En la calle 4A del sector La Manga la
situación con las aguas negras empeora cada día. Los vecinos tienen el
estómago revuelto desde hace varios meses en esta comunidad.
El bote de aguas servidas está dentro y fuera de las casas. El excremento se pasea de un lado a otro y los vecinos ya no soportan esta situación.
“Ya no podemos salir a sentarnos en el frente, porque nos tragamos todo el mal olor a toda hora”, dijo Josefina Guzmán, vecina del sector.
El tiempo que tiene el derrame de las cloacas permitió que el pavimento de la calle cediera poco a poco y ya los huecos empezaron a aparecer por todos lados.
La gente no puede caminar por las aceras. Las filtraciones de aguas putrefactas brotaron hacia las canales para pasearse por toda la zona.
La incomodidad de la gente ocasiona que ya no salgan a la calle y deban encerrarse en las habitaciones para no contaminarse.
Muchos de los vecinos se preocupan por la salud de los más pequeños, pues los zancudos y roedores deambulan por la zona.
Aseguran que los niños recién nacidos fueron mudados a otra zona por la contaminación que hay en el ambiente.
Los vecinos piden ayuda de Aguas de Monagas para que les repare las filtraciones, pues muchos siguen quejándose por la espera, aunque no pierden las esperanzas.
La rutina para estos vecinos es levantarse a oler el excremento, almorzar con lo mismo y acostarse contaminados en la noche para repetir la escena al día siguiente. Claman por ayuda inmediata de manera urgente.
El bote de aguas servidas está dentro y fuera de las casas. El excremento se pasea de un lado a otro y los vecinos ya no soportan esta situación.
“Ya no podemos salir a sentarnos en el frente, porque nos tragamos todo el mal olor a toda hora”, dijo Josefina Guzmán, vecina del sector.
El tiempo que tiene el derrame de las cloacas permitió que el pavimento de la calle cediera poco a poco y ya los huecos empezaron a aparecer por todos lados.
La gente no puede caminar por las aceras. Las filtraciones de aguas putrefactas brotaron hacia las canales para pasearse por toda la zona.
La incomodidad de la gente ocasiona que ya no salgan a la calle y deban encerrarse en las habitaciones para no contaminarse.
Muchos de los vecinos se preocupan por la salud de los más pequeños, pues los zancudos y roedores deambulan por la zona.
Aseguran que los niños recién nacidos fueron mudados a otra zona por la contaminación que hay en el ambiente.
Los vecinos piden ayuda de Aguas de Monagas para que les repare las filtraciones, pues muchos siguen quejándose por la espera, aunque no pierden las esperanzas.
La rutina para estos vecinos es levantarse a oler el excremento, almorzar con lo mismo y acostarse contaminados en la noche para repetir la escena al día siguiente. Claman por ayuda inmediata de manera urgente.
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