Algunas veces en el trabajo se nos presentan distintos conflictos que no podemos solucionar y que influyen en nuestro desempeño.
Es muy importante empezar bien el día en el trabajo, trata de poner
de tu parte y si crees que situaciones incómodas como la relación con tu
jefe y compañeros no es la mejor, es preferible dar un paso al costado.
Recuerda que lo más importante es tu salud emocional.
Toma nota de las razones por las que no llegas con ganas al trabajo
-El estrés de los pendientes
En tu cabeza solo hay espacio para todos los pendientes del día.
Sabes que tienes muchas cosas por hacer y te llenas de ansiedad porque
crees que no te alcanzará el tiempo. Al llegar a tu casa sigues con la
misma sensación.
-Tu jefe te hace la vida imposible
A pesar de tu esfuerzo y la voluntad que le pones para hacer las
cosas, sientes que tu jefe está en tu contra y no valora tu trabajo. Su
mal carácter, gestos o palabras hacen que tu día en la oficina no sea el
mejor.
- Las reuniones a la hora del almuerzo
Quieres tener un break del trabajo, comer tranquilo y conversar con
tus amigas, pero justo programan esa reunión a la hora del almuerzo y
esta se sigue prolongando más y más. Al final terminas almorzando sola y
no cuentas con mucho tiempo porque debes continuar con las labores del
día.
-Las discusiones con compañeros
Al no llevarte bien con un compañero de trabajo esto dificulta y
reduce tu productividad en la oficina. Tienes la sensación de que a él
le molesta trabajar contigo y no cuentas con su apoyo.
-Las horas de más en la oficina
Quedarte más tiempo en la oficina haciendo el trabajo extra influye
en que no puedes descansar como debes llegando al punto que te llevas el
trabajo a casa.
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