Hoy se conmemora el día de la Patrona de Oriente, una virgen que es
adorada en todo el país con fervor y entusiasmo. En la isla de Margarita
se celebra con especial devoción, en la que se espera que este año
asistan unas 70.000 personas a la Basílica Menor de Nuestra Virgen del
Valle.
Un 8 de septiembre de 1911 el papa Pío IX autorizó al Obispo de
Guayana, Antonio María Duran, para llevar a cabo la coronación canónica
de la Virgen del Valle, como la patrona del Oriente y de los pescadores.
Hoy se celebra con fervor los 103 años de este nombramiento de una de
las vírgenes más veneradas de Venezuela.
Pero antes de esa fecha,
“Vallita” ─como la llaman en Barcelona, Cumaná y Margarita─ ya era
adorada por muchos por la cantidad de milagros que se le atribuyen.
Todos los años una marea de gente se moviliza en septiembre para
vestirla, cantarle y pasearla por el mar, como una muestra de devoción.
El
Santuario de la virgen, ubicado en el Valle del Espíritu Santo, en
Margarita, Nueva Esparta, es el escenario principal al que acuden sus
fieles. Sin embargo, en Anzoátegui y Sucre su imagen es constante en las
esquinas, en las calles y en las sonrisas de quienes ha iluminado.
En
el Oriente de Venezuela, conocido por sus playas y grandes paisajes, se
respira cada 8 de septiembre un aire distinto. El sentimiento es el de
un pueblo bendecido, que ha sido tocado por la madre de Dios.
Camino de milagros
Testimonios
que sustenten los milagros de Vallita abundan, pero tres leyendas la
llevaron a consagrarse como una de las protectoras de los venezolanos.
Algunos
aseguran que llegó al país con los españoles, quienes fundaron, en la
isla de Cubagua (Nueva Esparta), la ciudad de Nueva Cádiz. En 1541 un
huracán azotó el poblado y aunque los daños fueron catastróficos, la
figura de la Inmaculada Concepción quedó intacta. Decidieron
resguardarla en la hacienda El Valle, en Margarita, lo cual dio origen a
su nombre.
Su manto sagrado no abandonó a los margariteños,
quienes en 1608 ya depositaban su fe en ella. Ese año la isla atravesaba
una fuerte sequía, lo que llevó a sus habitantes a realizar una
procesión y, según relatos de la época, al llegar a la Asunción comenzó a
caer una fuerte lluvia en el lugar.
Para los pescadores, cuando
una lancha zarpa al mar, siempre “Vallita” los acompaña: en el nombre
del bote, con su imagen o en sus oraciones. Es por ello que también se
le conoce como “La patrona de los marineros”.
Una de las más
grandes pruebas de su protección se encuentra en las adyacencias de su
Templo. Un pescador llamado Domingo buscaba perlas en el fondo del mar,
cuando una raya lo hirió con su aguijón. Los médicos consideraron
amputarle la pierna, pero su esposa, en lugar de resignarse, se refugió
en las oraciones hacia la virgen. El hombre sanó rápidamente y ofreció a
su protectora la primera perla que hallara, la misma que hoy se
encuentra en el museo del Santuario.
Cada año más personas se
acercan para al Valle del Espíritu Santo a contar sus historias. Estiman
que este año 70.000 personas acompañen la procesión en Margarita a 103
años de su coronación canónica.
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