Delincuentes que residen en el sector Tácata del estado Miranda tenían
una semana advirtiendo que robarían las armas de los funcionarios
policiales que prestan servicio en el único módulo de la zona.
Varios residentes habían escuchado el comentario y se lo notificaron a los efectivos de Polimiranda para que tuvieran precaución.
Pero la mañana de ayer, a eso de las nueve, el supervisor agregado Álvaro Blanco, de 46 años, se confió y entró a comprar un jugo en la panadería TacataTuy, donde estaban dos jóvenes como clientes.
Cuando el policía pidió el producto, uno de los sujetos se le paró por detrás y lo desarmó, luego le disparó en la cabeza y huyó.
Ambos delincuentes abordaron una moto Jaguar azul y se fueron a toda velocidad hacia la parte alta de Tácata, por la zona rural. Llevaban como trofeo el arma calibre 9 mm que le robaron al funcionario, quien murió dentro del comercio.
Los dos únicos empleados que estaban en la panadería se quedaron atónitos y pidieron ayuda.
Otros policías activaron la persecución de los sujetos y lograron alcanzarlos. Hubo enfrentamiento y uno de los maleantes cayó herido. Lo trasladaron al ambulatorio del pueblo, donde murió.
El maleante fue identificado como Sergio Javier Barrios Torres, de 18 años. Le incautaron el revólver calibre 38 con el que asesinó al funcionario y también el arma que había robado.
"Este pueblo era tranquilo, pero llegaron sujetos de otras zonas a esconderse y dañaron a varios jóvenes. Aquí todos nos conocemos, sabemos quiénes son los malandros, pero uno corre peligro. Ya habían advertido que iban a robar las armas de los policías, porque lo dicen paseándose por las calles y exhibiendo sus pistolas", dijeron vecinos sin dar nombres por temor.
El Polimiranda tenía 23 años de servicio y vivía en el caserío Santa Cruz de Cúa, adyacente a donde fue asesinado.
Fue el tercero que perdió la vida a manos del hampa en menos de doce horas en el estado Miranda.
Varios residentes habían escuchado el comentario y se lo notificaron a los efectivos de Polimiranda para que tuvieran precaución.
Pero la mañana de ayer, a eso de las nueve, el supervisor agregado Álvaro Blanco, de 46 años, se confió y entró a comprar un jugo en la panadería TacataTuy, donde estaban dos jóvenes como clientes.
Cuando el policía pidió el producto, uno de los sujetos se le paró por detrás y lo desarmó, luego le disparó en la cabeza y huyó.
Ambos delincuentes abordaron una moto Jaguar azul y se fueron a toda velocidad hacia la parte alta de Tácata, por la zona rural. Llevaban como trofeo el arma calibre 9 mm que le robaron al funcionario, quien murió dentro del comercio.
Los dos únicos empleados que estaban en la panadería se quedaron atónitos y pidieron ayuda.
Otros policías activaron la persecución de los sujetos y lograron alcanzarlos. Hubo enfrentamiento y uno de los maleantes cayó herido. Lo trasladaron al ambulatorio del pueblo, donde murió.
El maleante fue identificado como Sergio Javier Barrios Torres, de 18 años. Le incautaron el revólver calibre 38 con el que asesinó al funcionario y también el arma que había robado.
"Este pueblo era tranquilo, pero llegaron sujetos de otras zonas a esconderse y dañaron a varios jóvenes. Aquí todos nos conocemos, sabemos quiénes son los malandros, pero uno corre peligro. Ya habían advertido que iban a robar las armas de los policías, porque lo dicen paseándose por las calles y exhibiendo sus pistolas", dijeron vecinos sin dar nombres por temor.
El Polimiranda tenía 23 años de servicio y vivía en el caserío Santa Cruz de Cúa, adyacente a donde fue asesinado.
Fue el tercero que perdió la vida a manos del hampa en menos de doce horas en el estado Miranda.
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