Entrevista realizada por el diario Ultimas Noticias a la ministra Iris Varela.
Para la Ministra del Servicio Penitenciarios,
el hacinamiento de los presos existe en algunas cárceles del país. Ha
hecho 72 requisas en lo que va de año y ha encontrado 300 armas.
La situación carcelaria nunca le ha sido ajena a la exparlamentaria y ministra Iris Varela. Desde su graduación como abogada en 1990 estuvo dedicada a la rama penal y constitucional.
En julio de 2011, el presidente Hugo Chávez anunció en una cadena nacional la creación del Ministerio del Poder Popular para el Servicio Penitenciario, que es dirigido por Varela.
“Como abogada defendí a ciudadanos detenidos en el Retén de Catia, Barinas, Trujillo y Táchira. Al asumir este cargo la situación que me encontré no dista mucho de lo que vi cuando empecé a ejercer, pero en aquel momento no existía la atención que hay ahora”, explica la ministra.
Sobre los recientes señalamientos de Elio Gómez Grillo, experto penitenciarista quien alertó sobre la gravedad de la situación carcelaria, aseveró: “Quiero extenderle públicamente una invitación para que me acompañe a hacer un recorrido por las cárceles y vea las políticas que implementamos, no la información errónea que le suministran”.
¿Existe hacinamiento en las cárceles del país?
Les puedo decir que el hacinamiento existe en una que otra cárcel, no en todas. En los centros penitenciarios existe una práctica con la que estoy en total desacuerdo y que combatimos, que es la pernocta. Cómo se quedan los familiares en un recinto si no tienen dónde dormir. El hacinamiento no es tal como lo pintan.
¿Cómo combaten la pernocta familiar en los centros?
Primero debemos garantizar espacios para la cantidad de personas que están en cada centro como para poder albergar a la pernocta. Lo estamos eliminando, pero eso no se hace de la noche a la mañana. Hay que hablar con los privados de libertad para que entiendan que aquí hay una autoridad que respeta sus derechos pero que estamos dispuestos a avanzar de manera firme y no vamos a relajar las funciones del Estado que son innegociables. Todos deben entender que aquí se acabó el malandreo.
¿Cómo fue el proceso de diagnóstico del sistema carcelario?
Hice más de 300 asambleas porque me encontré con prisiones donde la gente de los pabellones no se hablaba entre sí. Hubo lugares donde sí podía hacer las reuniones en los patios, entonces los convocaba a todos; en otros sitios me reunía en privado con todos los que necesitaba, por eso las visitas de inspección se realizaron hasta de madrugada, pero se hicieron todas en 90 días.
¿Hay avances para implementar un proceso de clasificación de los privados de libertad?
Hemos tenido un diálogo profundo. Recorrimos cada cárcel no sólo para hacer visitas sino para hacer un levantamiento in situ y diagnosticar el problema. Hicimos una caracterización de cada privado, llenamos fichas personales y exámenes psicosociales. La idea es que con los 24 centros de procesados judiciales que vamos a construir se salde esa deuda de clasificarlos.
¿Luego de los sucesos de La Planta se abrieron procesos judiciales a los responsables?
Tenemos un límite de actuación; no podemos pretender ser jueces y parte, pero todo lo que nos corresponde se ha cumplido. Hay 69 efectivos militares y más de 25 funcionarios del ministerio detenidos. Hace poco, en Táchira, agarramos a un custodio metiendo droga y 120 proyectiles. Hemos encontrado a custodios y custodias tratando de meter celulares y todo eso está prohibido.
¿Qué nuevas medidas de seguridad implementarán?
José David Cabello, del Seniat, le donó al ministerio 17 escáneres corporales, y el ministro de la banca pública, Marcos Torres, donó 50 detectores de metales multitránsito que son compuertas blindadas tipo esclusa de las que se usan en algunos bancos. Hay que hacer obras de infraestructura para ubicarlos en la entrada de los centros penitenciarios, pero esos aparatos no van solos; aparte de eso diseñé un “callejón o túnel de seguridad”.
¿En qué consiste el “túnel de seguridad”?
Nadie entrará en la cárcel sin que sea requisado. Yo voy a una cárcel y pido que me hagan cacheo porque tengo que dar el ejemplo. Un general, un juez y un barrendero, todos, tienen que someterse al cacheo. La idea es que 17 cárceles tengan ese sistema porque hay unas que no los ameritan.
¿Qué factores definen la problemática de las prisiones?
El problema penitenciario no es generalizado, es particular para cada centro que es un mundo distinto. No puedes evaluarlo conociendo sólo Yare o Tocuyito y universalizar porque eso no es así. Si vas a Tocorón y a Coro te consigues con dos realidades distintas y diametralmente opuestas.
¿Qué elementos inciden en la peligrosidad de las cárceles?
La sinvergüenzura humana es todo el problema, las personas que sucumben a los vicios y se corrompen. Independientemente de que la cárcel esté en la ciudad o en la selva, el problema es humano. Hay falta de ética en los funcionarios, no hay vocación de servicio, ni mística, ni responsabilidad; ese es el problema.
¿Cómo piensa atacar las fallas del factor humano?
Con eficiencia y disciplina. Acabo de firmar 80 órdenes de despido por irregularidades. Si tuvimos un sistema relajado por décadas no puedes poner control de la noche a la mañana. Me sorprende el cinismo con que algunos vienen a tocar el tema. Por ejemplo ¿qué hizo Humberto Prado cuando fue director de Yare? sólo duró un año y fue destituido porque registró un récord de violaciones a los derechos humanos durante su gestión. Ahora dicen que antes sólo había chuzos en las cárceles ¿chuzos? ahí están los videos de Anna Vaccarella y Ledda Santodomingo que pasaban a los reclusos armados hasta los dientes.
Los pranes y su condena ¿Qué medidas piensa tomar con los líderes negativos?
No podemos estar condenando a una persona que ya está condenada, porque las fallas que tenga el sistema, donde la persona está sujeta a la autoridad, no son culpa de ellos sino de la autoridad. Si ya tenemos a una persona privada de libertad y aparece armada, hay que revisarnos porque estamos fallando nosotros.
¿Cómo va el proceso de desarme de las prisiones del país?
Hemos hecho 72 requisas en lo que va de este año y se han encontrado más de 300 armas. Aquí había muchos problemas que nunca se enfrentaron pero no se aplicaron los métodos adecuados. Creo que ahorita estamos avanzando y los resultados están a la vista, el que no quiera verlos es por mezquino.
¿Cuál ha sido el impacto de iniciativas como el Sistema de Orquestas Penitenciarias?
El Plan de Humanización Penitenciaria no lo inventé yo, es gestión del gobierno revolucionario que logró crear las orquestas penitenciarias incorporando a 10 mil personas privadas de libertad a esa actividad. Estudian teoría y solfeo, aprenden a ejecutar el instrumento con un exigente horario de estudio y dedicación. Es imposible ignorar ese avance, nosotros lo continuamos.
¿Puede definir el apoyo postpenitenciario de su gestión?
Un avance nuestro ha sido articular el apoyo postpenitenciario porque eso no existía. Velamos porque el privado de libertad, bajo cualquier método, ya sea una medida cautelar o con un beneficio de proceso, una sustitutiva o cumplimiento de la pena, tenga una colocación laboral. Es voluntario porque no podemos obligarlos ya que nuestro trabajo es orientador, hablamos con ellos, les abrimos las puertas y generamos los espacios.
¿Cuáles de estos proyectos ya están en funcionamiento?
He inaugurado talleres de servicios generales automotrices en Guárico, Portuguesa, y me queda por inaugurar uno en La Pica (Monagas). Allí ya están trabajando personas del sistema y la idea de esos talleres es ofrecerle una oportunidad a la persona que sale y no consigue dónde trabajar.
¿En qué consiste el “Plan Cayapa” diseñado para combatir el retardo procesal?
Son juntas de redención, clasificación, evaluación y equipos técnicos que practican exámenes psicosociales. Allí hay criminólogos, sociólogos, antropólogos, abogados y médicos que hacen el perfil de cada persona, la diagnostican y someten a todos los programas que diseñamos a través de la Dirección de Atención Integral. Cuando se hacen las evaluaciones los expertos dicen si los aprueban o no, y eso se manda a los tribunales.
¿Cuántas evaluaciones hicieron el año pasado?
Fue el primer año, por lo que hicimos 31 mil evaluaciones que han incidido en el combate contra el retardo procesal. Tanto éxito han tenido que ahora son permanentes y están incluidas en el presupuesto anual del ministerio. De hecho, hay una en Yare y otra en El Rodeo que trabajan todos los días menos en las visitas.
¿Y de qué se encarga el “Plan Cambote”?
Mejoramos la infraestructura con el Fondo Nacional de Edificaciones Penitenciarias (Fonep). Le caemos “en cambote” a los centros involucrando a los privados de libertad en la mano de obra. Les pagamos el salario mínimo y se les abre una cuenta de ahorros con el Banco Bicentenario donde su familia puede manejar un porcentaje y a ellos les queda un dinerito para cuando salgan.
¿De qué se trata el proyecto de conectividad de las cárceles?
Fue una iniciativa de este ministerio que el Presidente aprobó y está financiado con el Fondo Chino. Son 164 millones de dólares que implican la vigilancia periférica y el control de acceso de todos los recintos penitenciarios del país. Son siete salas situacionales y una sala nacional desde donde podremos controlar lo que pasa en todas las prisiones venezolanas.
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