Lucimey Lima, Investigadora del IVIC, evaluó cómo el tratamiento
integral de la depresión a través de fármacos y terapia psicológica reduce el
riesgo de recaídas y favorece la remisión.
Sentir que la tristeza
invade la cotidianidad y perder ánimo para realizar actividades que antes se
consideraban satisfactorias, son evidencias claves para sospechar la presencia
de depresión cuando estos síntomas perduran por más de dos semanas.
El trastorno mental ocupa el
cuarto lugar en la lista de problemas de salud discapacitantes, según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), y se estima que para 2020 podría subir
dos peldaños en la clasificación.
Es imposible visualizar una
única causa en la aparición de la depresión. Los antecedentes familiares, el
desbalance de los neurotrasmisores cerebrales, la acción de hormonas y
citoquinas, e incluso las condiciones sociales y ambientales responsables del estrés,
han sido cuantificados como parte de las razones para padecerla. El diagnóstico
temprano es un arma indispensable para superarla, pues permite contar con el
tratamiento eficaz, al que sólo accede menos del 25% de los afectados según las
cifras de la OMS.
Lucimey Lima, psiquiatra e
investigadora del Laboratorio de Neuroquímica del Instituto Venezolano de
Investigaciones Científicas (IVIC), resalta al tratamiento integral como método
para aumentar los beneficios en la calidad de vida de los pacientes diagnosticados
con el trastorno.
“El reconocimiento de la propia alteración es el primer paso para
la mejoría y conlleva a la consulta con el especialista. La administración de
fármacos debe estar acompañada por la psicoterapia, para que la persona pueda hacer
modificaciones en su vida que ayuden en la recuperación” explicó Lima durante
el seminario Depresión mayor, hipótesis, remisión y calidad de vida
dictado en el Centro de Biofísica y Bioquímica del IVIC.
Psicoterapia para el cambio
Para comprobar dicha
aseveración, la investigadora- junto a un grupo de 39 estudiantes y parte del
personal del Laboratorio de Neuroquímica - se planteó como hipótesis la
existencia de una diferencia significativa en el estado inicial y posterior de
los pacientes tratados con antidepresivos y psicoterapia sistémica individual.
El estudio, que concluyó en 2010, pretendía obtener información sobre el
resultado del tratamiento integral frente a la remisión o ausencia de síntomas,
la discapacidad, la conducción de las relaciones interpersonales y la mejoría
en la calidad de vida.
Para la experimentación, se
evaluaron 16 mujeres y cuatro hombres con un episodio depresivo y con edades
comprendidas entre 24 y 65 años. Además de indicar un antidepresivo, se
planificaron de 14 a 18 sesiones de psicoterapia sistémica para cada paciente,
según cada caso. En las sesiones de terapia se intervino a los involucrados
bajo los lineamientos de la terapia sistémica, que considera a los individuos
como seres capaces de influir y ser influenciados por su entorno.
“El tratamiento integral fue efectivo en torno a los aspectos que
nos planteamos, cuando hay remisión se observa mejor calidad de vida. La
remisión de los síntomas se obtuvo sólo cuando hubo un cambio en la situación
de vida de los pacientes” subrayó Lima, para quien no es casual el hallazgo,
pues la psicoterapia también contribuye con la toma voluntaria del medicamento
una vez recetado por el especialista.
Los casos que mejoraron,
pero que no llegaron a la remisión al término de la investigación,
correspondieron a personas que tuvieron dificultades para mantener relaciones
interpersonales funcionales. La investigadora destacó que el aumento de la
calidad de vida en quienes no presentaron más síntomas, se tradujo en el
aumento del funcionamiento social y en la percepción positiva de cómo manejar
las situaciones, el estrés y sus relaciones.
En la experimentación se
midió la intensidad de la depresión que manifestaron los pacientes con una
escala específica. Con estos datos fue posible concluir que la intensidad del
estado depresivo no tiene mayor incidencia en la recuperación del afectado,
pero sí juega un papel protagónico en la calidad de vida de la persona.
Vivir con buen ánimo
Ser comedido no tiene que
ser sinónimo de aburrimiento. Para alejar a la depresión es recomendable
mantener un estilo de vida tranquilo, pero en el que se disfrute.
Lucimey Lima aconseja
incluir en la rutina los siguientes hábitos para aumentar la calidad de vida:
-
Mantener una dieta balanceada en la que se incluyan todos los
grupos alimenticios.
-
Practicar cualquier actividad física al menos tres veces por
semana durante 30 minutos. No es necesario inscribirse en un gimnasio, la
caminata en cualquier lugar que se prefiera funciona como ejercicio.
-
Respetar los horarios del sueño. Un adulto debe dormir en promedio
entre seis y nueve horas ‑
-
máximo.
-
Evitar sumar situaciones estresantes a la cotidianidad. Manejar
las preocupaciones con optimismo realista sin ceder terreno a los pensamientos
negativos, funciona para sobreponerse a las dificultades.
-
Es normal atravesar episodios de tristeza tras situaciones de
duelo u otras pérdidas. Contar con las herramientas adecuadas y ocuparse en
actividades que causen placer, es de gran ayuda para restablecer el ánimo.
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