El escritor y abogado venezolano Luis Brito García defendió este
martes la posibilidad de que Venezuela, en el caso de que oficialice su
retiro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), pueda
derimir cualquier tema sobre derechos fundamentales en organismos
regionales sin hegemonía de Estados Unidos y Canadá.
En el programa Contragolpe, que transmite Venezolana de Televisión,
Britto recordó que la actual CIDH está supeditada a los intereses de
Norteamérica que, paradójicamante, es la que da mayores aportes
económicos a esa instancia, pero no la reconoce: "Estados Unidos y
Canadá son países foragidos porque nunca se han sometido a esa
comisión".
"¿Cómo los burócratas de esa organización van a lograr un cambio
dentro de ella?", cuestionó el escritor, tras recalcar que esa misma, la
CIDH, que supuestamente defiende los derechos fundamentales, fue
incapaz de emitir una medida cautelar a favor del Presidente Hugo
Chávez, quien fue secuestrado por los golpistas en abril de 2002.
El abogado denunció que esa actitud parcializada de la CIDH contra
Venezuela, tiene que ver "con la influencia que ejerce EEUU por su pago y
sueldo de sus magistrados. Esos factores inciden en los órganos
jurisdiccionales".
Para Britto, la primera ganancia que tendría el país al retirarse de
la comisión sería que "no estaríamos sometidos a las decisiones de un
organismo que bajo el yugo de Estados Unidos por razones
presupuestarias", por lo que abogó por la búsqueda de espacios donde
exista mayor independencia.
En ese particular, mencionó como organismos válidos para ese
propósito a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños
(Celac), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Alianza
Bolivariana para los pueblos de nuestra América (Alba).
"Tenemos una cantidad de órganos en los cuales hemos trabajado
laboriosamente los latinoamericanos y caribeños", acotó el abogado,
luego de recalcar que Venezuela está en la capacidad de "arreglar
nuestros asuntos regionales perfectamente a través de esos organismos
continuando adscritos a las Naciones Unidas".
Teología de satanás
Además de señalar los vicios de autonomía que tiene la CIDH, el
abogado también se refirió a las deformaciones que tiene la doctrina
sobre la cual se erige la Carta Interamericana, en la cual sólo se
condena al Estado por la violación de los Derechos Humanos.
"Eso es lo que yo llamo la teología de Satanás", enfatizó Britto,
porque mientras sólo se condena al Estado permanecen impunes "las
transnacionales, las grandes empresas o multinacionales que dañan a las
personas, destruyen el ambiente o envenenen a las poblaciones con
productos dañinos".
Ese hecho, aunado a la imposibilidad de enjuiciar penalmente a un
ente jurídico como una empresa, "ha convertido a los Derechos Humanos en
los derechos del capital", consideró el escritor, quien ha sido
invitado por el presidente Hugo Chávez para integrar el Consejo de
Estado encargado de elaborar recomendaciones sobre las acciones que
tomará Venezuela en la CIDH.
"Las transnacionales son inmunes, no se pueden demandar por violar
los derechos los humanos, es algo doctrinario e insensato", destacó.
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