Luego de tener
una terrorífica participación en la cinta El Conjuro, la espeluznante
muñeca Annabelle fue merecedora de su propia película, y
llega en el momento más indicado: Halloween.
Annabelle se
estrena este viernes en las salas de cine comerciales del país para hacer temblar de miedo a todos los
venezolanos.
El spin-off da
inicio exactamente en la misma escena del anterior film, en la que tres
jóvenes son entrevistados por Ed y Lorraine Warren, los famosos investigadores
de fenómenos paranormales, sobre sus experiencias con una muñeca a la que
habían llamado Annabelle y que supuestamente estaba encantada.
No es ficción
A continuación te contamos
la historia real de esta diabólica muñeca que existe, y se
encuentra en un museo.
El juguete pertenecía a una
tradicional línea de productos infantiles conocidos como Raggedy Ann, famosos
entre las niñas de esa época.
El personaje había sido
creado por Johnny Gruelle en 1920 y se destacó en una exitosa saga
literaria. A partir de 1935 sobresalió como uno de los productos infantiles
más vendidos en los Estados Unidos e incluso llegó a tener sus propios cortos
animados a cargo de los legendarios Estudios Fleischer, responsables de los
primeros dibujos de Superman y Popeye.
Para 1970 esta clase de
muñecas no habían perdido su vigencia y seguían generando atracción en niñas y
coleccionistas de juguetes.
Donna era una estudiante
de enfermería que vivía en una casa junto a Angie, una amiga que
cursaba la misma carrera universitaria; cuando cumplió 20 años, su madre le
regaló una muñeca que tenía el tamaño real del cuerpo de un niño de dos
años; sin embargo, el regalo que había recibido Donna resultó ser muy
diferente.
Donna solía decorar su cama
con la muñeca y empezó a notar que cuando volvía de la universidad el juguete
no se encontraba en la posición en la que lo había dejado. La situación se
volvió preocupante cuando las jóvenes entraron un día a la casa y se encontraron
con la pequeña Ann arrodillada frente a la puerta de entrada. Ahora la
muñeca se trasladaba sola por los cuartos.
Lou era el novio de Donna y
desde que vio el juguete por primera vez sintió un rechazo enorme hacia el
regalo que le habían hecho a la joven. Había algo siniestro en esa
muñeca de apariencia inocente que no podía explicar.
El tema pasó a ser más
serio cuando las chicas empezaron a encontrar mensajes en la casa escritos con
la letra de un niño en papeles de pergamino. Los mensajes era siempre los
mismos: “Ayuda“ y “Ayuda a Lou”.
La primera reacción fue el
temor al que alguien estuviera entrando en la propiedad para hacer ese tipo de
bromas pesadas, Donna y Angie decidieron tomar precauciones por miedo
a que se tratara del algún delincuente y fue por aquellos días cuando la
situación empeoró; una noche, al entrar en su cuarto, Donna encontró a la
muñeca sobre su cama con las manos manchadas por un líquido que parecía ser
sangre.
La situación había asustado
a la jóvenes y decidieron acudir a una medium que se encargó de revisar
la muñeca, así fue que se enteraron que en el juguete habitaba el espíritu
de una niña de siete años llamada Annabelle Higgins, quien había
sido asesinada en la zona donde se encontraba la casa y que muchos años
atrás había sido un campo donde ella solía jugar.
div>El espíritu de
Annabelle le dijo a la medium que ella se se sentía cómoda frente a la
presencia de Donna y Angie y les pedía que la aceptaran para que pudiera ser
amada y cuidada por ellas. Conmovidas por la historia las estudiantes de
enfermería entonces aceptaron al espíritu en sus vidas y comenzaron a llamarla
Annabelle.
Para Lou la decisión de su
novia parecía una completa locura y le aconsejó reiteradas veces que se
deshiciera de la muñeca, al poco tiempo que se reveló la historia de
Annabelle, el muchacho comenzó a tener pesadillas recurrentes con el juguete.
Lou había decidido terminar
de una vez por todas con la muñeca pero Annabelle actuó primero. Un día,
mientras los jóvenes se encontraban preparando los detalles de un viaje que
iban a realizar, se escucharon ruidos en la casa como si algún intruso hubiera
irrumpido en el lugar por la fuerza, los ruidos provenían del cuarto de Donna,
Lou entró en la habitación y descubrió que todo estaba en orden salvo por un
detalle.
Annabelle no estaba en la
cama, sino que se encontraba sentada en una esquina de la habitación. En el
momento en que el muchacho se acercó a la muñeca sintió una extraña presencia
sobre sus espaldas como si alguien se encontrara detrás suyo.
El Padre Egan era un
respetado sacerdote de la comunidad de Connecticut y cuando escuchó la historia
que le contaron las estudiantes de enfermería enseguida supo que se trataba de
una situación paranormal.
Como no quería sacar falsas
conclusiones discutió los hechos con el Padre Cooke, quien tenía una posición
elevada dentro de la iglesia y conocía a dos expertos en demonología que iban a
saber como tratar el caso y descubrir si realmente se trataba de la presencia
de un espíritu en la casa de las chicas.
Ed y Lorraine Warren eran
un matrimonio que contaban con gran experiencia en el tema y habían fundado en
1952 La Sociedad de Investigación Psíquica de Nueva Inglaterra además de abrir
el famoso Museo del Ocultismo en Connecticut que sería el destino final
de Annabelle.
Los investigadores
trabajaron durante varias semanas en el caso hasta que llegaron a la siguiente
conclusión: Annabelle Higgins no estaba dentro de la muñeca, y las estudiantes
de enfermería habían cometido serios errores que les podían haber costado la
vida. Ed Warren determinó que la muñeca no estaba poseída sino
embrujada, que es algo muy distinto.
La muñeca era un objeto que
el espíritu usaba para atraer la atención de las jóvenes. Su verdadero objetivo
era poseer a Donna.
Finalmente los Warren junto
con el sacerdote Cooke decidieron hacer un exorcismo en la casa para limpiar el
lugar de la energía maligna y negativa que había en todas las habitaciones.
En la foto puedes observa a
la pequeña Annabelle cuando estuvo viva junto a su madre y sus tías.
Aca la foto original de la muñeca poseida con Lorraine Warren
en el momento cuando la sacaban de la casa. y la foto dentro de su casa en el museo de los Warren.
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