Con todos pronósticos que llegan
a indicar que el matrimonio tiene una fecha de vencimiento, una de las
experiencias más dolorosas que puede afrontar una pareja es la aparición
de un tercero en la relación. El padre Alberto Linero documenta en su
nuevo libro ¿Qué tiene ella que no tenga yo?, algunos consejos para no
dejarse vencer por la otra.
El esposo infiel siempre pensará que
lo que está haciendo es algo pasajero, una aventura que pronto se
acabará y no pondrá en riesgo su relación con su pareja estable. Para la
mujer el hecho de tener que entrar a competir con otra más joven y
bonita puede ser una desgracia total. Le contamos aquí los tips para
vencer a la amante de su marido.
El encanto de la clandestinidad
El aspecto de la clandestinidad que
tiene la infidelidad se presenta como un gran posibilidad para romper la
rutina que padecen los esposos. La ansiedad y las hormonas que produce
hacer algo indebido y tener miedo a ser descubiertos llena la vida de
otros matices. Nuestro consejo es que busques la forma de devolverle esa
dimensión a tu relación. Sé creativa, dispuesta y dinámica como cuando
eras una adolescente. Planea un escape con tu marido a un lugar público,
o simplemente irrumpe en su oficina para disfrutar de un momento íntimo
en que el elemento de la clandestinidad puede volver a florecer.
No pierdas tu lugar
Mientras la esposa persigue, la amante
da espacios de libertad. Mientras la esposa husmea todo, la amante
confía en él plenamente. Mientras la esposa se muestra fastidiosa frente
a la situación, la amante es complaciente en todo. Mientras el hombre
se siente ahogado por su esposa, encuentra en la amante un respiro y
paz. Para combatir esto, no lo persigas. La persecución no garantiza
más. Perseguir no es el camino para salvar sino para meter preso a
alguien, quitarle su libertad, obligarle a estar donde no quiere estar y
por el motivo que no quiere. Sé tú esa sensación de bienestar y
comprensión que él está buscando en otras personas.
Tú has sido y eres especial
Es el momento de demostrarlo, sin
reproches y acusaciones, pero es importante dejarle claro con tus
actitudes y tus acciones, lo que le has ofrecido y le puedes seguirle
ofreciendo como su pareja. Tú eres la que lo sabes mimar, apoyar y
animar. Tu eres su ventaja y la que mejor lo conoce, apóyate en eso.
Refuerza el afecto sano
No se trata de comprarlo con besos y
caricias, no quiere decir que te pongas al mismo nivel de la amante y
mucho menos, intentar manipularlo emocionalmente. Se trata de hacer del
hogar de la relación una experiencia donde fluya el afecto sano. De
compartir el amor que se tiene, de hacerlo crecer y recuperar los
espacios perdidos. El amor no muere, se enfría y la clave está en
volverlo a encender.
Ámalo cuando menos lo merezca porque es cuando más lo necesita
No es el momento para echarlo, para
gritar y negarle cualquier posibilidad a tu lado. No le niegues el
afecto que te está pidiendo. Hacerlo, de alguna manera es dar por
perdida la batalla y dárselo en bandeja de plata a “la otra”. Es ahora
cuando estás dolida y no quieres nada con él, ni siquiera verlo, pero es
ese el momento de cambiar tu actitud. Hay que abrir espacios para que
él viva todo lo que su hogar le puede ofrecer y a lo que está
renunciando.
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