El 31 de octubre de 1941, nace en Coro
estado Falcón, Alí Rafael Primera Rosell, voz de dignidad, de esperanzas
y amores, sonrisa grande de pueblo y serranía, cantor del pueblo
venezolano, hijo de Carmen Adela Rossell y Antonio Primera.
Su padre, quien se desempeñaba como
funcionario en Coro, murió accidentalmente en un tiroteo que se produjo
durante el intento de fuga de la cárcel de dicha ciudad de unos
prisioneros (1945). A raíz de la muerte de su progenitor, debe ayudar a
su familia desempeñando diversos oficios, desde limpiabotas hasta
boxeador, trabajos que no lo desanimaron para continuar sus estudios.
Con los campos de Paraguaná de equipaje y
la primaria concluida, se vino a Caracas, donde según sus mismas
palabras, había llegado a tratar de terminar sus estudios, los cuales
culminó en 1963 cuando obtuvo el título de Bachiller. Al año siguiente
comenzó sus estudios en el área de Química en la Universidad Central de
Venezuela.
Su etapa de compositor y cantante la
inicia paralelamente con sus estudios universitarios, primero como etapa
de diversión y progresivamente como actividad a tiempo completo.
Sus primeras canciones, “Humanidad” y
“No basta rezar”, presentada esta última en el Festival de la Canción de
Protesta organizado por la Universidad de Los Andes (1967), lo
proyectan a la fama.
En 1968 viaja a Europa, gracias a una
beca que le otorga el Partido Comunista de Venezuela para continuar sus
estudios en Rumania. En el viejo continente, graba su primer disco
titulado “Gente de mi tierra”, el cual tiene un notable éxito popular en
Venezuela.
Sin embargo, aunque en poco tiempo los
sectores más necesitados de la sociedad venezolana se identificaron con
sus canciones, Alí fue objeto de un despiadado veto por parte de los
medios de comunicación, especialmente las plantas de Televisión, debido
al radicalismo de los temas expuestos en las mismas, lo que lo llevó a
fundar su propio sello disquero, Cigarrón, para buscarle difusión a sus
composiciones y con el cual grabó 13 discos.
“En Europa, el mundo se me hacía
chiquito aún con los latinoamericanos. Yo lavaba platos por no vender mi
canto y a veces lograba cantar en sitios donde realmente se respetaba
mi canción…”, dijo alguna vez.
En Suecia, reconoce el olor del caramelo
en la piel de sus dos hijas: María Fernanda “Shimpi” y María Ángela
“Marimba”. Su regreso a la patria se produce en 1973, y en 1977 conoce a
Sol Mussett, con quien tuvo cinco hijos más: Sandino, Jorgito,
Servando, Florentino y Juan Simón.
Alí hizo exitosos muchos temas, entre
ellos “Paraguaná, Paraguaná”, “José Leonardo”, “Casas de Cartón”, “No
basta Rezar”, “Coquivacoa”, “Canción Bolivariana” y “Canción Mansa para
un Pueblo Bravo” (que dio nombre y tema a una película).
Su ingreso al mundo de la política se
produjo al militar en el Partido Comunista de Venezuela. Fue miembro
fundador del Movimiento al Socialismo (MAS), acompañando y trabajando
durante la primera campaña electoral de José Vicente Rangel (1973).
Denunció al capitalismo sin regodeos,
con la humildad del pueblo: “Será panfletaria, pero milito con ella,
hasta cuando esa mariquera de canción dizque protesta y dejan bajo e la
mesa, el meollo del problema…”.
Alí nos previno del engaño porque “la
inocencia no mata al pueblo, pero tampoco lo salva. Lo salvará su
conciencia y en eso me apuesto el alma”… Y nos previno contra el
majunchismo: “No te dejes engañar cuando te hablen de progreso, porque
tú te quedas flaco y ellos aumentan de peso”.
Llevó un mensaje profundamente
antiimperialista: “Contésteme tío Juan, no se me quede callado, conteste
si no hay razón en que sigamos luchando, por echar de nuestra Patria al
yanqui que nos la quita y al lacayo que lo tapa…”.
Revivió a Bolívar como lo hizo Chávez,
en su esencia popular y revolucionaria o “no es verdad Simón Bolívar,
que al hacer tu juramento histórico en Monte Sacro, jamás pensaste que
tu brazo hoy estuviera cansado de tanto que se han guindado para
escudarse en tu nombre…”.
Alí orientó el programa de la unidad
popular, no con las grandes cúpulas, sino con toda la diversidad de
nuestro pueblo por encima de las diferencias que no son antagónicas:
“Busca al obrero en la fábrica (.) Busca al cura de parroquia, no
busques al Cardenal (.) Busca al que labra la tierra (.) Busca al ciego
de la calle. Dile que la lucha es larga, que hay que aligerar la carga”.
Creyó en el ser humano y en su
sensibilidad más honesta: “Pido que nadie se asombre, si le digo
Camarada, cuando le encuentre llorando, de rabia ante la injusticia,
cuando le escuche cantando, al amor y a la alegría, cuando le sienta
soldado del combate por la vida…”.
Vio al lunerito que son todos nuestros
hijos y todas nuestras hijas porque “no hay como sentir un beso oloroso a
golosina, es como llenar de impulsos el combate por la vida, es mecerse
en un columpio, entre el bullicio y las risas, las palabras inventadas
en sueños y fantasía…”
Alí nos dijo que había dos caminos
porque “en mi pueblo lo hombres han tomado partido, algunos por la vida y
otros contra ellos mismos, pero la tierra agreste, va pariendo el
camino en que todos los pasos lleven un solo ritmo…”.
El 16 de febrero de 1985, un fatal
accidente terminó con su vida. Todavía hay quienes sostienen que su
muerte no fue de manera accidental, pero su potente voz resuena en la
conciencia colectiva, porque Alí no ha permitido que al pueblo le quiten
su memoria, él vive en la sangre de todos los venezolanos: él es el
Cantautor de la Patria Buena y diríamos que también hoy es el cantautor
de la Patria Nueva.
Por eso, cada 16 de febrero, recordamos a
Alí no en el obituario en que se recuerda a la gente muerta, si no en
el lugar que ocupan todos los que “Mueren por la vida”, en el lugar de
la lucha cotidiana, del desprendimiento personal, de la profunda fe en
el pueblo y en sus poderes creadores, en el rechazo a todo sectarismo y
toda conciliación con la burguesía apátrida y esclavista, en el lugar de
la poesía que es la madre de toda Revolución verdadera, que es la
esencia de la teoría si es auténticamente revolucionaria.
Alí somos todos los que luchan, Alí es
aquel Chávez que en el 99 con el triunfo del pueblo que aprobó la nueva
Constitución, la Constitución Bolivariana, sacó su cuatro al Balcón del
Pueblo y cantó: “Canta, canta compañero que tu voz será disparo, que con
las manos del Pueblo no habrá canto desarmado”.
Siguenos a traves de nuestro twitter @elparroquiano
Si deseas comunicarte con nosotros ya sea para denunciar, aportar o publicitar con nosotros, escribenos aca: eparroquiano5@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario