Así quedo la joven Kaylee Muthart, al quitarse sus propios ojos con las manos el pasado 6 de febrero, fuera de una iglesia en Anderson, al sur de California, producto de la metanfetaminas.
Muthart quedó completamente ciega por el viaje sicótico inducido por la metanfetamina y un mes después del impactante incidente, la joven libre de drogas tiene que aprender a adaptarse a la vida sin su vista.
“Es la misma vida, pero estoy aprendiendo todo de una nueva manera. La vida es más hermosa ahora, la vida es más bella de lo que era con las drogas. Era un mundo horrible”, expresó a People.
Luego de pasar una estadía prolongada en el psiquiátrico, dice estar aprendiendo de sus otras habilidades sensoriales. “Todavía veo pero no veo con mis ojos, es difícil de explicar porque ni siquiera lo entiendo yo misma”, enfatizó.
“Prefiero ser ciega y ser yo misma que ser Kaylee en las drogas, y realmente lo digo con mi corazón”. La chica se muestra optimista con su progreso: “soy Kaylee Jean Muthart, como lo era hace 10 años. Solo mejor”.
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