“Yelitza obligó a sus dos hijos a pedirle la bendición a sus hermanas
mayores y a despedirse ‘para siempre’ de la abuela materna porque no
las iban a ver más. Tenía todo planeado”, aseguró Arleínt Rosales, una
tía paterna de los niños, que fueron envenenados por su propia madre,
Yelitza Peña (38).
La mujer fue a buscar a casa de su exmarido a sus dos
hijos menores, la tarde del sábado, para pasar el fin de semana con
ellos. En el camino se despidió de una amiga haciéndole saber que la
quería y luego compró un litro de jugo de naranja que utilizó para
agregarle el “matarratas”.
La primera en tomar el líquido fue la niña, de nueve años,
y luego su hermanito, de 12. “Mi sobrino, en medio del estado de shock
que está atravesando, me contó cómo ocurrió el hecho en el barrio
Altamira Sur, en La Pomona, donde ella reside”, sostuvo Rosales.
“Mi mamá sirvió el jugo. Mi hermanita se tomó todo el
vaso, pero yo solo me tomé la mitad porque ella me lo quitó y se lo
terminó de beber. Luego se encerró con nosotros en el cuarto y nos
quería obligar a dormir”, contó el pequeño a su tía, en la emergencia
del Hospital Chiquinquirá, donde permanece recibiendo atención médica.
El niño, según la tía, aseguró que al ingerir el líquido
sintió un fuerte dolor estomacal. La niña dijo que el mundo lo veía en
cámara lenta.
“Cuando vi a mi hermana y a mi madre desmayada y botando
mucha sangre por las manos, corrí hasta la calle a pedirle ayuda a los
vecinos”, explicó el pequeño a su tía.
Yelitza le dijo a sus niños que ese polvo blanco que
estaba echando en los vasos de jugo era un purgante, pero luego de
ingerirlo, el mayor de ellos, vio las papeletas y se dio cuenta que era
veneno para matar ratas.
Los vecinos auxiliaron a los niños, mientras que
funcionarios policiales llevaron a la mujer al Hospital General del
Sur, donde permanece en condiciones críticas.
“Nunca pensamos que Yelitza le haría esto a sus dos hijos
menores, pese a que en una oportunidad le manifestó a mi madre que los
niños le estorbaban”, dijo la tía paterna.
Los hermanitos Rosales se encuentran delicados de salud.
Fueron sometidos a lavados de estómago y a estudios toxicológicos para
desintoxicar sus organismos del veneno.
Yelitza, según su hija mayor, Mariányeli Rosales, nunca
fue una mujer mala. “Siempre estuvo pendiente de nosotros y no era una
alcohólica. Ella no ha superado la separación con mi papá, hace dos
años”, aseguró.
En el HGS dijeron que la mujer podría ser dada de alta en las próximas horas, sin embargo, su estado crítico apunta a lo contrario. Sigue en observación y bajo custodia policial.
En el HGS dijeron que la mujer podría ser dada de alta en las próximas horas, sin embargo, su estado crítico apunta a lo contrario. Sigue en observación y bajo custodia policial.
Siguenos a traves de nuestro twitter @elparroquiano
Si deseas comunicarte con nosotros ya sea para denunciar, aportar o publicitar con nosotros, escribenos aca: eparroquiano5@gmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario