Amado hijo
Quiero que sepas que a Venezuela le consta que eres un hombre de bien,
honrado y trabajador, que ama este país y a su gente. Estoy consciente de la
guerra sucia que te hacen por todos los medios, para dañar la imagen hermosa
que todo el mundo tiene de ti. Nosotros, tú familia, como tú siempre dices,
sufrimos cada vez que vemos como tratan de vilipendiar y transgredir tú nombre,
para generar un odio que no te pertenece.
Después de mucho meditarlo, he decidido escribir estas líneas y hacerlas del dominio público. No sé si estoy en lo correcto, pero el deber de un padre con su familia me obliga a decir lo que pienso desde lo más profundo de mi sensatez otoñal.
A esta edad no albergo ningún miedo. Morir es solo un quebranto más en este tránsito por la vida. La muerte no es más que el último dolor, pero el domingo mientras aquel grupo nos atacaba, mientras sentía que la irracionalidad devenía en puños y patadas, pensé en la oscuridad del alma humana.
¿Por qué un grupo se envalentona y decide atacarnos? Nunca había visto tanto odio en la mirada de la gente. Y me asusta ese odio. Porque he criado a mi familia con amor. Con el amor de un hombre que durante 50 años ha sido puntual en su trabajo, que ha velado por su familia como Dios manda y que inculcó a sus hijos, el amor por el prójimo como una sagrada verdad indoblegable.
Casi nos matan y ahora un par de jóvenes, que también tienen padres y familia, están a la orden de la justicia. Pienso en esos padres, en su dolor y en esos muchachos que ahora están presos y te digo, que siento ganas de llorar. Porque la oscuridad del alma humana, los temores y prejuicios de los que nos golpearon, no se sanan con la cárcel sino con la bondad y la redención.
Quiero decirles que ninguna consigna, ninguna militancia, ninguna idea política es superior al amor de familia. Ojalá algún día, podamos estrecharles las manos y abrazarnos en paz.
Hijo, para mi Venezuela querida solo deseo la paz y la convivencia, entre todos los que en este hermoso país habitamos.
Como padre les pido reflexionen sobre estas palabras y cese definitivamente el ataque en contra de mi hijo y cualquier venezolano.
Rescatemos los valores de convivencia, amor, paz y tolerancia.
DIOS te bendiga y te proteja mi hijo amado y a todos los que como tú, quieren lo mejor para Venezuela.
Tu papá
Después de mucho meditarlo, he decidido escribir estas líneas y hacerlas del dominio público. No sé si estoy en lo correcto, pero el deber de un padre con su familia me obliga a decir lo que pienso desde lo más profundo de mi sensatez otoñal.
A esta edad no albergo ningún miedo. Morir es solo un quebranto más en este tránsito por la vida. La muerte no es más que el último dolor, pero el domingo mientras aquel grupo nos atacaba, mientras sentía que la irracionalidad devenía en puños y patadas, pensé en la oscuridad del alma humana.
¿Por qué un grupo se envalentona y decide atacarnos? Nunca había visto tanto odio en la mirada de la gente. Y me asusta ese odio. Porque he criado a mi familia con amor. Con el amor de un hombre que durante 50 años ha sido puntual en su trabajo, que ha velado por su familia como Dios manda y que inculcó a sus hijos, el amor por el prójimo como una sagrada verdad indoblegable.
Casi nos matan y ahora un par de jóvenes, que también tienen padres y familia, están a la orden de la justicia. Pienso en esos padres, en su dolor y en esos muchachos que ahora están presos y te digo, que siento ganas de llorar. Porque la oscuridad del alma humana, los temores y prejuicios de los que nos golpearon, no se sanan con la cárcel sino con la bondad y la redención.
Quiero decirles que ninguna consigna, ninguna militancia, ninguna idea política es superior al amor de familia. Ojalá algún día, podamos estrecharles las manos y abrazarnos en paz.
Hijo, para mi Venezuela querida solo deseo la paz y la convivencia, entre todos los que en este hermoso país habitamos.
Como padre les pido reflexionen sobre estas palabras y cese definitivamente el ataque en contra de mi hijo y cualquier venezolano.
Rescatemos los valores de convivencia, amor, paz y tolerancia.
DIOS te bendiga y te proteja mi hijo amado y a todos los que como tú, quieren lo mejor para Venezuela.
Tu papá
WINSTON VALLENILLA CARREYO
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