Las fuerzas de seguridad rusas han liberado a una niña de diez años que llevaba desaparecida dos días después de un supuesto secuestro. Tal y como informa
‘The Siberian Times’, Ekaterina Bachurina fue raptada cuando iba de
camino a su colegio –ubicado en la ciudad de Volochaevka– por un hombre
que la llevó a un hotel. Sergey Ponomarev, como así se llama el presuntosecuestrador de 40 años, hizo pasar a la niña por su hija en la recepción del establecimiento.
Un niño de 11 años fue
testigo de los hechos y contó lo que había visto a susprofesores. Su
testimonio fue clave para dar con Ekaterina, que pronto fue localizada
por la Policía. Junto a ella estaba Ponomarev, que rechazó cualquier
tipo de responsabilidad al asegurar que había “ganado a la niña en una partida de cartas con su padre”. Tras estas declaraciones, el progenitor de la niña –de 30 años y llamado Alexander– también pasó a disposición judicial mientras las labores de investigación continúan.
Olga Pogarskaya, madre de Ekaterina, ha asegurado que su exmarido y padre de la menor no puede haber sido responsable de los cargos que se le acusan.“No creo que pudiera hacer esto”, dijo en relación a la supuesta partida de naipes donde apostó a su hija. “Es su padre. La quiere mucho. Se ven con mucha frecuencia”, aseguró la progenitora de Bachurina.
Según el citado medio de comunicación,
la menor se encuentra hospitalizada para realizarle una serie de
exámenes médicos. Las pruebas iniciales sugieren que no ha sido objeto
de abuso sexual ni agresión física, aunque las autoridades sospechan que
si hubiera seguido en paradero desconocido hubiera acabado en manos de
mafias de trata de blancas o en el mercado negro detráfico de órganos.
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