Mientras las cifras oficiales del gobierno de Colombia confirman sólo 877 deportados, los desplazados por la guerra civil sobrepasan los 200 mil, 50% vive en pobreza y pobreza extrema, casi el 80% tiene “empleos” informales y la cobertura de educación media no llega al 40%.
La decisión del gobierno colombiano de decretar la emergencia económica en el fronterizo departamento Norte de Santander, tomada la noche del pasado miércoles, refleja nítidamente que la verdadera preocupación de los sectores dominantes en esa nación, con respecto al cierre de la frontera, es el impacto sobre sus intereses y no el supuesto drama social derivado de la repatriación de un millar de nacionales de Colombia.
Hasta ese día los datos oficiales, suministrados por Carlos Iván Márquez, director general de Gestión de Riesgo, indican que sólo hay 877 deportados y 220 niños repatriados, para un total de 1097 personas.
En los albergues se encuentran alojadas 3 mil 227 personas, y hay un registro de damnificados que supuestamente pasaron voluntariamente desde Venezuela, de 9 mil 826 colombianos.
Es decir, se trata de una situación que cuantitativamente es absolutamente manejable sin que sea necesario recurrir a medidas excepcionales.
Las cifras distan enormemente de los 130 mil desplazados por el conflicto bélico sólo en la región de Catatumbo en el Norte de Santander, según el registro revelado por Yesid Acosta, vocero de una agrupación de víctimas, reseñado en abril de 2012 por el portal web www.caracol.com
Son otros los números que realmente deberían preocupar a los distintos componentes de la burguesía norte-santanderiana.
El drama humano en cifras
En Norte de Santander la la mitad de la población está en situación de pobreza o de pobreza extrema, según los datos del DANE, el organismo estatal colombiano de estadísticas.
Para 2014 el 39, 9 % de la población entraba en categoría de pobres, y además el departamento fue uno de los cuatro que aumentaron su índice con respecto a 2013. Fue medio punto porcentual, pero contrasta con la tendencia nacional de reducción de la pobreza. Mientras que otro 10,5 % se calificaba en el renglón de pobreza extrema.
En cuanto al desempleo y el empleo informal el departamento tiene las cifras más altas a nivel nacional. Para el período marzo-mayo 2015 la tasa de desocupación se ubicó en 15.6 % para el conglomerado urbano formado por Cúcuta, Villa del Rosario, Los Patios y El Zulia, mientras que el índice nacional de mayo fue de casi la mitad, es decir, 8, 9 %.
Pero si se analiza el comportamiento histórico se puede constatar un crecimiento del desempleo desde 2009, cuando bordeaba el 10% hasta llegar a un 17% en 2013, según un estudio del Ministerio de Comercio de Colombia, con base en datos del DANE.
Mientras que en la informalidad laboral, para el mismo período, la tasa se elevó al 69,9%, y logró ser la primera a nivel nacional. Otras cifras, como las del Departamento Nacional de Planeación, ubican la informalidad en un alarmante 78 %.
Esa precariaded laboral está determinada, principalmente, por la composición del tejido empresarial. Según la Cámara de Comercio de Cúcuta, citada por el diario La Opinión, la región tiene 39.101 negocios vigentes, de los que sólo 18 son catalogados como grandes empresas, 159 medianas, 785 pequeñas, 6.244 no determinadas y la gran mayoría, 31.895 como microempresas. Es decir empleo no formal.
Las cifras macroeconómicas también son pertinentes para precisar la pobreza de la región. Con una población de 1 millon 340 mil habitantes, el Producto Interno Bruto per cápita departamental fue de 4 mil 597 dólares para 2013, mientras que el mismo valor para toda Colombia casi lo duplicó con 8 mil 65 dólares.
Referencialmente cabe señalar que en Venezuela el PIB per cápita para 2013 superó los 12 mil 200 dólares.
Con respecto a las consecuencias del conflicto armado, casi el 20% de la población ha sida víctima del mismo, de acuerdo con el Registro Único de Víctimas (RUV) que lleva la Unidad para la Atención y Reparación Integral de las Víctimas. Las personas afectadas, por ocurrencia superan las 242 mil.
Mientras que los casos de desplazamientos se aproximan a las 210 mil personas expulsadas, según la misma fuente oficial de información.
Por otra parte el déficit de viviendas supera las 50 mil unidades, según los datos de Ricardo Carvajal, director regional de Camacol (gremio de la construcción), divulgados en 2012 y citados por Caracol.
Mientras que el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, del Departamento Nacional de Planeación, estima el déficit cualitativo en 27,6 %, por encima del promedio nacional.
Otros indicadores llamativos son la cobertura de educación media que sólo es del 38 %, es decir por debajo del propio índice nacional de Colombia, que es del 42 %, y sustancialmente inferior con respecto al promedio de América Latina, de 72 % o el de Venezuela, de 78 %.
Al igual que el de cobertura de acueducto que es de 82,6 % , mientras que en promedio es de 97, 1 % para Latinoamérica.
Los números del contrabando
En el caso del contrabando las cifras también son impresionantesy han puesto en evidencia el comportamiento parasitario de la “economía” del Norte de Santander.
Cerca de 11 millones de galones de gasolina (o 41 millones de litros) son llevados desde Táchira hasta esa región colombiana, donde unos 6 mil “pimpineros” se encargan de su venta al detal en las calles de ciudades y pueblos, según los datos aportados por el líder de los revendedores de gasolina en Cúcuta, José Abel Correa, en una entrevista publicada el miércoles pasado por el diario El Espectador.
El Estado nacional colombiano y la empresa estatal Ecopetrol sólo ofrecen 3 millones y medio de galones mensuales, que al ser evidente insuficientes, “obligan” al departamento a depender de la gasolina de contrabando.
Pero, si se incluye a todo el fronterizo occidental (oriental para Colombia) son 30 mil personas que obtienen su sustento de esa actividad.
En contrapartida, en el Táchira circulan 160.000 vehículos pero consume (hasta que se cerró la línea de límites) más gasolina que Caracas, con un millón unidades automotoras.
Táchira posee el 4,5 % de la población venezolana pero “consume” el 8,5 % del total de alimentos de este país; es decir, prácticamente la mitad de lo que llega a esta región sigue derecho hacia Colombia como contrabando, destaca Andrés Gil, vocero del movimiento Marcha Patriótica, en un polémico artículo titulado “¿Y si Maduro tiene razón?”, publicado el pasado 30 de agosto en el portal web www.las2orillas.co .
“El problema del contrabando es tan grave que representa para Venezuela pérdidas por 3.650 millones de dólares. Esto es mucho más que las exportaciones totales FOB de café de Colombia en el 2014 (2.473.248 millones de dólares).”, precisa el dirigente social colombiano.
Asimismo Gil ofrece datos sobre el mercado cambiario paralelo de 3.000 casas de cambio colombianas que a lo largo de la frontera devalúan artificialmente el bolívar. “Por ejemplo, hoy un bolívar equivale a 252 pesos colombianos, pero los cambistas lo venden a 4.8 pesos colombianos; es decir, un kilo de arroz que en Colombia vale 562 bolívares se compra en Venezuela a 10 bolívares.”
Fuente: La Tabla
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