Caracas 19 de Junio del 2014.- Uno de los principios fundamentales de la unidad de los
revolucionarios es la crítica y la autocrítica. Debemos sumar a lo
anterior, la resolución de las diferencias a través del debate de
ideas.
Es necesario repetir estas verdades porque todavía hay quienes no
entienden que, lejos de quebrantar el accionar común, la diversidad de
ideas enriquece la lucha si existe el clima necesario para procesarlas.
En el caso del PSUV, el III Congreso actualmente en curso es prueba de
que no vemos en las opiniones internas que disienten amenaza alguna,
sino más bien una oportunidad para avanzar en las difíciles metas por
lograr.
Uno de los mayores aciertos del liderazgo del presidente Chávez fue
el de resumir en su discurso y acción la unidad de diversos factores que
pujaban por el cambio social.
Logró, como dijo Rosa Luxemburgo, “La
unidad dentro de la diversidad”, sintetizando en el ideal bolivariano
una corriente social que, a pesar de sus diferencias y a través de
diversos caminos, pugnaban por cambiar el país.
Entonces, no debe la
derecha alborozarse cuando admitimos que hay diferencias entre los
revolucionarios.
Con la peculiar lógica disociada que los caracteriza
interpretan justamente lo contrario de lo que se debe.
A diferencia de
ellos, no debatimos para cobrar deudas egoístas ni defender intereses
particulares, sino para seguir afinando la unidad, corregir el rumbo en
caso de desvíos y acelerar la marcha hacia el socialismo.
Incluyo en lo
que catalogo de la derecha, a alguno que otro que se hace llamar
bolivariano y que de tal sólo se le nota la boina roja, mientras
reproduce en la práctica los vicios que buscamos superar.
Son estos
últimos de los primeros que saltan cuando se asoman objeciones para
enderezar lo que funciona mal.
Bueno advertir también sobre la crítica destructiva, aquella que no
ofrece alternativas ni propuestas, sino que se consume en una especie de
autoflagelación sin perspectiva de solución.
Es una conducta malsana
que obvia los importantes logros conquistados en estos 15 años, sin
comprender que en todo camino -y más en uno inédito como el que
protagonizamos- son imposibles de evitar los altibajos y errores.
¿Cuál es la manera adecuada de enfrentar las diferencias? Intentaré
una respuesta: firmeza en las cosas principales, flexibilidad en las
secundarias y en todas las demás tolerancia.
Y ¿Cuáles son las cosas
principales? La defensa férrea de la voluntad soberana del pueblo
venezolano y el mandato del Presidente Chávez en elegir al compatriota
Nicolás Maduro como Presidente.
Seguir avanzando en la construcción de
la sociedad socialista y, por ende, hacia un mundo pluripolar donde
desaparezcan los imperios.
Transferir el poder al pueblo y a las bases,
como condición sine qua non del socialismo del siglo XXI.
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