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viernes, 25 de abril de 2014

Confirman violación de las alumnas de academia de modelaje en Maracaibo

Declaraciones de Jairo Ramírez, secretario de Seguridad y Orden Público del estado Zulia
“Las captaba bajo la fachada del modelaje, les realizaba actos lascivos, relaciones sexuales obligadas, les tomaba fotos, videos, con el apoyo de la madre y la concubina, con la oferta de vender en dólares para pagarles a estas niñas. Son dos niñas de 12 años, dos de 10 años, una de 15 y una pequeña de 9 años, a quienes les están realizando exámenes médico forenses para determinar el grado del daño que pudo haber causado este ciudadano”, refirió Ramírez.
Indicó que está en comunicación permanente con el Fiscal del Ministerio Público para hacer seguimiento al caso, para que estas personas paguen por este delito que causa conmoción en la colectividad, “hay que capturarlas y ponerlas a la orden del Ministerio Público”.
Jairo Ramírez señaló que el director del CICPC ha informado que la investigación sigue abierta, “se está haciendo un análisis profundo para establecer responsabilidades, vinculaciones y castigar con todo el peso de la ley a quienes estén cometiendo este delito. Ya la fiscalía 33 en materia de niños niñas y adolescentes está llevando el caso”.
El Secretario de Seguridad hizo un llamado especialmente a los padres y madres para que estén pendientes hacia dónde van sus hijos, con quien se están relacionando, y que al acudir a estas ofertas “verifiquen qué empresa es, si es de una empresa o algo ficticio, algo montado que le está atrayendo a sus hijos, con un fin distinto, si es académico, modelaje u otra intención, que estén pendientes de sus muchachos para evitar de estos hechos, que son catalogados como dantescos, se puedan repetir”.
 En la página de Facebook de Latin Model hay una imagen de su creador que data de mediados del año pasado. Tiene una camisa fucsia ceñida al cuerpo y en el lado derecho de su pecho se lee Adolfredo Matos. Utiliza poses sugerentes, las cejas delineadas, brillo en los labios y los brazos cruzados. Dice ser el creador de esa academia de modelaje ubicada en la parroquia Francisco Eugenio Bustamante y usa como sello de calidad un viejo certamen de belleza que organizó en Ciudad Ojeda. Entre las fotografías hay al menos 15 imágenes de niñas menores de 14 años con trajes cortos de brillo y tirantes, medias pantis y miradas sensuales, minifaldas y besos al aire.
Una de esas niñas era la imagen del último casting que hizo Adolfredo en un hotel en la Circunvalación 2. Había repartido volantes por el barrio Las Marías invitando a las jovencitas a participar en la selección de un nuevo elenco de incipientes modelos que harían carrera a corta edad. Les ofreció remuneración, fama y reconocimiento en el mundo de la belleza. Entre las aspirantes estaba una niña de 12 años cuyos parientes creyeron que su cabello natural, su sonrisa posada y sus aires inocentes habían cautivado al jurado, presidido por Adolfredo. Por la tarde, le dijeron que estaba seleccionada.
Desde entonces, lo que para sus familiares era un sano entretenimiento, para la niña era el inicio de una carrera. Llegó a la academia y allí confirmó que al menos otras 12 niñas como ella batallaban entre sí por mostrar todos sus dotes histriónicos. Un día, en febrero, la niña llegó con mil bolívares que Adolfredo le había pagado por ser la imagen publicitaria de una marca de poca proyección comercial. La academia estaba creciendo, al parecer, y la niña estaba cada vez más comprometida en sus deberes. Practicaba la pasarela y las habilidades de clase y sociedad en una casa de familia con la pared verde a medio pintar, poca seguridad en las puertas, casi ningún espejo y juguetes viejos en las esquinas. Era, a la vista de todos en el barrio, la vieja casa de una familia que llegó hace más de 15 años a ese barrio. Era la casa de los abuelos de Adolfredo y allí vivía él con su pareja adolescente de 16 años, su hijo, su hermano menor y sus padres.
La niña ya estaba haciendo carrera, al parecer, pero el conflictivo divorcio de sus padres la obligó a abrir la boca. Su padre se quejaba de las pocas veces que veía a su hija y le recriminaba a su madre por el tiempo que estaba en la calle. Entonces escuchó de la academia de modelaje, investigó el nombre del propietario y lo escribió en google. El buscador electrónico terminó siendo el mejor policía: Adolfredo tiene antecedentes por abuso sexual a una adolescente, robo a mano armada y porte ilícito de armas. El grupo familiar pegó el grito al cielo cuando descubrieron que la niña, junto con sus amigas, estaba en manos de un abusador de menores.
Astuto
Los representantes hablaron entre sí sobre el caso y uno de ellos, confiado, fue directamente a preguntarle a Adolfredo. Él lo negó, pero horas después tomó sus cosas y se fue de la casa con su pareja. La adolescente, de apenas 16 años, tiene un hijo de él que casi cumplirá dos. Era una niña cuando lo conoció en una vieja academia que fundó antes que Latin Model llamada Look Model Fashion. También conoció a la prima de ella y también la embarazó.
No le dijo nada a nadie. Cuando la Policía científica llegó, halló solamente a la vieja costurera y la llevó a declarar. Las niñas y adolescentes la señalaron como partícipe de los ataques y hoy su hermano, un funcionario de Poliurdaneta, asegura que él no sabe lo que hacía su hermano, pero está seguro de que su madre no tiene nada que ver. Ella ya fue imputada por dos delitos.
El escándalo solo removió los nervios de seis representantes, quienes llevaron a sus hijas a la respectiva revisión forense. Otras ocho aún no se pronuncian y no han llegado a las oficinas policiales. Las niñas que ya declararon, después de tanta presión familiar, explicaron que el único agresor fue Adolfredo y su mujer, quienes la obligaban a ver películas pornográficas y parodiar las posiciones sexuales durante las sesiones fotográficas a las que eran sometidas todas juntas durante las horas del supuesto entrenamiento.
La Policía halló todas esas imágenes y determinó que eran vendidas en el exterior a cambio de dólares y que, después de pagado el trabajo, Adolfredo les daba mil bolívares a cada niña para mantenerlas con la boca cerrada y los bolsillos llenos. Las amenazas aseguraban cualquier cabo por soltar. Su calculadora planificación no dejaba nada a medias: los estilistas de la peluquería que estaba en su casa se encargaban del maquillaje, su madre del atuendo sugerente infantil, y su mujer y su hijo de darles la apariencia normal al entorno de las adolescentes. Cuando entregaron los resultados, los forenses pusieron de manifiesto la morbosa rutina del  abusador de niñas: las violó anal y oralmente.
El historial deja una clara sospecha: deben haber más víctimas. La Policía espera que el resto de las adolescentes denuncien el hecho y se sometan a los exámenes forenses y que las anteriores participantes -quienes formaron parte de Look Model Fashion- también hagan la denuncia. Como hipótesis, la Policía estima que en la Costa Oriental hayan otras agredidas y aún falta saber con detalles cómo fueron los momentos de agresión sexual. La probabilidad de un ataque simultáneo con varias de las víctimas crece en medio de los rumores y la falta de información.



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