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miércoles, 21 de septiembre de 2016

Despertar con un orgasmo… Una historia de juguetes



Años de investigación e inversiones para definir y entender el orgasmo, ese instante en el que nada más importa, sólo el placer. ¿Se imaginan despertar con uno? 

Cuánto enredo, tabú y frustración en el gremio femenino. Los conflictos quedan revelados tan solo al echar un vistazo a estudios como el que adelantó la Universidad Northwestern (EE UU) donde asombraron las respuestasdadas por un grupo de voluntarias cuando se les pidió que describieran sus orgasmos al estilo Hollywood, según los títulos de algunas películas. Para el 23,5% fue una Misión Imposible, mientras el 22,3% señaló que fue Rápido y Furioso. El 8,9% expresó que hubo Mucho ruido y pocas nueces, al tiempo que el 9,5 por ciento dijo que fue como Toy Story: una historia de juguetes.

“¿Es que fue culpa de él?”, “¿Soy muy tímida?”, “¿Con qué puta aprendería a hacer lo que me propuso?” o “Qué dirían mis padres…”.

Muchas mujeres han llegado a pensar lo más insólito: “Si tan solo no lo necesitara a él… Si no perdiera tanto tiempo limpiando el destraste que deja… Si me ayudara a llegar temprano o tuviera otro beneficio adicional… Si pudiera poner la cara que me da la gana durante el acto sin que él me esté reprochando irónicamente que si estoy muerta, vegetal o padecí una apoplejía menor… Si no me provocara hacerle la estúpida pregunta de si me ama”.

¿Placer, llegar temprano, que no las juzguen y con “algo” que no incite la pregunta de un amor no correspondido?. Quizá la solución del anhelado reemplazo ha llegado.

Little Rooster, así se llama la nueva competencia de los hombres. No ensucia, no critica y envía a sus mujeres temprano y complacidas al trabajo.

Se trata de una alarma creada por una empresa británica que se coloca en la vagina y vibra a la hora en que hay que levantarse. Aseguran que hará que las mujeres se despierten con un orgasmo.

El singular dispositivo se recarga con un cable USB, es tan pequeño y liviano que promete no molestar entre las piernas tras 8 horas de descanso y sus usuarias pueden elegir entre 25 estilos de vibración suave y dos niveles de intensidad fuerte.


Little Rooster es una alarma vaginal que vibra a la hora en que hay que levantarse. Foto: Referencial.

Little Rooster fue lanzado al mercado en 2013 y tuvo tal éxito que los inventarios se agotaron en el primer mes de lanzamiento. Nunca parece suficiente. Los fabricantes no han podido superar la demanda.

Miles de años de tabúes y todas las culturas y “peros” que han ensombrecido y hasta mitificado el orgasmo femenino pueden ser derrocados por este despertador, pues los misterios que rodean el orgasmo femenino no son nuevos ni únicos de un país en específico.

Aristóteles y Platón estaban convencidos de que el erotismo femenino podía llegar a ser tan fuerte que durante el coito una mujer podía partir en dos a un hombre por sus caderas.

En el continente africano los Masai sólo tienen relaciones de noche, cuando ellas están cansadas porque si no, su orgasmo sería capaz de convertir el semen en agua.

Los Bantús (tribu africana) les tienen tanto miedo a las contracciones orgásmicas de la vagina que prefieren eyacular entre las rodillas de sus esposas.

Las Japonesas de antes de nuestra era inventaron las hasta ahora populares ben-wa (alegría) o perlas japonesas que insertaban en sus vaginas para que el roce constante estimulara su punto G, proporcionándoles una placentera y orgásmica sensación durante el día.

En África y Nueva Guinea algunos pueblos comparten la creencia de que la vagina tiene escondidos dientes que pueden morder el pene del varón si el deseo femenino se torna ingobernable.

El término ‘’Petit Mort’’ para definir el orgasmo, viene de la idea que tenían los franceses de que durante la muerte la última sensación era un orgasmo.

Los Isabelinos vivían convencidos de que cada clímax les restaba un minuto de vida.
A principios del siglo XX algunos médicos vieneses extirpaban el clítoris porque consideraban que el orgasmo podía provocar en la mujer debilidad mental y dificultades para tener hijos.

Poseídas o en arrebato místico, histéricas convulsionadas o libertinas: así fueron llamadas las mujeres que se atrevieron a explorar en el pasado su placer sensual.

Los estudios revelan que solo la cuarta parte de las mujeres llega al orgasmo durante la cópula sin necesidad de estimular a la vez el clítoris, y únicamente 1.5% utiliza un objeto para simular la penetración cuando se masturba.

La incidencia del orgasmo femenino guarda una enorme variabilidad intercultural: mientras que en algunas comunidades es rara la mujer que no tiene uno o dos orgasmos durante la relación erótica, en otras inmersas en una represión severa brilla por su ausencia.

Después de tantos años de sufrimiento, misterio y leyenda, el secreto de la felicidad femenina podría estar a la distancia de 83 euros… Little Rooster: despertar con un orgasmo… La garantía de despertarse contenta.

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