Los expertos científicos y sanitarios critican las afirmaciones del presidente de EEUU por considerar que son un mensaje irresponsable e “inadecuado”.
“Por favor, no coman pastillas de detergente ni se inyecten ningún tipo de desinfectante”. El mensaje fue difundido por Twitter por el servicio de emergencias del Estado de Washington el jueves por la tarde, después de escuchar la rueda de prensa diaria del presidente del país, Donald Trump, sobre la crisis del coronavirus. Trump había vuelto a adentrarse en pantanosos jardines científicos. Maravillado por el poder destructor que habían demostrado ciertos desinfectantes, así como la luz solar, aplicados contra el virus en el aire o en una superficie, se preguntó qué no podrían hacer para combatir al “enemigo invisible” en el interior de un cuerpo humano.
“Supongamos que golpeamos el cuerpo con una tremenda luz ultravioleta, o simplemente con una luz muy poderosa”, dijo. “Dicho eso, supongamos que traes esa luz dentro del cuerpo, a través de la piel o de alguna otra manera. Después veo el desinfectante, que lo deja KO en un minuto, ¿hay alguna manera de que podamos hacer algo así mediante una inyección? Porque ves que entra en los pulmones y hace un daño tremendo en los pulmones, así que sería interesante probarlo”.
Trump realizó esta dudosa aportación al debate después de que Bill Bryan, director de la División de Tecnología y Ciencia del Departamento de Seguridad Nacional, llevara a cabo una exposición sobre determinadas medidas para evitar la propagación del coronavirus.
Las lámparas ultravioletas pueden dañar a las personas si se usan de manera equivocada. Y no hay más que leer las indicaciones de los envases para saber que la lejía y otros desinfectantes, además de matar a los virus, pueden matar a las personas. Pero el presidente no dudó en elucubrar sobre sus usos, sin respaldo científico, y busco la aprobación de Deborah Birx, coordinadora de la respuesta al coronavirus en la Casa Blanca, a quien le preguntó si conocía el éxito de la luz como herramienta contra los virus. La elegancia de la doctora a la hora de contener expresiones de pasmo durante las ruedas de prensa que comparte a diario con el presidente solo es comparable a la de su colección pañuelos de Hermés, con los que ilumina la sala de prensa de la Casa Blanca.
“No como tratamiento”, respondió la doctora Birx. “Me refiero a que sin duda la fiebre es buena. Cuando tienes fiebre, ayuda a tu cuerpo a responder”. Trump la cortó enseguida e insistió en que es “una gran cosa para indagar”.
Las aclaraciones por parte de la comunidad científica se sucedieron en redes sociales y desde diversos foros. “Para quien necesite escuchar esto esta noche: los productos que usas para matar directamente virus y bacterias normalmente matan células humanas sanas también”, decía en Twitter el doctor Ryan Marino, experto en toxicología de los hospitales universitarios de Cleveland. “Por favor no hagan eso. Atentamente, todos los toxicólogos”, tuiteaba el profesor de Harvard Bryan D. Hayes. “Inyectarse o ingerir cualquier tipo de producto de limpieza”, recordó el neumólogo Vin Gupta en la NBC, "es un método habitual para las personas que quieren matarse”. Las marcas de diversos productos desinfectantes habituales se convirtieron en tendencia en Twitter. Incluso algún fabricante se vio obligado a insistir en que nadie debía ingerir sus productos.
Las advertencias no son baladí. El presidente ya dijo que el virus desaparecería “milagrosamente” con la llegada del calor y también ha dado pábulo con anterioridad a hipótesis científicas no contrastadas. El peligro es evidente. Un hombre ya falleció en marzo, en Arizona, al automedicarse con una sustancia para peceras que contiene hidroxicloroquina, el mismo principio activo que el fármaco antipalúdico cuyo uso contra el coronavirus, no respaldado por la ciencia, el presidente promovió alegando que “no hay nada que perder”.
Dos horas de rueda de prensa diaria, un asunto científico complejo, un año electoral y un presidente con una legendaria falta de humildad y asediado por las críticas a su gestión de la crisis. Se trata de una combinación incendiaria, que a menudo ha producido roces con la comunidad científica y con sus propios expertos, obligados a hacer malabarismos para matizar las afirmaciones de su jefe sin enfurecerlo. El candidato demócrata a la presidencia del país, Joe Biden, ha entrado también al trapo. “¿Luz ultravioleta? ¿Inyectar desinfectante? He aquí una idea, señor presidente: más pruebas de diagnóstico. Ahora. Y equipamiento protector para los verdaderos profesionales médicos".
Síguenos a través de nuestro: Twitter: @elparroquiano
Esa mierda de presidente gringo, lo que esta es loco de verga, le deberian de quitar los controles de las bombas atomica que estan en su poder, no valla. Pensar que accionando las bombas atomicas acabaria con el corona virus, loco de carretera
ResponderBorrarJajaja!!!!! Coño de la madre!!! Jamás pensé leer algo así!!!
ResponderBorrarSaquenlo ya...
ResponderBorrar