A mediados de los años 90 era
frecuente observar en el centro de Caracas, especialmente en las inmediaciones
de instituciones representativas del Estado como el Palacio Legislativo, la
Fiscalía General de la República, la Policía Técnica Judicial y la Corte
Suprema de Justicia a un joven de baja estatura, rasgos árabes y frecuentemente
vestido de negro con varias carpetas bajo su brazo.
El objetivo fundamental de ese joven
era hacerse escuchar por las autoridades de esas instituciones y consignar un
sinnúmero de denuncias por violaciones de derechos humanos, cometidas
principalmente por los cuerpos policiales y de seguridad.
Muchas veces sus esfuerzos fueron en
vano por tratarse de un militante de izquierda, poco conocido y sin nadie de
relevancia que lo respaldase; no obstante, su perseverancia y carisma lograron
que varios periodistas, incluso de los llamados grandes medios, se atrevieran a
publicar sus reclamos por que se hiciera justicia en los casos que exponía.
Así logró Tarek William Saab dar a
conocer su rostro ante la opinión pública y con ello ingresar a la vía
principal que lo ha conducido durante más de dos décadas por un camino de
liderazgo en la defensa de los derechos humanos; camino por lo demás intrincado
y espinoso porque, incluso, le costó la privación de su libertad durante el
golpe de Estado ejecutado en abril de 2002.
En aquella oportunidad Saab, solo por
estar identificado con una ideología distinta a quienes rompieron el hilo
constitucional, fue sacado prácticamente a la fuerza de su residencia y
golpeado salvajemente por funcionarios de la extinta Disip, sin importar la
inmunidad que poseía entonces en su condición de diputado a la Asamblea
Nacional.
A pesar del silencio mediático que se
generó durante el llamado “Carmonazo”, las imágenes y fotografías de su captura
al final se colaron y dieron la vuelta al mundo como un claro ejemplo del
exabrupto que se cometió.
Una década y media ha transcurrido
desde aquel suceso y Saab continúa en su empeño por defender los derechos de
los venezolanos y venezolanas, ahora con la investidura de defensor del Pueblo,
cargo que ejerce por un período de seis años, después de haber sido elegido por
la Asamblea Nacional el 21 de diciembre de 2014.
DE EL TIGRE A MÉRIDA Y LUEGO A
CARACAS
Tarek William Saab nació en la
población de El Tigre, estado Anzoátegui, el 10 de septiembre de 1963, en el
seno de una familia de inmigrantes libaneses que se dedicaron a la venta de
ropa.
En una entrevista publicada el 25 de
diciembre de 2014 por el periodista Kevin Gutiérrez, el ahora defensor, quien
además preside el Consejo Moral Republicano, afirmó haber tenido una infancia y
una adolescencia felices, en las que pudo jugar, divertirse y tener sus
conquistas amorosas.
A los 15 años apareció en el
anzoatiguense la vena literaria, en especial una inclinación a escribir poemas.
A estos dotes de poeta se sumó un interés por escribir artículos de opinión en
los que ya se observó que el joven no tenía intenciones de permanecer
indiferente ante las injusticias.
Estas publicaciones de Saab
aparecieron con regularidad en el periódico Antorcha, un diario de circulación
en el estado Anzoátegui y otras localidades de oriente.
Una vez graduado de bachiller, decide
seguir la ruta literaria al ingresar a la Escuela de Letras de la Universidad
de Los Andes.
Al poco tiempo de estar cursando
estudios en Mérida, decide cambiar de rumbo y se traslada a la ciudad de
Caracas donde ingresa a la Universidad Santa María y obtiene el título de
abogado, para luego realizar un posgrado en Derecho Penal y estudios en
Derechos Humanos en la Universidad Central de Venezuela.
A partir de ahí su vida se ha
repartido entre la política, la administración pública, la poesía y la
indeclinable lucha en defensa de los derechos humanos.
UN REBELDE DESDE SIEMPRE
Cuando apenas contaba 14 años, Saab
fue picado con el aguijón de la política; de esa política rebelde,
contracorriente, que caracteriza a la gente de su edad.
En 1978 comenzó a militar en las
filas de un grupo de extrema izquierda y a los 16 años fue detenido por primera
vez, en medio de una manifestación estudiantil, por parte de funcionarios de la
extinta Disip.
En esa época se inscribió en el
Movimiento PRV-Ruptura, en el que solidificó sus ideas de izquierda al
desempeñarse por varios años como asistente del excombatiente Douglas Bravo.
Su fuerte convicción en la doctrina
izquierdista y antiimperialista, lo llevaron de nuevo a la cárcel en 1984 y
posteriormente en noviembre de 1992, durante la segunda rebelión militar que se
dio ese año.
En 1996, tras la desaparición de
PRV-Ruptura, Tarek prosigue su camino junto a Douglas Bravo y promueven la
fundación del movimiento de izquierda radical Tercer Camino.
Posteriormente respaldó las ideas y
la candidatura presidencial de Hugo Chávez Frías, quien logra la victoria en
las elecciones del 6 de diciembre de 1998.
SU INCURSIÓN EN LA POLÍTICA
Tarek William Saab apareció por
primera vez y de manera formal en la política venezolana al ser elegido como
diputado al extinto Congreso de la República para el período 1999-2004, donde
se desempeñó como presidente de la Comisión Permanente de Cultura de la Cámara
Baja.
No obstante, el recién electo
presidente Hugo Chávez convocó a un referendo consultivo para la celebración de
una Asamblea Nacional Constituyente encargada de redactar una nueva Carta Magna
que sustituyera a la de 1961, que devino en la disolución del Parlamento.
El anzoatiguense también fue elegido
para integrar ese cuerpo legislativo, donde ocupó el cargo de presidente de la
Comisión de Derechos Humanos.
Saab logra alcanzar una tercera
incursión de manera consecutiva en el plano parlamentario al ser electo como
diputado a la nueva Asamblea Nacional, establecida en el año 2000.
DE VUELTA A SU TIERRA NATAL
Durante cuatro años Saab se desempeñó
en la Asamblea Nacional como presidente de la Comisión de Política, pero
abandonó su cargo para aspirar a la Gobernación de su estado natal Anzoátegui,
en la que obtuvo un triunfo con el 57% de los votos.
Tarek William Saab fue ratificado
para un segundo período al mando del estado oriental tras ganar la elección
celebrada el 23 de noviembre del año 2008.
Durante su gestión se construyó el
estadio de fútbol José Antonio Anzoátegui, que sirvió de sede de la Copa
América que se jugó en Venezuela en 2007 y en el que además la selección
nacional ha jugado varios partidos de eliminatorias para la Copa del Mundo.
EL POETA DE LA REVOLUCIÓN
El defensor del Pueblo es conocido
por las nuevas generaciones como un personaje ligado a la política por el
sinnúmero de cargos que ha ocupado; no obstante, una de sus facetas más
relevantes ha sido la de escritor de poemas.
Saab ostenta hasta ahora 12
publicaciones, entre ellas Cielo a Media Asta, que es una antología entre 1984
y 2000; Los Niños del Infortunio, traducido al inglés, francés y chino, Al
Fatah, Poemas Selectos y los Ríos de la Ira.
No en vano el Comandante Eterno, Hugo
Chávez, por sus ideas y fina pluma, lo bautizó como El Poeta de la Revolución.
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