Vecinos se esconden y algunos se van ante balaceras. Desde hace una semana se oyen tiroteos en la parte alta del barrio.
Las rencillas a plomo limpio entre bandas criminales por el control de la distribución de drogas en El Guarataro tienen
en constante zozobra a los habitantes y a los vecinos de la parroquia
San Juan. La situación se agravó desde la semana pasada, con balaceras
que perduran hasta la madrugada por varias de las calles del barrio.
Afortunadamente
no se han reportado asesinatos, pero los tiroteos constantes mantienen
“enconchados” a los vecinos, muchos de los cuales se van a pasar las
noches en casa de familiares, en otra parte de la ciudad, ante el temor
que generan los enfrentamientos entre narcos.
En
la zona opera una banda conformada por menores de edad, “Los
Quilombos”, jóvenes antisociales que quieren adueñarse del control de la
venta de drogas en la barriada.
Una fuente
indicó que en los tiroteos, que arreciaron desde el jueves, han
participado integrantes de varios colectivos. Los bombillos de los
postes fueron reventados a tiros, por lo que las balaceras son a
oscuras.
Los enfrentamientos se han suscitado
especialmente en los sectores La Soledad, El Calvario y Lomas del
Viento. Los tiros se oyen clarito en la avenida San Martín, cuyos
vecinos, en precaución, también se recogen temprano para resguardarse de
las balas.
Luego del asesinato, el pasado mes
de marzo, del polinacional Oswaldo Argimiro Zapata (29), escolta del
subdirector de la Policía Nacional, se logró destruir una garita que
varios criminales tenían en el sector Los Eucaliptos. Durante varios
días se pudo controlar la situación, pero no se logró la captura de los
cabecillas de las bandas criminales.
Los
vecinos de El Guarataro han llamado con insistencia a la policía para
que se acerque a la zona, pero no han obtenido respuesta. Vecinos
aseguraron que los efectivos del cuadrante 3 de Patrullaje Inteligente
de San Juan, que hacen guardia en San Martín, resguardan solo los
accesos al barrio, pero nunca suben.
“Esos
policías no están dotados para enfrentar a los malandros. Solamente
tienen chalecos y pistolas, mientras que en la parte alta del barrio
usan armas largas. La única manera para que puedan entrar es que se
implemente un operativo especial”, destacó un vecino que ayer esperaba
un transporte, los cuales trabajan hasta las 9 de la noche por miedo a
la inseguridad.
También hay quien reclama que
los policías solo se meten al barrio por denuncias de convivencia
ciudadana, fiestas callejeras o riñas entre vecinos.
Un
funcionario aseguró que han recibido amenazas de que, en caso de subir,
les lanzarán una granada. Dijo que les han disparado desde el cerro.
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