El paso del ciclón tropical Mekunu el pasado mes de mayo por Omán y Yemen será recordado por sus torrenciales precipitaciones y por los desastres que provocó. Sin embargo, además de causar la muerte de al menos сinco personas y más de 30 desaparecidos, también dejó un extraño paisaje que no había sido visto en décadas.
Al sur de la península arábiga está el desierto de Rub al Jali, uno de los más grandes del mundo, que solo recibe tres centímetros de lluvia por año. Sus características, no obstante, se modificaron radicalmente tras el paso del ciclón tropical, por lo que, según reveló la Nasa, ahora luce con innumerables lagos que cubren las llanuras ubicadas entre las dunas.
Las peculiares imágenes del agua entre la arena fueron captadas por el Operational Land Imager, de la agencia espacial de EEUU, tres días después de la tormenta en el sector oriental del desierto, en Arabia Saudita, cerca de la frontera con Omán. Para ello, acudió a diversos filtros que permiten distinguir entre las diferentes superficies y detectar la presencia de humedad.
La formación de lagos de este tipo en el sector conocido como 'Cuarto Vacío', no se apreciaba desde hacía casi dos décadas.
El desastre
La ciudad más afectada por el huracán, que alcanzó la categoría 3, con ráfagas de entre 170 y 180 km/h y picos de 200, fue Salalah, el distrito portuario más grande de Omán. Allí, entre el 25 y el 26 de mayo cayeron 278 milímetros de agua, más del doble de lo que el lugar recibe en un año.
Sin embargo, causó estragos en la isla yemení de Socotra, donde murieron 20 personas.
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