Leones del Caracas llegó a un punto
en el cual cada victoria puede no servirle de nada. Está en un momento
tan crítico, aunque no eliminado matemáticamente, que en este momento no
depende de él mismo para clasificar.
Ganar y ganar no le garantiza nada porque ya no tiene juegos contra rivales directos, los cuales se matan todos entre sí.
Hoy juegan contra el Zulia, pero ganarles a las Águilas no les quita ni les suma nada. Se ponen a 2,5 juegos de la clasificación, sin contar que ganen Magallanes y Lara sus compromisos a partir de mañana. O que La Guaira se desprenda más. Dependen de que entre ellos haya líos. Va de séptimo, lejos de la clasificación.
La pregunta no es si pueden ganar los nueve partidos que le quedan para llegar a 32 triunfos, la cuestión es si tienen el material necesario para conseguir esos laureles.
La respuesta inicial parece ser no. Leones ha sido un equipo de altibajos precisamente porque sus lanzadores abridores no han funcionado.
Veamos las proporciones. Los iniciantes del Caracas suman 216.1 entradas de labor contra 273.1 de los relevistas. El récord es de 10-15, 5,33 de efectividad de los iniciantes, contra una marca de 14-16, -3,72 de los taponeros. Esos guarismos son tan dispares que es imposible obtener otro resultado. Al final, cuando estás en la recta final, el bullpen está cansado.
Se esperó con ansias el ingreso de Jesús Guzmán y Bob Abreu; el primero batea de 10-0 en tres compromisos, el segundo tiene .124 (28-4) y entre los dos batean de 38-4 para un nota ofensiva de .118.
Pongamos el caso de los pitchers. Boone Whiting (0-4-5,40) venía de estar todo el año en la triple A de San Luis. En una liga de bateadores como la de la Costa del Pacífico, dejó una efectividad de 4,12.
La oficina firmó peloteros, pero las transacciones fueron fallidas. Creyeron que botar a Dave Hudgens traería una reacción, y hasta ahora ha sido una bien negativa.
Ellos se movieron, pero el equipo no ha funcionado, aunque en el beisbol nada nos deja de sorprender. Leones puede inspirarse y ganar esos ocho o nueve que necesitan y meterse. Hasta ahora no ha sido así. El problema es que no parecen tener las piezas para alcanzar el objetivo, por lo menos en lo que a brazos se refiere.
Ganar y ganar no le garantiza nada porque ya no tiene juegos contra rivales directos, los cuales se matan todos entre sí.
Hoy juegan contra el Zulia, pero ganarles a las Águilas no les quita ni les suma nada. Se ponen a 2,5 juegos de la clasificación, sin contar que ganen Magallanes y Lara sus compromisos a partir de mañana. O que La Guaira se desprenda más. Dependen de que entre ellos haya líos. Va de séptimo, lejos de la clasificación.
La pregunta no es si pueden ganar los nueve partidos que le quedan para llegar a 32 triunfos, la cuestión es si tienen el material necesario para conseguir esos laureles.
La respuesta inicial parece ser no. Leones ha sido un equipo de altibajos precisamente porque sus lanzadores abridores no han funcionado.
Veamos las proporciones. Los iniciantes del Caracas suman 216.1 entradas de labor contra 273.1 de los relevistas. El récord es de 10-15, 5,33 de efectividad de los iniciantes, contra una marca de 14-16, -3,72 de los taponeros. Esos guarismos son tan dispares que es imposible obtener otro resultado. Al final, cuando estás en la recta final, el bullpen está cansado.
Se esperó con ansias el ingreso de Jesús Guzmán y Bob Abreu; el primero batea de 10-0 en tres compromisos, el segundo tiene .124 (28-4) y entre los dos batean de 38-4 para un nota ofensiva de .118.
Pongamos el caso de los pitchers. Boone Whiting (0-4-5,40) venía de estar todo el año en la triple A de San Luis. En una liga de bateadores como la de la Costa del Pacífico, dejó una efectividad de 4,12.
La oficina firmó peloteros, pero las transacciones fueron fallidas. Creyeron que botar a Dave Hudgens traería una reacción, y hasta ahora ha sido una bien negativa.
Ellos se movieron, pero el equipo no ha funcionado, aunque en el beisbol nada nos deja de sorprender. Leones puede inspirarse y ganar esos ocho o nueve que necesitan y meterse. Hasta ahora no ha sido así. El problema es que no parecen tener las piezas para alcanzar el objetivo, por lo menos en lo que a brazos se refiere.
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