuando el cólera continúa en su etapa endémica y el
riesgo de que persista vigente por largos períodos representa un peligro
para la población.
Desde hace más de un año, en las 34 instituciones cubanas activas de
tratamiento de la enfermedad, no muere ningún haitiano por cólera, un
logro que demuestra la efectividad de la estrategia aplicada por los
galenos de la Mayor de las Antillas.
Sin embargo el trabajo se intensifica, corresponde ahora la etapa más
difícil, la prevención, de ahí que se concentren los esfuerzos en la
búsqueda de casos en comunidades, el control sobre los focos y las
infecciones diarreicas, más las campañas educativas puestas en práctica
por los epidemiólogos de la Isla, para salvar así miles de vidas.
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