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lunes, 7 de julio de 2014

El Walkman cumple 35 años

Sus inicios no fueron sencillos, pero tampoco fortuitos. Conoce más del que, posiblemente, haya sido el primer dispositivo portátil que revolucionó la música.
 A finales de los ’70 Masaru Ibuka pasaba mucho tiempo en vuelos transoceánicos entre Japón y EE.UU. El país norteamericano se había convertido en una prioridad para los japoneses ya que gozaban de un gran mercado donde vender sus productos. En esos viajes, a Ibuka san, le gustaba relajarse con música clásica pero no había una manera eficaz de escucharla ya que necesitaba un reproductor estéreo, algo muy grande y pesado en la época, y el equipo que llevaba consigo, un Sony TC-D5, era demasiado pesado y aparatoso.
El jefe de la división de grabadoras de cinta, Kozo Ohsone, siguió las instrucciones de Norio Ohga que, a su vez, las había recibido de Ibuka y preparó un prototipo de la Pressman que no grabase sonido pero, en su lugar, lo reprodujera en estéreo. Días después Ibuka tuvo la oportunidad de probar el invento y quedó tan maravillado que se lo llevó al, entonces, presidente de la compañía, Akio Morita, y le dijo “Prueba esto. ¿No te parece que un reproductor de cassette que puedas escuchar mientras caminas es una buena idea?”
Morita sama, gran amante de la música clásica, comprendió de inmediato que lo que tenía entre las manos era algo que podía colocar a la compañía en la vanguardia de la tecnología. Para ello, dio instrucciones específicas a su equipo de ingeniería de que hicieran el producto “para satisfacer a los jóvenes que querían escuchar música todo el día”. Pero no todo iba a ser un camino de rosas. Tenía que estar listo para el verano y venderse a un precio similar al de la Pressman.

EL LANZAMIENTO

Cuatro meses más tarde el TPS-L2 ya estaba listo con doble entrada de jack para compartir la música pero el nombre no era muy comercial, admitámoslo. La fecha de lanzamiento se acercaba y nadie se ponía de acuerdo con el nombre. Desde Sony America propusieron “Sony Disco Jogger” ya que la música disco y el jogging eran muy populares eran muy populares en la época. En cambio, Ibuka san, quería llamarlo Walkman, siguiendo la línea marcada por el Pressman. Por fin algo de coherencia. Por otro lado, Morita sama hizo uso de su cargo y acabó llamando al producto “Sundabout” en su salida en el mercado norteamericano. De hecho tuvo varios nombres hasta que no se utilizó el definitivo Walkman. En EE.UU el Sundabout, en el Reino Unido Stowaway y en Suecia el Freestyle.
Pero antes de salir de Japón, el nuevo invento vivió momentos de incertidumbre cuando en julio de 1979 apenas había vendido un par de miles de unidades. Ni siquiera había llegado a las cinco mil que sus creadores habían estimado como aceptables. Así que los responsables de ventas tuvieron que remangarse las camisas y bajar a las calles de Tokio con unidades de prueba para enseñar a los ciudadanos las bondades y virtudes del Walkman. El resultado fue rotundo: antes de llegar a septiembre se habían vendido cerca de 50.000 unidades. Éxito total.
La gente que viajaba a Japón compraba el novedoso dispositivo para llevarselo a casa como regalo para familiares o amigos. Con un precio que rondaba los 150$ de la época era algo que combinaba tres factores importantes para triunfar: novedad, excentricidad y tecnología. En abril de 1980, Morita sama declaraba en una reunión de ventas que “Walkman” sería el nombre comercial final y en junio del mismo año desembarcaba en los EE.UU preparado para triunfar. Tanto es así que se calcula que entre todos los modelos se han vendido 385 millones de unidades en todo el mundo. Un cifra que ha otorgado a Sony la categoría que tiene a día de hoy.
31 años después de su lanzamiento, el 24 de octubre de 2010, Sony anuncia el cese de producción de los walkman. Sin embargo se sigue utilizando el nombre como marca orientada a la excelencia musical en productos de la casa japonesa como móviles o reproductores MP3. Aunque es cierto que el invento duró más de tres décadas, su declive comenzó apenas un año después de salir al mercado.
En la interminable carrera por la innovación y la dominación del mercado con un formato propio que supere a los demás, Sony presentó en 1980 el compact disc. Un formato revolucionario que permitía almacenar hasta 80 minutos de audio, frente a los 60 del casette, con una calidad que superaba con creces a cualquier otro formato hasta entonces conocido.
Un año después, el director de orquesta Herbert Von Karajan promovió en el festival de Salzburgo la cualidad y las ventajas del CD que, a partir de ahí empezó a popularizarse. Lo que poca gente conoce es la amistad que Von Karajan tenían con Norio Ohga, el creador del primer prototipo de Walkman. El ingeniero japonés había estado en Berlin y Munich estudiando música, hecho que le había permitido colaborar con Sony y entrar a trabajar en la compañía. En octubre de 1982 salía a la venta el primer reproductor de CD del mundo, el Sony CDP-101, y en 1984 se lanzaba el CD Walkman D-5.
La historia del Walkman y la del consumo de musical a nivel doméstico está ligada a Sony. Es por eso que no he hablado de otras casas en este artículo. Prácticamente todas las marcas de electrónica de consumo han hecho su incursión en el mundo de los reproductores portátiles, con mejor o peor resultado. Aunque el que siempre estuvo, ha estado y estará ahí es Sony y su Walkman.




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